En democracia las confrontaciones de sectores antagónicos son naturales. Quienes están en el poder político central no quieren perderlo, y quienes una vez lo tuvieron quieren volver a tenerlo. Eso pasa en todos los países y sistemas. No es de extrañar que en Venezuela, donde hoy se vive una de las peores crisis sistémicas de la república, solo superadas por las guerras independentistas y federales, se confronten dos modelos antagónicos.
La Revolución Bolivariana, en el marco del idealismo chavista, ha tenido desde 1999 la supremacía del poder político, defenestro al viejo andamiaje adeco-copeyano del siglo pasado. Hoy, en plena crisis existencial, el chavismo se derrumba, y resurge la tesis de la social democracia como alternativa de estos nuevos tiempos. Pero hay mucha gente preguntándose..¿ Qué fue lo que sucedió con el ideal chavista?. ¿Porque su derrumbe?. ¿Es que acaso sus 5 millones y medio de simpatizantes dieron la espalda?. ¿Qué opciones quedan al chavismo?.
En esta última interrogante es donde queremos ubicarnos y analizarla en el contexto histórico. En estas últimas semanas, de boca del presidente Maduro y de algunos ministros y voceros del poder político central, han señalado que la oposición, exactamente la MUD, no debe ni puede llegar al poder político central en Venezuela, solo debe conformarse con lo ganado en la AN y con algunas gobernaciones en las próximas elecciones de diciembre. Para ellos (la oposición) está vetada de llegar a la silla de Miraflores. Es inquietante escuchar de la boca del presidente Maduro expresiones como estas, palabras más o palabras menos…" Que de ganar un escuálido, se iría con la fuerza cívico- militar a la calle en rebelión"… O una de Diosdado, "La oligarquía y sus adláteres nunca jamás gobernaran a Venezuela", o la del ministro del trabajo…" Si la oposición logra triunfar paralizaremos al país por completo"….
Debe preocupar todo esto que señalamos, porque en el juego democrático se gana y se pierde. Y quienes deciden la conformación del sistema político son los ciudadanos, no los políticos, ni los militares, son ellos quienes deben subordinarse ante el soberano, y no al revés. Muy pronto el país debe ir a elecciones referendarios, de gobernaciones etc., esto es lo normal en un país democrático, oponerse a ello, es ir en contracorriente a la voluntad del soberano, es decir del pueblo como les gusta llamarlo a los politiqueros de turno.
El gobierno central debe reconocer que la situación está de color de hormiga, que el tiempo se le ha ido en discurso y paños tibios que no han logrado frenar la grave crisis que atravesamos. La oposición debe hacer un mea culpa, en función de no haber coadyuvado a la solución de los problemas. Hay que estar claro en algo, los factores políticos antagónicos en una democracia verdadera son necesarios, el uno, no puede existir sin el otro. La crisis política, económica y social que hoy vivimos no será superada de la noche a la mañana, se necesitara un mediano plazo para superarla, siempre y cuando todos, ciudadanos y gobierno de turno nos montemos al país en el hombro.
Tenemos que recordarle al presidente Maduro, que no existe "Rebelión" pacifica. Quizás la más aproximada al "pacifismo" fue la que guio Mahatma Gandhi, pero recordemos también como termino su vida, fue asesinado, la violencia se hizo presente, en una confrontación civil, todo el mundo sabe cuándo comienza, pero nadie sabe cuando termina…
Los ciudadanos venezolanos, que vivimos en esta tierra de gracia, solo aspiramos, trabajo justo, remunerado de manera tal que cubra un poco más de nuestras necesidades básicas, seguridad personal, instituciones que nos garanticen salud, educación para nuestros hijos , mejoramiento de nuestro ambiente, sin causar deterioro del mismo. Son cosas sencillas….. Comprendemos la pugna por el poder político entre el chavismo y la derecha, pero quien les dijo a ellos dos, que nosotros somos invitados de palo…. Mucho cuidado….
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