El año de 1967, unos militantes de la revolución trocados en delatores, se dedicaron, a desmantelar a la ya debilitada Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), cuya pertinencia o no, había sido el centro de las discusiones en la vanguardia revolucionaria (Continuidad de la lucha armada o Paz Democrática).
Los aparatos represivos se fueron a fondo en la destrucción y aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias; varios camaradas fueron asesinados (sin combate) en viviendas donde se refugiaban, otros fueron ejecutados en plena calle, el apoyo logístico a la guerrilla rural, fue penetrado y desarticulado y a unos cuantos revolucionarios que no pudieron eliminar por razones circunstanciales los capturaron y condujeron a la DIGEPOL, donde fueron sometidos a bestiales torturas.
El Nacional del viernes 23 de julio de ese año desplegó la información en grandes titulares "Desmantelada Banda Terrorista" y presentaba a los supuestos terroristas rodeados de numerosas armas para apuntalar la versión policiaca.
Sin embargo, estos hechos y algunas razones para entender la resistencia armada popular, no escapan a la memoria histórica y, para hacer corto el relato las ubicamos en la asunción al poder del tripartidismo (AD-Copei-URD); cuya primera magistratura a comienzos de 1959, fue ocupada por el líder de AD, Rómulo Betancourt. Ese mismo año, se aplicó un fuerte paquete económico, acompañado de una feroz agresión contra los sectores populares, que se expresó de manera criminal el 4 de agosto en una manifestación de desempleados en la Plaza de la Concordia en Caracas, donde murieron varios trabajadores.
Los líderes de estas agrupaciones de la Social Democracia y el Social Cristianismo, antes habían sostenido importantes reuniones en la ciudad de Nueva York con políticos estadounidenses y luego en Venezuela con la dirigencia local, en la residencia del Dr. Caldera, la quinta" Punto Fijo" de donde se desprende el nombre del Periodo de los 40 años de la Democracia Representativa.
Hoy día no existe ninguna duda, de los planes de estos venezolanos y su conchupancia con el gobierno norteamericano para aplicar no solamente las políticas económicas imperiales, sino también los lineamientos de la Guerra Fría, ya Betancourt, en 1948, en Bogotá, en el marco de la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA) había expuesto su tesis anticomunista dejando muy clara su adhesión a la nueva institución hecha a la medida del imperio.
La Revolución cubana victoriosa, se convertía en un peligroso estímulo para los pueblos y una amenaza para las oligarquías y burguesías latinoamericanas y caribeñas y un reto para el naciente Complejo Militar Industrial Norteamericano. En ese tiempo histórico se organiza el Estado Terrorista venezolano, con el apoyo de esbirros de la antigua policía del dictador Batista y la formación de oficiales de nuestras Fuerzas Armadas, en las Escuelas de las Américas centros de entrenamiento anticomunista.
Las organizaciones revolucionarias venezolanas comenzaron a dar algunas respuestas a la agresión terrorista del Estado, lo cual llevó a ciertas formas superiores de lucha, con la creación de las FALN y el desarrollo de la lucha armada en el campo y en las ciudades. Habíamos entrado en guerra.
En la historia de esa época se cuentan por centenares los caídos en combate, los asesinados, torturados y encarcelados. Una juventud llena de ideales, nacionalistas, progresistas, anticapitalistas, antiimperialistas, emocionados por las ideas de liberación nacional de su tiempo, fueron al sacrificio por la Patria. No enaltece al liderazgo político-militar triunfante, ni a sus descendientes, tanto crimen, en defensa de intereses oligárquicos nacionales y transnacionales. Por allí todavía andan ancianos vencedores de la sinrazón, jubilados por la nación.
No debe ser honroso para los triunfadores hablar de aquellos años, caracterizado por las masacres de campesinos, las torturas y asesinatos de los prisioneros en la Digepol en el SIFA, en los Teatros de Operaciones (TO), y las ejecuciones en plena vía pública.
Los combatientes de aquél tiempo histórico, no olvidamos a los camaradas caídos en combate, eran amplias las posibilidades de morir, formaba parte de los riesgos naturales de nuestras decisiones personales humanas y revolucionarias, ni tampoco nos alarmamos de los juicios rápidos y sentencias en Cortes Marciales, ni lloriqueamos por los largos años en las horrendas cárceles. Lo que si condenamos era la cobardía y las prácticas fascistas de los represores, y de la clase política en el poder, que exterminaron a una buena parte de jóvenes venezolanos talentosos, honestos, acudiendo a las inenarrables torturas para degradar a los combatientes prisioneros, convirtiendo en práctica común las desapariciones de revolucionarios o el lanzamiento de prisioneros de helicópteros en el mar o en la montaña.
Estos guerrilleros urbanos y rurales, sabían que podían morir, como en efecto ocurrió en numerosos casos: ERA UNA GUERRA, se enfrentaba a la oligarquía venezolana y a sus socios extranjeros, combatían y caían, eran hombres y mujeres de ideales, era GENTE BUENA, pero no fueron ASESINOS, y sus ideas eran de redención social, de soberanía nacional.
En los nuevos tiempos hay insurgencias diferentes, ideas distintas, y objetivos deleznables: hay claramente un sector activamente vinculado a lo más anti venezolano de la oligarquía nativa y asociados a los intereses transnacionales y concretamente a la economía más agresiva y corrosiva imperial el capitalismo financiero.
Estos grupos no atienden al concepto de Patria, y cualquier método será valedero si los acerca al objetivo, por ello, han sido capaces de traer centenares de paramilitares colombianos y uniformarlos como soldados venezolanos para propiciar enfrentamientos y masacres entre nosotros mismos, por ello también las prácticas terroristas de las Guayas y los degüellos, el incendio de guarderías, del transporte público, de instituciones públicas y privadas, instalación de francotiradores para asesinar a ciudadanos de bandos diferentes para crear confusión y pánico, los asesinatos selectivos como mensajes y escarmiento, caotizar las vías públicas y las urbanizaciones para crear rabia, dolor, impotencia, temor, desesperanza, desordenando la psique de los habitantes para facilitar su manipulación.
La actual situación político-económica-social de nuestro país es verdaderamente delicada, la derecha nacional y el imperio, no están jugando y avanzan sobre nosotros con fuerza y resolución, cualquier venezolano medianamente informado lo sabe, puesto que es una experiencia planetaria que los factores fascistas no los detendrán diálogos, ni modestas concesiones ¡PUES NO¡ la jauría lo quiere todo: petróleo, divisas, biodiversidad, minas, agua, ubicación geográfica y sobre todo vienen por nuestra Soberanía y Dignidad de Pueblo con HISTORIA IRRADIANTE.
Pienso que a los venezolanos, nos queda sostenernos en nuestra historia digna, acudir con mayor frecuencia al colectivo de ideas, oír mucho y aprender del pasado. Controlar la soberbia política, la prepotencia, revisar si hemos sido atrapado por el triunfalismo y la mentalidad electorera, si nos embelesamos ante el aplauso y los halagos, evitar una visión angosta de la realidad y ausencia de horizonte, no descuidar nuestra curiosidad y capacidad de observación de lo social, de lo humano y de la naturaleza, tomar con pinzas las opiniones de los súper-expertos y dueños de la verdad, estar atentos con los liderazgos mesiánicos, abstenernos de tomar decisiones apresuradas e inconsultas, apoyarnos más en la ciencia que en lo esotérico . Sin embargo, hay una síntesis de la sapiencia humana, que es muy personal, que nos puede ayudar: la INTUICIÓN y la MALICIA.
Pero, hay algo muy grave, en nuestro discurrir histórico-político, que hay que enfrentar con mucho valor y es la IMPUNIDAD, aberración que nuestro Libertador Simón Bolívar, señaló muchas veces.
"La impunidad de los delitos hace que éstos se cometan con más frecuencia: al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos" (1)
Los criminales del punto fijismo, tanto los ejecutores de tantos asesinatos, así como los responsables políticos, quiénes en su mayoría son hoy ilustres jubilados y pensionados de la República, la misma que desfalcaron y hundieron.
Desde el ascenso de Chávez, a la Presidencia de la República (1999) la ultraderecha venezolana y sus aliados norteamericanos y europeos, han hecho lo indecible por liquidar el Proyecto Político Bolivariano y esto, ha devenido en numerosos crímenes y cuantiosas pérdidas materiales:
"La clemencia con los criminales es un ataque a la virtud" (2)
1.-Bolívar, Simón/Carta a Bartolomé Salom. Pativilca (Perú) 15 de enero de 1824.
2. Bolívar, Simón/Carta a Estanislao Vergara. Quito, 22 de abril de 1829.