¡Alerta! El verdadero rostro del Libre Mercado. Salarios de mendicantes, precios de ricos

Estamos atravesando el peor de los libres mercados. El neoliberalismo convencional, si volviera se quedaría corto. El empoderamiento alcanzado hasta hace poco se evapora con la alta temperatura belicosa[1].

Los salarios venezolanos desde el mínimo en adelante siempre se han mantenido muy rezagados respecto del verdadero costo de la cesta básica. Gobiernos, fedcámaras y sindicatos han estado concordes con esa miserabilidad del salario de los trabajadores. Para colmo de males, hoy el libre mercado bota todo su potencial de empobrecimiento social. No hay consumidor que no esté sufriendo la actual suba descarada de precios sin que nadie se responsabilice por sus causas ni a estas ataque con la eficiencia y celeridad que ameritan los tiempos de guerra.

Hemos dicho que en guerra, todos los centros de producción y distribución suelen ser intervenidos para beneficio inclusive de los propios empresarios que podrían sufrir saqueos en la chiquitica ya que la paciencia del consumidor tiene su tope.

Hasta ahora, las intervenciones del Ejército se han limitado a ventas supervisadas al precio "justo" y algunas timoratas sanciones al ladrón que libremente hoy acapara y pone sus caprichosos precios de hambre.

En la Guerra económica descarada que sufrimos a diario los precios suben sin que nada los detenga, mientras el gobierno asume medidas medianoplacistas como si el hambre pudiera esperar. Cuando no se tiene producción nacional en los mercados, el Estado debe importar sin cortapisa alguna.

El Ejército Nacional (EN)civicomilitar está en capacidad de reforzar sus ECONOMATOS que siempre han sido para privilegios del militar, aunque muchos civiles han cogido cola en ellos.

Hoy, esos economatos deben ser los verdaderos centros de acopio y distribución total y sin mayores colas-sólo al principio, tal vez-donde diariamente los consumidores acudirían sin mayores protocolos, salvo la veracidad de que el usuario no sea bachaquero para lo cual los "colistas" darían fe in situ-ya el pueblo los conoce.

Un registro adecuado y acelerado podría improvisarse para el abastecimiento casa por casa, suerte de entregas a domicilio. Si una casa es denunciada como albergues de bachaqueros o de comerciantes en guerra, el EN no podría entregarle pedido alguno, cosas así.

Esto es más urgente que toda otra función propia del gobierno actual. Los planes productivos no matan el hambre de hoy y esta existe hoy mismo, para el desayuno, el almuerzo y la cena de todos los días.

La indexación de los salarios debe sobrepasar los estimados precios en alza permanente. Si se fijan nuevos salarios por encima del exigido por el valor medio de la cesta básica, su vigencia debe ser de inmediato de tal manera que cualquier incremento abusivo del vendedor debe estar precedido del correspondiente ajuste del salario de sus trabajadores.

Las renuncias a este reconocimiento de parte del patrono y vendedor autorizaría al trabajador a intervenir en la toma del respectivo comercio o fábrica.

24/7/2016 10:14:27 a. m.


 

[1] Por ejemplo, los "petrorinocos", que el Presidente Chávez optó por reconocerle a muchos trabajadores universitarios, los ladrones del libre comercio de hoy se los han tragado y el gobierno no ha tenido por ahora la eficiencia ni la eficacia de someter a confiscación de los ingresos que por venta especulativas a diario practican comerciantes formales e informales. Esperamos que el pueblo no rompa su quietud, eufemísticamente llamada paz y paciencia, ya que con hambre no hay amor que valga una chiva.

 

 



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Manuel C. Martínez


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