Cuando uno lee comentarios de alguien a quien se consideraba un tipo de izquierda de verdad, abogando por quienes están tratando de tomar el poder en Venezuela a través de un permanente saboteo, desde que llegó el propio comandante Chávez al poder, valga la redundancia, hasta nuestros días, a uno no le queda mas nada que pensar que esa persona, se bebió una cerveza mala o batida.
O, a lo mejor se tomó la cerveza de un solo trago sin respirar y no botó el poquito que se echa a tierra y le cayó mal. Porque, ¿como puede ser posible que sea un golpe duro a la población, que no haya malta y cerveza, si ya Lorenzo, nos ha estado golpeando con los alimentos, que si son esenciales en realidad?
¿Por qué tendría que preocuparse el venezolano por la situación de Polar? ¿Cuál alimento produce la Polar, si ya mucha gente sabe que ellos lo que hacen es empaquetar productos? Es cierto que es una fuente de empleo, directo o indirecto, pero a que precio, si se observa a través de los medios de comunicación, que muchos de sus trabajadores viven quejándose de las condiciones laborales abusivas a las cuales son sometidos.
Además, no se puede pensar que la suerte del país depende, de si se le entrega dólares a Mendoza. Ya existe un despliegue de información y análisis de muchos investigadores sobre la empresa Polar que dan cuenta de la cantidad millonaria de dólares que ha recibido la misma, y que aun se espera que le de el uso para el cual fueron solicitado, lo que indica que bajo esas características es imposible renovarle sus peticiones de dólares y sobre todo si se sabe que dicha empresa participa en el golpe económico que padecemos.
De todos modos, ya en el 2002, cuando el golpe de Estado, bebimos ron blanco con ponsigue, con piritu, con pasote y, creo que hasta con morrona ¿Qué importa si se deja de beber cervezas, mientras Lorenzo chantajea al gobierno con los dólares para la cebada?
En todo caso, no quiero pensar que Vladimir, por quien, aun sin conocerlo sentía un gran respeto, se haya quedado dormido en la mesa harto de cerveza y, solo reacciona cuando oye que la mesera le golpea la siguiente cerveza en la mesa.