La disputa planteada entre el FBI y la compañía Apple por la conminación que hiciera la agencia federal para que la segunda desbloqueara el iPhone del autor (Syed Farook) del tiroteo ocurrido el 2/12/2015 en un centro para discapacitados en San Bernardino, California, donde murieron 14 personas y hubo casi 20 heridos, es uno más de los eventos que está poniendo en tela de juicio uno de los valores de la democracia occidental, como lo es el de la libertad. Todo ello en nombre de lo que la Escuela de Copenhague ha llamado la seguritización.
Hoy la seguridad es materia de preocupación no sólo para los Estados que siente amenazado su supervivencia, sino también porque así lo perciben los individuos y la sociedad que los integran. De allí que puede ser considerada desde el punto de vista intersubjetivo cuando se trata de las sensaciones de las personas y desde el objetivo cuando se consideran condiciones materiales, económicas, políticas.
Ahora bien. ¿Qué es la seguritización?
Este concepto se ha ido afinándose en el tiempo y puede definirse como el posicionamiento a través de "actos de habla" o "discursivos" (proferidos usualmente por un líder político), de una situación o actor particular como amenaza a la supervivencia de un objeto referente y que, una vez legitimado por una audiencia relevante, habilita la imposición de medidas de emergencia por fuera de los canales políticos tradicionales. (Alcalá, Alejandro: "Invasión norteamericana a Irak: La seguritización del Conflicto", en www.geic.cm.ar).
Existe seguritización cuando las élites gubernamentales, particularmente de occidente, definen la seguridad nacional a partir del poder social del lenguaje de construir amenazas por el mero hecho de declararlas discursivamente. En este caso, uno de los valores más sagrado para la democracia occidente como lo es la libertad, está siendo violentado por todas las políticas antiterroristas puestas en ejecución donde prácticamente todos los ciudadanos son sospechosos de ser "terroristas". Hoy en día la seguridad está en el primer orden de la agenda internacional y cualquier acción o medida es válida, incluyendo la negación misma de la democracia
También se habla de seguritización cuando la generalización del discurso de la seguridad está normalizando las formas de hacer política internacional para las que tradicionalmente se había reservado un carácter extraordinario, de excepción severamente restringida, debido a los especiales poderes que acarreaba su condición temporal de emergencia. Muestra de ello son las detenciones de sospechosos de terrorismo en la base militar de Guantánamo, en flagrante violación de la legislación internacional, que han quedado diluidas en la legitimación moral de la defensa preventiva de EEUU ante la amenaza potencial de otro ataque terrorista.
En el contexto anterior el terrorismo no es un enemigo político con el cual se puede —y debe—convivir; es más bien un enemigo absoluto que debe eliminarse. De allí la guerra ilimitada, la guerra global contra el terrorismo o la guerra de exterminio. Es la presencia de la biopolítica, de lo permanente y no de lo excepcional.
Y la seguritización es una realidad que trasciende los aspectos tradicionales de la seguridad vinculados estrictamente a lo militar. Ahora se habla de la "seguridad societal" (societal security), en los términos planteados por llamada "Escuela de Copenhague" y Ole Waever:
"La seguridad societal atañe la sostenibilidad, en el ámbito de condiciones aceptables de evolución, de los esquemas tradicionales de la lengua, la cultura, la asociación, la religión, la identidad nacional y las costumbres. Se puede entender mejor estudiando los procesos por los cuales un grupo llega a percibir su identidad como amenazada, cuando empieza a actuar con respecto a la seguridad y qué comportamiento provoca todo eso. La seguridad societal se refiere a situaciones en que las sociedades perciben una amenazas en términos de identidad" (De Wæver et al. Tomado de "Migraciones y seguridad societal en el área mediterránea" de Orietta Perni http://www.ub.edu/geocrit/sn-94-33.htm)
En consecuencia, cuando se habla de seguridad societal, se tocan aspectos relacionados con la identidad de un pueblo como lo son la lengua, la cultura, la religión o la nacionalidad. En otras palabras, cuando un pueblo tiene en riesgo su cultura, sus instituciones y estilo de vida, tiene también amenazada su seguridad.
En este último caso, para la Unión Europea y Estados Unidos, como lo han vociferado sus máximos representantes, el drama de las masivas inmigraciones hacia sus respectivos territorios, lo están vinculando con su seguridad.
La inmigración colombiana que se ha traslado hacia la República Bolivariana de Venezuela y que según cifras oficiales alcanza la cifra de 6 millones, debe ser materia de especial consideración por las consecuencias que ello podría traer no sólo para la seguridad del Estado venezolano sino también para la identidad nacional.
*Sociólogo y Doctor en Ciencias Sociales. Exdirector de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado. Fue Embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.