"Nuestra Revolución viene de lejos: es la de Bolívar y es la de Zamora. Se había apagado, pero estaba avanzando por debajo de la tierra como esos ríos subterráneos que de repente salen de entre las rocas de una montaña y cogen sabana".
Hugo Chávez Frías (17 de febrero de 2006)
Con la llegada al poder del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías el 2 de febrero de 1999, Venezuela inició un proceso político de gran significación democrática y de profundos cambios a través de una Constituyente que desembocó en la aprobación con el 71,78% de los votos del pueblo soberano, de la nueva Constitución Bolivariana del 15 de diciembre de ese mismo año.
Transcurridos 17 años desde aquella histórica fecha, nuestro país ha visto pasar mucha agua debajo del puente y acontecimientos de los más variados signos que han tratado de impedir el avance de la Revolución Bolivariana; bien por la acción de una oposición dislocada y violenta o por la fuerza e intromisión de la mano peluda del imperio norteamericano.
El reto asumido, si bien se encauzó por la vía democrática y pacífica, no pudiera quizá hasta nuestros días hacer honor a su lema pues ya pasa del centenar el número de víctimas; porque no son sólo los 43 muertos de las guarimbas y de quienes en defensa del proceso revolucionario fueron asesinados, sino que continúan las muertes en nuestros días. (ver últimas víctimas de sicariato y violencia callejera)
Todas las muertes provocadas en Venezuela en este período, tienen como ingrediente el odio generado contra la Revolución del Comandante Supremo Hugo Chávez y conducida en nuestros días por el Presidente Nicolás Maduro.
Las redes sociales, en páginas destacadas, resumen el proceso revolucionario y lo sintetizan de la siguiente manera:
"Revolución Bolivariana, también conocida como Revolución venezolana, es el nombre asignado en Venezuela, por el fallecido ex presidente Hugo Chávez y sus partidarios, al proyecto ideológico y social comenzado en 1999, con la elección de Chávez como presidente del país.[2]
Según sus partidarios, la Revolución está basada en el ideario del libertador Simón Bolívar,[2] en las doctrinas de Simón Rodríguez, quien proponía que Latinoamérica inventase su propio sistema político, y el General Ezequiel Zamora "Tierras y Hombres Libres" y "Horror a la Oligarquía", quien defendía la tenencia de la tierra para los campesinos que la trabajaban. Tiene como fin "impulsar el patriotismo hispanoamericano[3] [4] " y "llegar a un nuevo socialismo". Una de sus primeras medidas fue el aprobar mediante referéndum la Constitución de 1999 que, entre otras cosas, cambió el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela."…[2] (https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_bolivariana)
Errores y virtudes se pueden observar a lo largo de estos 17 años de Revolución, la cual todavía sirgue hurgando en sus raíces y enfrenta nuevos ataques y derrotas que la han llevado a replegarse y a renovarse para nuevas luchas y batallas.
En las elecciones del pasado 6D se experimentó un nuevo revés que le dio banderas a la oposición, para atacar de nuevo a la Revolución Bolivariana, con las más variadas armas para un doble juego. En la Asamblea muestra una cara democrática y asoma leyes fascistas y retrógradas y en la calle, actúa con sus estrategias de guerra y de violencia (provoca más muertos).
Mientras el tiempo transcurre nuestro país es víctima de una guerra económica que lo consume y lo desangra. Los esfuerzos son heroicos y de comprobada resistencia que evoca salidas: no la de la oposición pidiendo la renuncia del Presidente Maduro, sino la de una auténtica revolución popular, la cual debe buscar su posición en las instituciones del Estado o a través de sus organizaciones populares (Consejos Comunales, Misiones, organizaciones de base, etc.); en otras palabras, Poder Popular.
La Revolución Bolivariana no puede avanzar con una Asamblea Nacional de un gobierno paralelo que produce una diarrea de leyes a imagen y semejanza de la oposición, ¡no!, Venezuela no lo justifica.
Esa fascista institución nació bajo un engaño al electorado (ellos mismos lo saben) junto a sus leyes que actualmente promulga. Una gran mayoría del pueblo venezolano fue timado en su buena fe y hoy se aprovechan de este fraude (el de las colas), para usurpar el poder y continuar así con su explotación al pueblo venezolano.
Ha llegado la hora de hacer valer la Revolución, sus conquistas, sus instituciones y las leyes por ella misma creadas. Si bien se avecina el Congreso de la Patria, un encuentro de reflexión profunda en los principios y valores del proceso bolivariano, es también hora de volver a nuestras raíces. El camino fue trazado por el Comandante Supremo en el Plan de la Patria que revive los principios bolivarianos de su origen:
"Los puntos centrales que la revolución bolivariana adapta del bolivarianismo a su práctica son:
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Autonomía nacional.
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Participación del pueblo mediante elecciones populares, referendos, y otros medios de democracia participativa.
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Economía auto sostenible.
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Ética de servicio al pueblo.
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Distribución justa de los ingresos petroleros.
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Lucha contra la corrupción y la pobreza"
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( https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_bolivariana).
No hay tiempo que perder. Mientras la oposición venezolana abandona las vías del diálogo y muestra de nuevo su cara violenta en las calles de Venezuela con "guarimbas" y sicariato, la Revolución debe responder con su contragolpe antes que sea demasiado tarde.
Sus armas son letales y no tienen compasión con la miseria; esa es la escuela del imperialismo que forma sus monstruos y sus lacayos a su imagen y semejanza. No debemos bajar la guardia porque ese fantasma, ahora con cara de terrorismo, ya toma cuerpo de nuevo no sólo en Venezuela sino en toda América Latina (Un nuevo Plan Cóndor).
El Comandante Chávez marcó el camino y señaló el rumbo. No debemos olvidar su mandato en el Plan de la Patria: "...El Plan es un arma para la contraofensiva total…elaborado desde un enfoque humanístico, integral, holístico y ecológico".
No estamos lejos de hacer realidad el sueño de Bolívar y el del Comandante Chávez. El territorio conquistado en todos los campos político, social , cultural, económico y cívico – militar es una realidad.
La Revolución es un legado que no debemos perder ni dejar que caiga en las manos del egoísmo; mucho menos de una oposición disociada aupada por el imperialismo depredador.
Chávez lo pidió en el Primer Gabinete Móvil Comunal: "Vamos a demostrarle una vez más al imperialismo norteamericano y a la gente que le sirve, que nosotros somos soberanos y libres, y que vamos a seguir siéndolo. Pero para ello se requiere de mucha fuerza unitaria, conocimiento moral, conciencia, entendimiento y acción conjunta de trabajo".
Por todo ello decimos en los actuales momentos, a las puertas del Congreso de la Patria: ¡Hacemos o hacemos la Revolución!...no hay marcha atrás.
¡Amanecerá y veremos!