Lo dijimos hace muchos años (2000), La gran labor de Hugo Chávez fue la de desviar habilidosamente, con el cuento de revolucionario el proceso constituyente originario, hacia una constituyente derivada para relegitimar el viejo poder constituido, lo cual resultó dramático y terrible pues se viene modificando la estructura del capitalismo estatal venezolano rentista y populista, hacia un capitalismo globalizado, trasnacional que en la práctica ha entregado las riquezas del país a los conglomerados extranjeros y a medida que avanza el tiempo se consolida…
Existe un pueblo que sigue insistiendo en la necesidad de que la riqueza del país debe administrarse con honestidad y rectitud, más sin embargo, pareciera que la historia del país se repite de manera muy triste, hoy observamos como la "nueva" clase política que se califica de "revolucionaria", repite los viejo vicios del "punto fijismo". Nuevos ricos, nuevos contratistas, nuevos traficantes de influencia y nuevos corruptos que vieron en el llamado "socialismo del siglo XXI" la posibilidad real de seguir desangrando la economía del país, tal y como lo vienen haciendo.
El gobierno trata de ocultar lo inocultable, se sigue negando el nivel profundo de corrupción jamás visto en la historia de nuestro país, por aquello de los ingresos millonarios que obtuvimos a través de la renta petrolera.
No se quiere reconocer tanto pillaje, tanta impunidad, tanta vileza y donde el presidente Maduro de vez en cuando se refiere a la corrupción para lavarse las manos y seguir manteniendo su imagen que por mucho esfuerzo que la publicidad le haga su deterioro es imparable frente a las masas. Los discursos le han dado al presidente Maduro un efecto negativo, ante una realidad donde cada día que pasa el salario se menoscaba a la velocidad del sonido y es aquí donde es válida la observación de Kleber Ramírez quien en una oportunidad señaló: "En estas condiciones ciertos políticos teorizan diciendo que debemos luchar por la perfectibilidad de la democracia, pero por supuesto, siempre en el sentido de las reformas, pero ellas son las que se pueden ir acumulando en las diversas etapas; ahora hemos llegado al final del ciclo, las reformas adquieren un sentido vacuo, en vez de entusiasmar producen reserva, porque la gente intuye que son cambios para que todo siga igual, cuando de lo que se trata es de realizar profundas transformaciones".
Al lado de estos temas que nada tienen que ver con el socialismo, hay otros que agravan la situación y que evita que nuestros pueblos puedan ser emancipados, pues esa misma clase política que hoy se encuentra en el gobierno es la que se presta de manera canalla e impía, para que las trasnacionales sigan saqueando la riqueza del país y ellos poder seguir cobrando sus comisiones respectivas, no importándoles la soberanía y el futuro de la patria.
LA GLOBALIZACIÓN ATRAPÓ AL GOBIERNO
En el campo de los que creemos que al país hay que darle un cambio profundo, en la búsqueda de un modelo civilizatorio distinto al socialismo y al capitalismo, ya se señala con argumentos que la globalización tiene atrapado cualquier proceso que intente la emancipación de nuestros pueblos y esto se debe a que los gobiernos que se tildan de "izquierda" sólo han servido para adaptar el capitalismo globalizado a las necesidades de las multinacionales, adecuando el plan globalizador sobre el manto hegemónico político-militar-económico del imperio del gran capital. Prueba de esta situación se encuentra expresada en el Plan Colombia, el Plan Puebla-Panamá y el ALCA (IIRSA en Venezuela) que se vienen desarrollando en nuestros territorios silenciosamente sin oposición alguna, bajo la figura de acuerdos binacionales o la llamada "integración".
Estamos en lo que el gobierno llama socialismo del siglo XXI y además bolivariano, donde la cara del capitalismo más perverso se hace presente con sus trasnacionales y las llamadas empresas mixtas saqueadoras de nuestras riquezas, que junto a sus agentes del gobierno corrupto y negociadores hacen del Estado-nación un Estado corporativo para sus negocios respectivos que lesionan gravemente nuestra soberanía nacional, para continuar mostrándonos su desdeñosa mueca de vampiros.
Lo dijimos hace muchos años (2000), La gran labor de Hugo Chávez fue la de desviar el proceso constituyente originario, hacia una constituyente derivada para relegitimar el viejo poder constituido, lo cual resultó dramático y terrible pues se viene modificando la estructura del capitalismo estatal venezolano, rentista y populista hacia un capitalismo globalizado, trasnacional que en la práctica ha entregado las riquezas del país a los conglomerados extranjeros, conglomerados que son la expresión más salvaje del imperio del capital. Es así como nace la nueva derecha en Venezuela, que supera la vieja derecha tradicional que aspira hoy día llegar nuevamente al gobierno con el llamado referéndum revocatorio y hacer cambios para que nada cambie.
Estos escenarios pueden llevar, a los que aspiramos transformar la patria, tanto a los sectores verdaderamente democráticos, patrióticos y revolucionarios a lanzar una plataforma o un programa que nos impida caer en la trampa que los grupos económicos y la alta jerarquía del PSUV, le tendió a los sectores populares que creían que el llamado gobierno bolivariano les iba a reivindicar en sus aspiraciones más sentidas.