La empresa capitalista: Estado, empleo y desahucio

En estos días del pasado mes de junio, me llamó un amigo para darme la mala nueva de haber sido echado de la empresa donde laboró exitosamente como empleado (Gerente) alrededor de dos décadas, recibiendo durante su permanencia todos los elogios y reconocimientos. Ahora es un septuagenario. Un buen día cual "Heraldos Negros", se presentaron un grupo de ejecutivos con varios papeles cuidadosamente elaborados, entre ellos; su carta de renuncia y agradecimiento por haberle permitido trabajar en dicha empresa, otros documentos y un cheque de liquidación.

Este trabajador no fue consultado para tal decisión, se sintió atropellado, pero su experiencia le hizo entender que él vivía en una sociedad capitalista donde el reclamo de sus derechos le llevaría a enfrentar una muralla jurídica difícil de superar para un asalariado aislado.

El Capitalismo lo abordaron notables hombres del Siglo XIX, siendo los más conocidos los alemanes Carlos Marx y Federico Engels, seguramente a su presencia en la historia contribuyó la disciplina metódica al agarrar por los cachos a las ciencias sociales, unido a un consecuente activismo político vinculado a la clase social del proletariado.

Si alguien ha tenido conciencia del rol que pasó a ocupar en la sociedad, ha sido precisamente la Burguesía capitalista, quién rápidamente manifestó su alarma ante la amenaza que surgía, crecía y se extendía, así lo observaron Marx y Engels, en un nunca bien ponderado y siempre ultrajado folleto probablemente publicado en 1848, "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el papa y el zar, Meternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes" (1)

La burguesía afinó sus estructuras para hacer posible su dominación, en ese sentido organizó al Estado, a su saber y entender, cuyo sostén ideológico se fundamentaría en la construcción, reunión y manejo de conductas humanas, donde la separación social, la exclusión y el individualismo adquieren categoría de comportamientos lógicos en la vida humana.

En consecuencia en la sociedad capitalista, resulta lógico que a un septuagenario se eche a la calle, pues priva en la mentalidad empresarial la idea corporal del proceso productivo, que es en definitiva la esencia del capitalismo, donde la compra de la Fuerza de Trabajo, hace de ella una mercancía, porte Braga O paltó y corbata.

"La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados" (2).

En nuestra avanzada Constitución Bolivariana, esta situación fue contemplada, y, así se establece en el Articulo 80, que señala: "A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho a un trabajo acorde con aquellos y aquellas que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello".

Las clases dominantes a la par de la apropiación de la riqueza social, van construyendo sus aparatos que la sostienen, que la legitiman: ideas, valores, es decir la ideología. Hace más de cuarenta años Ludovico Silva, en el abordaje de estos temas nos comenta, que si Marx, hoy día le tocase definir la ideología, le echaría mano a las nuevas ciencias, entre ellas el Psicoanálisis o "datos como el crecimiento prodigioso de los medios de comunicación social, medios que son hoy la fuente ideológica más abundante". (3)

Pero el gran instrumento de las clases o sectores dominantes es el Estado Burgués de larga data histórica y bendecido universalmente. Los sectores políticos que asumieron el poder en 1999,liderados por el Comandante Chávez, se empeñaron en dotar a la nación de una nueva Constitución, a fin de mejorar, recomponer e incluso cambiar ese viejo y viciado instrumento de las clases dominantes al servicio del capitalismo nacional e internacional.

Pienso que las Misiones apuntaban hacia allá, organizaciones nuevas, frescas, que atenderían urgentes y verdaderas necesidades de la población menos favorecida e incluso, la creación de los Consejos Comunales y las Comunas, abrían una perspectiva democratizadora de gran aliento, pero el viejo Estado estaba allí, mandando en jefe, y cuando hablo de ese instrumento me estoy refiriendo a su existencia ideológica.

Sin embargo, este Estado, tiene una característica que desde nuestra óptica puede ser una debilidad, que al igual que en el pasado es políticamente clientelar, y, su estructuración atiende a organizaciones políticas verticales-cupulares, que por supuesto tiene su explicación en la formación económica-rentista-petrolera de nuestro país, que termina por no comprometerse con los tiempos revolucionarios y deviene en un aparato ineficiente.

La asignación que tenemos en la división internacional del trabajo: la extracción petrolera, que nos ha empujado a vivir en las ciudades trabajando como funcionarios del Estado o en los servicios, (Sector terciario de la economía) pero todos, TODOS, viviendo de la renta petrolera, hace difícil evadir el clientelismo político.

El caso es, que tenemos una nación que resulta de gran interés para el capitalismo nacional e internacional, por ello hay quienes se desvelan pensando en nosotros, almirantes y "tanques pensantes", que no hay que descuidar, pues son mandaderos de un círculo de poder mundial, que ha operado con mucha eficacia en intervenciones y destrucción de diversos países.

Esta delicada situación que vive nuestra Patria, no escapa a la acción de estas preocupaciones imperiales, bloqueos financieros, lineamientos a las empresas multinacionales para manipular la producción con la escasez y los precios, la campaña mediática mundial distractora, el uso de instituciones internacionales como instrumentos de chantaje, Estrategia petrolera de precios global con grave repercusión en nuestra economía rentista-petrolera, apoyo sistemático y permanente al mercenarismo nativo, aprovechamiento del estado venezolano de sus viejos vicios burocráticos y corruptos.

En la actualidad la estrategia aplicada por la ultraderecha fascista imperial y sus agenciados nacionales, es un viejo método empleado en todas las revoluciones o gobiernos progresistas, que tiene que ver con las particularidades políticas y económicas de la nación a desestabilizar y subvertir.

Conoce muy bien el imperio nuestras debilidades económicas, al fin y al cabo desde hace mucho, ellos y sus corifeos nacionales han determinado la economía nacional como mono productora petrolera cumpliendo la función como suministradora de ese rubro en la economía mundial atendiendo a la división internacional del trabajo.

Un buen día descubrieron que estos países de la periferia para salir del subdesarrollo debían industrializarse, eso implicaba la llegada de capitales, establecimiento de empresas y en consecuencia la creación de empleo. Hubo movilización de autoridades y se crearon zonas industriales en terrenos ejidales, urbanizados seguramente con aportes de recursos nacionales.

Pero al parecer, la mayoría de esas empresas no pasaban de ser industrias de ensamblajes (Maquila dirían hoy) que terminarían demandando divisas al Estado para traer los insumos (materia prima), para poder desarrollar el proceso productivo. Esta asignación de dólares fue durante bastante tiempo en unos cuantos casos (¿En investigación?) una fiesta de billetes verdes, apilándose los contenedores cargados de hierros viejos o de basura en los diversos puertos de la República, o la perversión de la sobrefacturación, hábito expoliador que a la larga se convertiría en una tragedia, al disminuir la renta petrolera y al verse obligado el Estado a aplicar un torniquete al grifo de las divisas y afectar los intereses capitalistas, que de ninguna manera aceptan la disminución de ganancias.

Pero hay alguien más que está descontento, son los ciudadanos que perciben modestos ingresos que integran amplios sectores de la clase media, empleados, obreros, pensionados y jubilados. Pero esto no es un asunto que le interesa al capitalismo, piensan que el Estado debe disminuir la inversión social, y así se les abriría una oportunidad a las empresas para la captura de las menguadas divisas. Esto no es un asunto estrictamente nacional, el colapso de la economía europea y la caída en picada del Estado de Bienestar Social, le ha servido a los gobiernos de derecha para reformar leyes en beneficio de los sectores empresariales, afectando salarios, estabilidad laboral, disminuciones de las pensiones y los derechos sociales en general, abriendo las puertas a la pobreza, al racismo, Chovinismo o sea el Brexit.

En cuanto a los venezolanos y nuestra situación actual, nos obliga a hilar fino, hay un hecho importante político, humano, y de justicia establecido en la Constitución de la República Bolivariana, que no podemos perder de vista y lo recoge el Capítulo V (De los Derechos Sociales y de las Familias) en su Artículo 91:

"Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a 8n salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas, materiales e intelectuales (…) el Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y sector privado un salario mínimo vital que sea ajustado cada año, tomando como una de sus referencias el costo de la canasta básica. La Ley establecerá la forma y el procedimiento".

Chávez alguna vez habló de la importancia de la matemática, y efectivamente nos ponemos a echar números con nuestros sueldos, salarios y pensiones y el costo de la vida nos abofetea. Incursionamos en los planes del gobierno en materia de distribución de alimentos basándonos en el número de familias en la nación, y pensamos que no va a ser posible atender a un amplio sector poblacional. Es innegable que la Revolución Bolivariana ha intentado cumplir con lo pautado en la Constitución, pero las clases dominantes nacionales y exógenas, han atacado por la "línea de menor resistencia" y no ha habido línea Maginot que los pare, vulnerando nuestras conquistas sociales.

Las células conspirativas que promueven la violencia y el saqueo se apoyan en nuestras debilidades políticas y gubernamentales que son inocultables, y que hacen de verdadero "caldo de cultivo".

El comportamiento irregular de las empresas fabricantes de productos de consumo masivo, las anomalías de las distribuidoras, la especulación creciente del comercio minorista, ha conducido a una grave escasez de bienes y al fomento del grave problema del "Bachaquerísmo" que se ha extendido cual plaga por la nación entera. Toda la vida comercial ha sido impregnada con la aberración del sobreprecio, llegando incluso a desatarse por doquier vendedores de rubros agrícolas, aparentemente cartelizados sin presencia ni control de alguna autoridad.

Hace algún tiempo el Estado venezolano se ufanaba de tener sus trabajadores en La Región un buen salario mínimo, y todos nos sentíamos orgullosos, Hoy por todo lo que acontece se ha vuelto autenticas "Pompas de jabón". Mientras tanto, el hambre está tocando las puertas de muchos hogares, reaparecen los niños pedigüeños y los nuevos huecos en la correa se ha hecho un tema de conversación recurrente.

LA REVOLUCION ES CULTURAL

1.-Marx-Engels./El Manifiesto Comunista/pág., 17/Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975

2.-Ibid, págs. 24-25

3.-Silva, Ludovico/Teoría y Práctica de la Ideología/pag, 15/Editorial Nuestro Tiempo/México 1976.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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