La revolución hace rato que va rumbo a la mierda mientras que al gobierno y a los dirigentes del PSUV parece importarles un bledo.
La justificación esgrimida es que somos víctimas de una guerra económica; lo cual no deja de ser cierto, pero hay otros hechos que explican esa realidad y quizás el más importante de ellos es que no hemos sido capaces de dar repuesta efectiva a ninguno de los ataques, quedándonos en la denuncia y en una amenazadera que raya en lo ridículo, de tanto que se repite, sin que se pase a la acción.
La guerra económica contra la revolución no es nueva. De hecho, comenzó cuando el Comandante aún gobernaba, sólo que ahora la falta de respuestas nos tiene como todos sabemos y sufrimos.
Frescas están en nuestra memoria las palabras de Albis Muños, despues del sabotaje petrolero: "No tumbamos el gobierno, pero le hicimos un hueco a la economía".
Esas palabras de la bruja... perdón de la señora, dejan en claro que entre sus objetivos siempre ha estado el de quebrar al pais para destruir la relación del pueblo con su gobierno.
Recordemos, para reforzar esta idea, que siendo Chávez presidente realizaron un ataque bestial contra las reservas monetarias del país. En una acción muy bien planificada jugaron a la reducción de las reservas, la devaluación de la moneda y al incremento de la inflacion, mediante la compra masiva de dólares.
Obligaron con eso a imponer un control de cambio que más tarde le brindaría la oportunidad de generar malestar y hambre, amén de colapsar la economía.
Crearon un mercado negro de divisas con los dólares entregados por CADIVI e impusieron a Dólar Today como la referencia oficial de ese mercado. Lo demás fue coser y cantar.
Con una diferencia abismal entre el dólar oficial y el negro impulsaron el contrabando masivo (con ganancias hasta de 10.000%) iniciando así, un vía cursis para el pueblo... escasez con inflación.
El contrabando lo alimentaron en buena medida con el bachaqueo pagado, a sabiendas (siempre fue parte del plan) que eso daría como resultado la situación actual: un negocio masivo con tres tipos de bachaqueo (organizado, pagado e independiente)
Sería entrar en el terreno de la especulacion decir como habria respondido Chávez a estos ataques, pero no lo es afirmar que NINGUNO de los que hoy dirigen el país ha tenido una idea decente para contrarrestar los efectos de esa guerra económica y mucho menos para pasar a la ofensiva.
Por cierto deberíamos cambiar el nombre a esa guerra económica, pues en una guerra hay ataques de lado y lado y en ésta sólo nosotros recibimos coñazos. Ni uno sólo lo devolvemos.
Sobre lo que sí podemos especular es sobre las próximas derrotas que el escualidismo le infligirá a la revolucion y al pueblo:
1. Convocarán a referendo y lo ganarán
2. Harán nuevas elecciones y también las ganarán.
3. El nuevo presidente convocará a constituyente y volverán a ganar.
4. Cambiarán la constitución y eligirán nuevas autoridades de los poderes públicos
5. Enviarán el sueño de Chávez, la constitución y el pueblo a la mismísima mierda.
Ahora, este triste, pero muy posible, escenario que hemos expuesto pareciera que es lo que mueve a la inacción del ejecutivo, quien sólo atina a intentar darle largas a la agonía.
Ellos (nuestros líderes) saben que la caída de la revolución desatará una persecución y una represión nunca antes vistas. Con el control total de los poderes y con el espíritu fascista que los mueve no es difícil imaginar como correrá la sangre ni como llenarán las cárceles.
Esto es lo que nos motivó a escribir esta nota. "Olemos" en el ambiente que la inacción y el caos es consecuencia de la concentración de los líderes en elaborar planes personales de contingencia para resguardar su vida y la de los suyos una vez se derrumbe todo.
No, no somos enemigos de la revolución. Escribimos esto con profundo dolor, pero estamos obligados a alertar al pueblo sobre lo que creemos se le viene encima.
Este pueblo, que no ha cesado de luchar jamás, está hoy confundido y sin la esperanza que Chávez sembró en su alma, pero de su vientre han nacido los líderes más grandes de esta América mestiza de los últimos siglos y eso volverá a ocurrir. Mientras tanto tendrá que seguir librando sus batallas contra los mismos de siempre. Llámense Rómulo o Ramos, Lusinchi o Ledezma; Caldera o Capriles