En palabras de la calle: se los está pegando bello

En el presente artículo pretendo ser breve y conciso. Cada uno de las letras que conforman este texto tienen como fin único provocar un dolor de bolas u ovarios a la mayoría de los lectores, además de un odio incondicional hacia mí.

Y le pido a Dios o a los dioses, vírgenes, santos, y a todas aquellas deidades en que crea la gente de estos tiempos que mis palabras les retumben en los oídos y que estas líneas queden grabadas por siempre en los lectores.

Ya sabrán por qué lo digo…

Justo en el marco de la "Semana Mayor" deseo con ansias hacer tomar conciencia a los lectores que tienen la desgracia de ojear este artículo en específico. Muchos tienen la ilusión de que Jorge Mario Bergoglio -el Papa Francisco-, llegó a El Vaticano para revolucionar las viejas estructuras hegemónicas de la Iglesia Católica. Él que posee un discurso fulguroso, ha tenido la hipocresía suficiente para denunciar las consecuencias del individualismo del ser humano y las luchas por el Poder.

¿Se le olvidó a Francisco la historia del Vaticano, y sus cruentos asesinatos? ¿De las inmensas riquezas que guardan en sus arcas? ¿De las denuncias de sacerdotes pedófilos? ¿Se le olvidarían todos esos pequeños detalles?

Muchos andan alborotados con la idea del Papa Comunista -como lo llamaron en el New York Times-. Sin embargo tal calificación la advertimos como una total falta de respeto para Karl Marx, quien aseguraba que "la abolición de la religión como ilusoria felicidad del pueblo es la demanda de su verdadera felicidad".

La religión es utilizada por las clases dominantes para oprimir a los pobres mediante variados artificios y manipulaciones. La religión ha sido el mayor instrumento de explotación de los seres humanos, por tanto, no se le puede creer ni media palabra al máximo representante de una de las religiones más poderosas de la historia universal.

Mientras vivas tu vida con base en los parámetros impuestos por las religiones y sus representantes, nunca serás realmente libre. La religión es miedo, obediencia, sacrificios inútiles, que tienen como objeto volverte una oveja más de rebaño, uno más del montón.

Dejemos de creer en falsos líderes progresistas y menos sin son religiosos. Jorge o Francisco -como lo quieras llamar-, simplemente es una marioneta más del poderío imperial que planetariamente pretende someternos.

eduardoperezviloria@gmail.com



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Eduardo Pérez Viloria

Comunicador y escritor, ha trabajado en radio, televisión, prensa escrita y redes sociales. Es militante del PSUV, tiene publicado el libro “Notas de un Subversivo”.

 eduardoperezviloria@gmail.com

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