Por culpa de ustedes

Hoy la revolución se encuentra al borde de la cornisa, a punto de caer. Y con ella la posibilidad de construir el socialismo. Pudiéramos decir que el poder fáctico se ha salido con la suya, pues la mayor parte de las veces no es necesario que se imponga la fuerza, a éste le basta con explicitar o incluso sugerir sus deseos para que los mismos se conviertan en realidad.

El poder fáctico es el que se ejerce al margen de los cauces formales, es decir, que no coincide necesariamente con el aparato del Estado, pero tampoco niega esa posibilidad. Se sirve de su autoridad informal o de su capacidad de presión para influir políticamente. El poder fáctico, ni está legitimado ni busca estarlo para ejercerse, pero ejerce de hecho el poder, aunque no lo haga legalmente, ya su mera existencia le hace ser determinante.

Es clara la categorización del imperio norteamericano, del gran capital transnacional y nacional, y de los lacayos de la oposición apátrida venezolana que conforman sus brazos ejecutores, como la nefasta estructura de poder fáctico que se ejerce en nuestro país.

No obstante, pareciera descabellado para algunos que aún conciben con inocencia la política, pasearse por la sola posibilidad de que actores del Estado hayan hecho causa común con el poder fáctico nacional e internacional. Si no cómo entender la reticencia a cambiar el capitalismo de Estado y dar el paso definitivo hacia la construcción del socialismo.

Pareciera así mismo que el gran capital encontró una forma distinta de tumbar gobiernos adversos a sus intereses, esto en teoría. Es sencillo, solo les basta estudiar el perfil de algunos individuos y saber de su avaricia, su deseo de acumulación de riqueza y su capacidad de traición.

En este punto debo detenerme, pues la cosa se pone seria. Necesariamente debo referirme a la traición. Ésta se define como la falta que comete una persona que no cumple con su palabra o que no guarda la fidelidad debida. También como el delito cometido contra un deber público.

De forma más genérica, también se recurre a calificar de traidores a funcionarios en el poder que son percibidos como incumplidores de los deberes públicos prescritos por el Estado, con independencia de que se pueda verificar o probar alguna acción traicionera.

Bien pudiéramos aplicar esta definición a aquellos que desde su espacio de poder se pusieron de espaldas al pueblo y sus necesidades, sin importarles el juramento que hicieron al Comandante frente a su ataúd de ser leales a su legado.

Desde la partida física del Comandante Chávez, y desde un tiempo antes de la misma, se impuso una nueva forma de gobernar, caracterizada por hacer oídos sordos al pueblo. Notamos cómo creció exponencialmente el burocratismo, la indolencia. Los intereses personales de cada quien les apartaron del pueblo y las denuncias que desde las entrañas de éste se hacían, se volvieron estériles.

Se aplicó el sectarismo como herramienta política, se censuró la crítica pensando que con ello el pueblo no se percataba de los males que aquejaban a la revolución. La corrupción se convirtió en el lugar común en las instituciones del Estado. La boliburguesía nacida gracias a los recursos del Estado, hoy campea a sus anchas cual nueva godarria, exhibiendo lujos obscenos.

Recordemos lo que es la godarria, término que viene del godo, usado para referirse a la clase gobernante, a los propietarios, empresarios y hacendados. En nuestro país siempre ha significado oligarquía, conservador, rico, poderoso. Las familias gobernantes que siempre han disfrutado de la buena vida y privilegios, y son poco dadas al progreso social y económico de las grandes masas populares.

A la par de esta nueva godarria boliburguesa, que se ha levantado bajo la égida del gobierno, el pueblo chavista resiste estoicamente en defensa de la revolución. En este punto se plantea la dialéctica de la contraria, pues los que están llamados a defender los intereses del pueblo y la revolución son quienes traicionan con su proceder a quienes los llevaron al poder.

No puedo generalizar, pues hay honradas excepciones en el gobierno, empezando por el camarada Nicolás. En lo personal lo seguiré apoyando y combatiendo a quienes lo rodean y socavan el piso que sustenta la revolución, con sus honradas excepciones reitero.

Las presiones ejercidas por el poder fáctico a lo interno del gobierno para favorecer a los grupos de poder, son notorias. Aun guardo la esperanza de que el compañero Nicolás Maduro se plante firme ante la historia y dé el paso necesario, junto al pueblo, para la construcción del socialismo.

Los revolucionarios votamos por el Plan de la Patria y no del reformismo que algunos pretenden de manera solapada aplicar. El capital no tiene amigos, solo tontos útiles a sus intereses que, por supuesto, son bien pagados. Cabría preguntarles a los que han traicionado por acción u omisión a la revolución y al legado de nuestro Comandante, cuánto cuesta traicionar las esperanzas de un pueblo.

Hasta la fecha nadie se hace responsable en lo concreto de la derrota del 6D, las consecuencias son impredecibles y el pueblo está en el medio, sin culpa, únicamente se le puede responsabilizar por seguir apostando a la construcción de una sociedad más justa y de iguales.

Prohibida una traición más al pueblo. Camarada Presidente, haga profilaxia o como Ud. lo dice, acupuntura a la hora de escoger su equipo de gobierno. No al entreguismo, no al reformismo, no a las transnacionales. Sí al socialismo. ¡Chávez vivirá mientras el pueblo luche!

Con el cariño y el respeto de siempre.



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Zulika King

Coordinadora General del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza. Presidenta de la Fundación Punta de Lanza. Coproductora del Programa Radial "Trinchera del Poder Popular".

 zulikaking@yahoo.com      @ZulikaKing

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