Como fuimos violados como diputados por el general Zavarce, acudimos
ante usted, señora Fiscal General, aunque Ramos Allup, no la quiera, a
solicitar que nos resguarde del atropello que fuimos víctima cuando
pacíficamente acudimos al CNE a conversar con la señora rectora
presidenta de ese ente, cuya sagrada intención era verla a los ojos y,
de que nos oyera, aunque fuera una vez.


Nuestros deseos son muchos cuando por buena intención luchamos, aunque
otros digan lo contrario, nos acercamos a cualquier institución del
Estado a resguardar al pueblo como funcionarios del poder legislativo
electo por el pueblo al que precisamente defendemos cuando a ellos nos
acercamos, pero últimamente hemos llevado palo parejo por los garantes
del orden público que no nos respetan como nosotros a ellos. Y han
roto la máxima de la pacificación mundial de, uníos y amaos los unos a
los otros, cuando nuestras armas son las palabras que chorrean en la
AN.


En nuestra condición de diputados de la MUD y no del pueblo como antes
como consta en nuestra aceptación bien definida en los principios
básicos que ordenó esclarecer, Ramos Allup, para separarnos de algún
mal entendido que no nos dé la libertad de actuar y, en tal sentido
fue la MUD la base de nuestro acuerdo y, así somos en principio
irrefutables fuera de todo orden que nos quiera acosar, pero al pueblo
nos debemos cuando de sus votos necesitamos por los cuatro años de
nuestra permanencia como mínimo en la AN.


Y en tal sentido acosados nos hemos sentido un dilatado grupo de
nuestra organización por las medidas del general Zavarce que, sin
mediar palabras a su consecuencia nos ha empujado con ironía
ensordecedora como si fuéramos habitantes de barrios y, en eso el gran
disparate de llevarnos a la palestra pública como diputados fuera de
orden que no aparece en el reglamento de interior y de debates de
nuestra AN y los demás diputados que son del gobierno de Maduro se
burlan de nosotros como sino gozáramos de inmunidad parlamentaria,
para transitar por donde sea.


En la acción-reacción de ese día fue de un mal día y lo planeado era
entrar al CNE como todo ciudadano tiene derecho y, nuestras consignas
eran de alegría, acuñadas de paz que devengaran más bien sonrisas,
palpitaciones de consideración y respeto, pero no, el general se nos
envalentonó y le dio más consideración al TSJ que a nosotros y,
después vinieron los empujones por detrás y por delante y un forcejeo
que nos minaba, pues ellos eran más que nosotros que, a decir verdad
nos violaron a mansalva nuestros derechos y, Julio Borges que no se
mete ni nunca se ha metido con nadie, lo dejaron salpicado de
moretones y, su rostro -pobrecito- se la pusieron como si recién
saliera de haberse hecho una cirugía plástica y ahora quedó feo sin
argucia y se la pasa emberrinchado.


Fuimos y caímos, señora Fiscal general, lo que parece ser en una
emboscada dictatorial que nos tiene al borde de la desesperación
continuada y, jamás pensamos ni creímos que este régimen actuará de
cara a un mal antecedente que nos fustiga en la intimidad de nuestra
libertad y, razones más que suficientes y, más en los vídeos que
presentaremos, para sentar en el banco de los acusados al general
Zavarce que el sabe que al pueblo lo que es del pueblo y, como tal en
su condición de militar nunca debió intimidar nuestro orden de
servirle a la Patria que en ese momento era nuestra situación.


Dolidos estamos y cómo no estarlo: si nuestro fuero parlamentario rodó
por el suelo del maltrato que si a ver vamos hemos quedado en
desbandada angustiante sin poder fustigar con nuestro verbo de lo
pasivo se ha ido a lo transitivo fuera de poder y poder somos. ¡Oh
Dios ampáranos!