- ¿Qué te pasó, Escualino? ¡Te ves destrozado!
- No es para menos, Quintino; ¡hasta por la cédula, me dieron!
- ¿Te atracaron los malandros?
- Peor que eso: ¡me engañó "la discordante"! Nos hicieron creer que con este
paro salíamos del "hombre". ¡Ya llevamos un año marchando, recogiendo
firmas, gritando hasta quedarnos sin habla, preparándonos para resistir el
ataque de las "hordas chavistas", durmiendo con un ojo abierto y el otro
cerrado, soñando con volver al ministerio cuando se termine "la dictadura",
gastando los ahorros en la compra del equipo de protesta, aguantando hambre
y llevando sol, sin saber de dónde puede venir el disparo que acabe con uno,
arriesgándose a ahogarse con una bomba lacrimógena, haciendo cola para medio
echar gasolina...!
- ¿Eso no era parte del sacrificio que ustedes estaban dispuestos a hacer
para salir del Presidente?
- ¡Qué sacrificio, ni que ocho cuartos! Yo quisiera saber cuál es el
sacrificio de ellos: me imagino que el de Carlos Ortega es saber en qué
gastar las prebendas de sindicalero; que no las deja de recibir por pasar
todo el día pidiéndole a uno que de la cara, porque a él nunca lo veo en
ninguna protesta. El sacrificio de Carlos Fernández sería el de no poder
pasar la semana entera en Aruba; el de Juan Fernández debió de haber sido el
de no haberse ido todas las vacaciones de diciembre para el exterior.
- ¡No lo reconozco, Escualino! Yo ya le había advertido lo que iba a ocurrir
y no creyó.
- ¡Es verdad, Quintino! Pero en política no se le puede estar dando la razón
todo el tiempo al adversario, porque se corre el riesgo de perderse el
liderazgo o parecer tonto.
- Sólo se corre el riesgo de perderse lo que se posee y nadie es tonto por
reconocerle la razón a otros.
- ¡Eso también es cierto! Nosotros sabemos que Chávez tiene la razón en
muchas cosas; pero no se la podemos reconocer públicamente, porque después
no podemos justificar los ataques.
- ¿En qué cosas cree usted que Chávez tiene la razón, Escualino?
- En que el país no se le puede entregar a las trasnacionales, porque nos va
a pasar lo mismo que a la Argentina: ¡vendieron hasta el agua potable y
ahora los obligarán a entregar parte de su territorio para abonar sobre los
intereses de la deuda! Si a mí todavía me duele lo de la Guayana Esequiba y
me da como arre... ¡como arrebato de cólera que Caldera eludió su
responsabilidad histórica y sólo se limitó a correr la arruga! Se imagina
que nos invadan para apoderarse del territorio que aún nos queda; hasta
conmigo va a contar Chávez para defender la patria. Por lo menos a él hay
que reconocerle que ha tenido "los ovejita" bien puestos y se le ha
enfrentado al poder mundial. Debo reconocer que no sólo lo admiro por eso,
sino por asumir su responsabilidad por el golpe del 4 de febrero: ¡no como
Carlos Ortega que ahora nos viene con que él no convocó al paro; que el paro
no era para sacar a Chávez; que no habido paro, porque ningún país del mundo
soporta cincuenta días de paro; que el paro se les fue de las manos; que
tratemos de comprenderlo; que los despidos de los trabajadores era parte del
sacrificio solicitado! ¡Cuando no está leyendo las instrucciones que le dan,
no sabe ni que decir! Da vergüenza que diga estar dispuesto a llevar
"carcer", si es necesario.
- Escualino, no entiendo por qué le das la razón a Chávez y al mismo tiempo
lo adversas.
- ¡Porque nos ha dado muy duro! Antes el gobierno se repartía y todos
comían; ahora nos tiene acosados y eso no se le puede permitir. El que está
acostumbrado a aguantar hambre no le importa dejar de comer un día; pero él
que come abundantemente tres veces al día, necesita el desayuno así haya
comido mucho la noche anterior.
- La idea de Chávez es que todo el mundo coma bien, así sea una vez al día.
- ¡Claro! Como en Cuba.
- Cuba merece nuestro respeto y admiración, porque disponiendo de pocos
recursos ha desarrollado uno de los mejores sistemas de salud, cultura,
deporte del mundo; ¿por qué nosotros no podemos imitarlos, si poseemos más
recursos que ellos?
- ¡Porque no podemos permitir que en Venezuela se implante el
castro-comunismo, Quintino!
- Para su información, Chávez no es comunista: ¡ni siquiera es socialista!
Su proyecto político es la Constitución Bolivariana, y en ella se defiende
la propiedad privada. Las relaciones entre los países es como las relaciones
entre los amigos: ¡se aprende de lo bueno que cada uno de ellos puede tener!
Imagínese como sería este país si le aprendemos a los cubanos a administrar
los pocos recursos con tanta eficiencia.
- En esa última parte debo reconocer que tienes razón: ¡construiríamos un
país maravilloso!... pero si Chávez defendiera la propiedad privada no
pretendiera arrebatarle las tierras a los productores agropecuarios
- ¡Si nadie le está quitando nada a nadie! Sólo se está ordenando la
tenencia de la tierra; no es posible que alguien presuma de poseer toda la
tierra que se alcance a ver desde un lugar, sin que justifique su
adquisición ni produzca nada en ella. La dependencia alimentaria también es
una manera de apoderarse de un país y se hace necesario eliminar todas las
trabas que contribuyan a ello. Algunas personas ni siquiera temen que se les
arrebate su propiedad; su mayor terror es que se demuestre que no le
pertenece y que el haberla mantenida cercada durante años no le otorga
privilegios especiales.
- Quintino, debo reconocer que Chávez se la comió con haber otorgado la
propiedad de los terrenos urbanos: ¡hasta yo me beneficié! Pero no te
emociones porque no dejaré de ser antichavista.
- No es mi aspiración, Escualino; por ahora, es bastante que empieces
reconociéndole méritos a nuestro Presidente. Tu adhesión al proceso
revolucionario llegará sola, como resultado de tu autoconvencimiento de que
no se trata de Chávez, sino del país.
- ¡Eso está por verse, Quintino!
- ¡El que tenga ojos que vea, porque lo que está a la vista no necesita
anteojos, Escualino!
- ¡De verdad, Escualino, que me siento mal! Es muy normal, en política,
perder unas y ganar otras; pero de allí a que lo golpeen a uno tanto en un
solo día.¡tampoco!
- ¿A qué te refieres?
- ¡A qué más va a ser! Nos anularon el referendo, que ahora entiendo porque
lo llamaron "confusivo". Nos "aclararon" el significado real del 350. Nos
descubrieron la "trampita" de las firmas. Nos descalificaron a la directiva
CNE que estaba "patria o muerte" con nosotros. Vino Carter y prácticamente
nos dijo que no fuéramos tan "mansos" y entendiéramos que un referendo
consultivo no podía ser vinculante. Después que le dijimos al mundo que el
pueblo estaba contra Chávez, el nos mete ese gentío el 23 de enero y de
pasapalo, la pusimos con el "party" político del 25; en su desesperación,
Enrique Mendoza, llamaba a todos para que fueran a verificar los millones
que teníamos. ¡a ver si alguno caía y se iba a hacer bulto!
- ¡No te quejes, Escualino, que Chávez va a caer!
- ¿Cómo es eso?
- ¡Va caer rendido de cansancio de tantos golpes políticos que le ha dado a
la oposición! Después hablamos porque van a retransmitir el "acto de rechazo
mundial" a Chávez en el Foro Social de Puerto Alegre.
- ¡Quintinooooooooooooooooooooo!
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