El 5 de Julio de 1811, luego de los encendidos discursos coincidentes de Francisco de Miranda y Juan Germán Roscio Nieves, los diputados que recién en marzo de ese mismo año, electo por el voto popular, firmaron el Acta de la Independencia, el bien más preciado que defenderían hombres y mujeres aún a costa de los demás, como lo dijera Simón Bolívar en 1830.
Era la Independencia paradigmática para la América Abya Yala, el ejemplo seguido por los amantes de la libertad.
Cientos de batallas, sacrificios, estrategias y carencias; expediciones y sueños llevados desde Caracas al Cuzco hasta ver coronada la más grande obra de liberación de la que tenga memoria la humanidad.
Esa obra contó con el liderazgo de quien nació el 24 de julio de 1783, el hombre del pensamiento más inmenso y del accionar más efectivo al servicio de la mayor causa del genero humano: el ser libres. Simón José Antonio Bolívar Palacios.
Su obra no tiene comparación con la de ningún otra persona en el mundo. Genio en la estrategia militar, fue mayor en la planificación de repúblicas y en la formulación de una filosofía para la unidad. Su modelo de integración total para América fue tan meticuloso que solo las mentes pequeñas de su época, auspiciadas por los viejos imperios pudieron detener.
Su obra escrita contiene aún claves para convertir el bien más preciado en la panacea para conseguir la independencia en todas las áreas.
El 28 de julio de 1954, nace Hugo Chávez Frías, quien después de Ezequiel Zamora sería quien mejor interpretaría la doctrina bolivariana.
Hugo Chávez bebió sorbo a sorbo cada carta, proclama, discurso, prosa y poema escrita por Simón. Comprendió a cabalidad el significado de dar al pueblo "la mayor suma de felicidad posible" y creó las Misiones para suplir las grandes necesidades en salud, educación, vivienda, trabajo.
Interpretó la aspiración de Bolívar de ver convertida a la América en una Patria Grande y propuso con ahínco el ALBA, UNASUR y CELAC.
El Pensamiento Bolivariano de Hugo Chávez volaría sobre las frontera para recoger la voz de los Pueblos del Sur en el planteamiento de un mundo pluripolar y multicéntrico.
Es Julio, grandeza de la identidad venezolana.