Desiderátum Apureño

Civilización Primitiva

Sin duda que nuestro título debe causar cierta expectación y contrariedad al lector, porque civilizado se presume a quien haya superado la condición primitiva del homínido sapiente que habita el planeta Tierra; no obstante ese título lo hemos utilizado porque efectivamente existen seres humanos en la actualidad nuestra venezolana, quienes aunque caminan bípedamente, han perdido el pelambre "monoide" y viven en una época de cibernética y robótica, lamentablemente tienen en el hipotálamo cerebral (digo yo que en ese sitio) una "glándula" muy particular y todavía poco conocida por la ciencia, la cual segrega una hormona generadora de conductas primitivas, cavernícolas o trogloditas, es decir, pertenecen a la Civilización Primitiva, aunque anden alrededor nuestro.

Ciertamente nosotros hemos estado haciendo el ejercicio de paleo antropólogos al recoger información sobre aquellos sujetos de ambos sexos, concretamente los denominados "bachaqueros", quienes últimamente se han dedicado a la tarea de destrozarnos la vida revendiendo los productos y mercancías de todo tipo a precios siderales. Son personas de apariencia o fenotipo común o normal, pero de conducta o genotipo criminal, especies de caníbales, verdaderos desalmados, gente sin escrúpulos y, obviamente, incapaces de sentir un ápice de sensibilidad o solidaridad para con alguien necesitado.

Los "civilizados primitivos" trabajan orquestados y entre ellos podemos encontrar desde jóvenes (o "vejucos") de ambos sexos sin oficio conocido en el barrio, pasando por el obrero o empleado de cualquier institución, bastantes funcionarios uniformados de organismos de seguridad, buena cantidad de dueños de comercios, hasta llegar a los encopetados que traen mercaderías "made in extranjero". En todos ellos la característica habitual es aprovechar de adquirir a muy bajo precio, o incluso robar (que les resulta mejor) cualquier cosa factible de vender y luego ofertarla con precios superiores al Mil por Ciento. Por ejemplo; pueden robarse un medicamento anti – hipertensivo de la farmacia del centro de salud y cuando a éste llega un infartado, lo ofrecen al familiar en venta a un precio particularmente criminal, porque sabe que quien lo necesite tan urgente pagará de cualquier forma. En todo caso, si no lo paga y el paciente fallece, otro colega "civilizado primitivo" se encargará de sacarle al familiar las tiras de la piel, con el precio de los gastos fúnebres.

Estos sujetos, al decir de nuestros abuelos, no tienen paz con la miseria, porque teniendo alimentos y medicinas en su depósito de mercaderías, ni siquiera un famélico niño enfermo o hambriento les ablanda el corazón de roca que tienen; pues aún siendo familiar de ellos, no se lo venderían de ningún modo a bajo precio y regalárselo jamás sucedería. Prefieren dejarlo morir y luego echarle las pestes al gobierno en sentido general. El colmo es que en la cofradía de "civilizados primitivos" la militancia política nada tiene de importancia. Los hay de derecha, de centro, de izquierda, "ambidiestros", además de los extremos también.

Pudiera ser que la valoración de nuestros lectores estime que el sarcasmo no es la mejor o más idónea forma de referirse a la desgraciada situación que padecemos en el presente los que tratamos de llevar una vida normal, común y corriente. Cosa que es correcta pensarla así, pero afortunadamente estamos absolutamente seguros que a esta altura no debe existir en Venezuela ni un solo ciudadano trabajador, quien no haya sido víctima de ese tipo de malos ciudadanos, más bien de criminales ciudadanos, quienes andan estafando a los demás, aprovechándose de la necesidad ajena y profundizando la escasez, el contrabando interno y la inflación.

No es sarcasmo llamarlos de tal manera, porque es inaceptable que en un país de tantas posibilidades materiales y tanto talento humano, la gente honesta tenga que soportar estoicamente la espera en una larga cola para adquirir un alimento, una medicina o un producto cualquiera, pero que entonces cuando llega lo necesitado, se aparece un grupo de bandidos con o sin uniformes, prevalidos de armas ilegales o reglamentarias, a llevarse las cosas por montones para ir a revenderlo en otros lares, mientras los demás quedan impotentes, enardecidos y desesperanzados sin poder comprar lo que necesitan.

Este problema es muy difícil de resolver, porque además que forma parte de una estrategia para intentar acabar con el gobierno, tal y como la utilizaron en la república de Chile cuando Salvador Allende fue Presidente, aquí una parte de la población perdió todo vestigio de valores humanos porque se acostumbró a la dádiva, la vida fácil y el derroche, posibilitado por la renta petrolera que dio y dio hasta más no poder para mantener el clientelismo, el despilfarro y la corrupción. Sumado a todo lo anterior, la anarquía y la delincuencia han rebasado la posibilidad resolutiva de los organismos competentes, así como dentro de los mismos también la corrupción corroe aceleradamente los soportes de moral que pudieran existir. Tales casos son reseñados en la prensa a diario para certificar tal realidad y no quedar nosotros por manipuladores, exagerados o mentirosos.

Manifestar todo lo anterior no implica la renuncia a las convicciones y aspiraciones que tenemos por un mundo mejor, muy por el contrario, para intentar resolver uno o varios problemas que están patentizados en la realidad cotidiana, se hace imprescindible reconocer que existen, valorar su impacto en la sociedad, exponer criterios sinceros ante los afectados y estar dispuestos al debate creador, el análisis conjunto y construir colectivamente las propuestas de solución necesarias. Porque creerse dueño de las verdades y barrer por encima dejando la basura bajo la alfombra o escondida en el rincón apartado, es tan igual como creer en las tonterías de la vanidad que con el maquillaje o la cirugía estética se detendrán los efectos del tiempo sobre el cuerpo, en la misma manera que ocultan circunstancialmente las pecas y las arrugas…



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1945 veces.



Oscar Adolfo Alvarado

Licenciado. Vicepresidente del Consejo Legislativo del Estado Apure. Presidente de la Sociedad Bolivariana del Municipio Biruaca.

 desideratum_apure@yahoo.com      @oscaradolfopcv

Visite el perfil de Oscar Adolfo Alvarado para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: