Como se trata de una figura netamente nacida del chavismo, del presente Socialismo del Siglo XXI, las Juntas Comunales han parecido ser no menos chavistas; desgraciadamente no es así.
Este es el caso: En las parroquias cuya población electoral se inclina por Alcaldes, gobernadores, legisladores y Presidentes de su preferencia política, consecuencialmente, es de esperarse que aquellos sectores parroquiales no chavistas mal podrían elegir Juntas Comunales chavistas como tampoco representantes eclécticos en los CLAPES ni en materia concerniente a la Distribución de las bolsas Casa por Casa.
Es por esa incertidumbre y porque no todas las Juntas Comunales se hallan en manos chavistas, sino que, por el contrario, muchos de sus habitantes hasta van a misa a rogarle a Dios la desaparición física de Maduro, lo hacen hoy como ayer rogábanle la de Chávez y hasta los complació. Esta es una cruda y terrible vendad, particularmente en esta mantuanísima Valencia, estado Carabobo.
Cierto que todas las parroquias, con inclusión de las más domesticadas por la derecha mantuana de vieja y colonial data, albergan familias de pensamiento chavista, son chavistas, y estas obviamente están sufriendo, pasando y pasarán hambre ya que a ellas no llegará bolsa alguna de comida mientras tales Juntas no sean renovadas y el Estado improvise representantes y distribuidores alternos.
Es claro que los antichavistas de esas parroquias también están pasando muchas dificultades derivadas de las colas y los elevados precios, pero, según ya se sabe, ese es el precio que ellas deben pagar, supuesto de ellas y ellos, para poder salir de Maduro.
