Milicia empresarial y sesudos del gobierno, al ataque

En estos días, mi hijo lograba un paquetico de harina de maíz pre cocida con un amigo, mientras que yo hacia una cola en la bodega de mi barrio.

Por inconveniencia de llegar a la casa, encuentro a mi hijo y le digo que me lleve los dos paqueticos, conseguidos, después de una hora de cola. Cuando me topo de nuevo en casa, casa que compartimos, ya que el vive con su esposa, el sólo me entrega una y, yo le pregunto por el otro, el me responde que lo había compartido conmigo. Le recuerdo el paquete del amigo y solventamos el problema.

Este cuento que pareciera una cosa familiar y hasta cuento chimbo, en otras casas y familias, las discusiones se agravan.

Pero lo que sucede en casa, en la calle empieza a notarse y, lo que voy a decir no es cuento mi presidente Maduro, lo que le voy a decir se lo dice el vocero o jefe de la comunidad del CLAP del Barrio Libertador y jefe de CLP de la zona, que soy yo.

Sucede que nos ha parecido como organización popular, establecer zonas territoriales de compras de las bodegas; por ejemplo el ciudadano de Barrio Sucre sólo compra en sus bodegas y para certificar su ciudadanía territorial, el Consejo Comunal entrega una certificación de territorio. Ello se hace con el fin de que algunos bachaqueros, ciudadanos con tiempo para ir de un lado a otro para comprar y revender, luego, no se proliferen y, por otro lado, para que el ciudadano de a pie, se le facilite la compra.

Ello parece buena idea, pero crea recalentamiento en una parte de la población que vive de casa al trabajo y nota que en camino a casa no puede entrar allí o allá. La cosa sin embargo hasta ahora parece un a salida inteligente de la organización popular, con recalentamiento y todo, pero es un proceder plausible en esta guerra económica contra el bachaquerismo de pequeña escala.

La cosa empieza a tomar confrontación entre pueblo y pueblo, cuando algún sesudo de lo enchufados chavistas se le ocurre, con la venia del gobernador y prefecto de la zona, tomar el único gran abasto de toda la Parroquia Pedro María Morantes, para un pequeño sector de la misma-

Y, es entonces, cuando se suma: a). el pequeño despase con mi hijo, b) el mediano recalentamiento de calle por ubicación territorial de las bodegas, c). la confrontación en la determinación de quien es el jefe de familia en el censo del CLAP, y se le suma el desabastecimiento programado de las empresas, mas la sicosis social inducida por la mediática, creándose un caldo de cultivo o combustible para una confrontación popular.

Y, ahora la sesuda idea de los grandes abastos para unos pocos, hace que la cosa en esta guerra tome otros caminos y se suba la temperatura, ya en estado febril, esto se puede convertir en estallido de calle.

Y, no como en el año 1989, que se hizo contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez por sus medidas económicas neoliberales, sino en un estallido de pueblo contra pueblo, por una dirigencia ineficiente y complacencia con los bachaqueros mayores, los grandes bachaqueros, como son los militares y empresarios unidos (milicia empresarial).

No ver esto mi presidente Maduro, nos indica que no hemos sabido guiar un pueblo en esta guerra que nos ha planteado la oposición: pueblo que posee una sicosis social, sicosis normal de cualquier guerra, guerra que la oposición va ganando, gracias a una estrategia de guerra en donde se combina un ataque, de mediática con milicia empresarial, logrando una real escases de comida en la calle, ello nos ahoga y guía a la paranoia, a un pueblo que hasta ahora a estado llevando este vendaval en paz .

Pero si sumamos la locura de este gobernador del Táchira, sus sesudos enchufados y la terca posición mi presidente Maduro, de no ver, algo que es público y notorio, como son los militares, escoltando a grandes capitales, el pase de comida a granel para Colombia, profundiza lo escaso y crea paranoia social.

Lo que logra pasar, con permiso sunagro y toda la permiseria necesaria, en las alcabalas se le cobra peaje, para que desistan de tal empresa, lo que encarece los productos y favorece la milicia empresarial.

Ante este panorama, más ahora la sesuda idea, de poner el único gran abasto de la parroquia para un pequeño sector, pone el panorama al rojo vivo, la cosa vislumbra, no se si en el horizonte o en la vuelta de la esquina, una guerra de pueblo contra pueblo.

Los sesudos, como cuarta columna han salido al ataque, ojalá, no nos den en esta, jaque mate.

.gotapias@gmail.com

 

 



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Gabriel Omar Tapias

Investigador

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