Salvada por un trueque

Estoy pensando bien, lo que puedo regalar a mi madre en su día; pero no como antes, cuando podía recorrer los centros comerciales, las tiendas y los mercados en la búsqueda de regalos buenos, bonitos y baratos, que se conseguían fácilmente. De esos tiempos, recuerdo la forma de pagar al contado, billete tras billete y, si quedaba algún cambio, me daba el tupé de decirle a la vendedora o vendedor: "Déjalo así".

Ahora no. A lo mejor la propina que di entonces, me falta para comprar el regalo de mi madre, hoy. Pero, de seguro, si se me ocurriera comprar algún regalo caro a mi madre, la única forma que tendría de cancelarlo sería con un poquito de la tarjeta de débito, un poquito en efectivo y el resto con la tarjeta de crédito y, al final darle las gracias a la vendedora o vendedor. Hay que tomar en cuenta que todo ha cambiado y, comprar depende de las posibilidades de cada quien.

Cuando dije que hay que pensarlo bien, es en función de la utilidad del artículo a comprar para mi madre. Ella, ya no está para utilizar celulares, ni electrodomésticos de última moda; ni perfumes, ni tabletas. Yo sé cómo la voy arreglar en santa paz. Y cualquier obsequio, sé que lo va a agradecer, pues ella es muy sencilla en sus gustos. Es por eso que buscaré apoyo en la filosofía televisiva, para que aclare lo que realmente quiero.

De hecho, es conocida la cuña de televisión que hace referencia a un Seguro, el cual, es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. Posiblemente, esta filosofía, repito, fue la que hizo que me aventurara a adquirir productos de más en mis compras bachaqueras. Por eso es que digo, que las colas que hice para comprar, fueron buenas, porque compré pañales de niños, sin tenerlos y pañales de adultos, sin necesitarlos, ni tener incontinencia.

Creo, además, que esto no es bueno, ya que le quito la oportunidad de hacerse de unos pañales a cualquier madre desesperada, cansada de que el bebe la orine a cada rato. También creo, y ahora más que nunca, que lo que he visto de otros compradores es razonable, si se piensa que existe la posibilidad de hacer trueques con otras personas que poseen el producto que yo necesito; mientras yo tengo el que ellas quieren. Ya lo decía el comandante Chávez, sobre la importancia del trueque, considerándolo como socialismo. Es claro, además, que es una forma de combatir el bachaquerismo, que nos agota la paciencia y el dinero que recibimos por nuestros trabajos.

Finalmente, quien ganó con esta acción fue mi madre; pues, siendo su día hoy, no tenía nada que regalarle, pues todos sabemos la situación critica del país y lo caro que están las cosas. De allí que, decidí contactar a una persona que ofrecía un jabón de olor, una crema dental y un desodorante, porque mi madre podrá ser vieja pero hedionda nunca. A cambio le entregué a esa persona, un paquete de pañal.

Es por eso que digo, que mi madre fue salvada por un trueque y, recibió su regalo en su día. De ahora en adelante, mientras persista el bachaqueo, compraré por mi número de cédula todo lo que llegue a cualquier negocio, solo con el fin de hacer mis truques de vez en cuando, porque los productos, es mejor tenerlos y no necesitarlos, que necesitarlos y no tenerlos.



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Jesús Rafael Barreto


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