La cáfila-terrorista genocida, tiene razones para estar nerviosa y desesperada; el resultado de la desestabilización económica no ha sido nada satisfactoria para el auditorio-político apátrida, tampoco le ha funcionado como factor manifiesto de una posible victoria que borre el peor más mal ejemplo exteriorizado como ejemplaridad y lucha. En cuanto a la resistencia y la firmeza de toda extensión del fascismo-democrático que inspira el golpe de Estado, el mercado especulativo del dólar y la destrucción de nuestra economía: la Revolución Bolivariana no se entrega ni se entregará al imperialismo yankee.
En realidad, ésta es una situación adversa a la fustigada por los payasos y chanceros de un circo tutelado por el imperio yankee conforme a lo practicado desde la doctrina del laissez faire. Tesis propugnada como estrategia de intermediación colonialista, extensión de la muerte y violencia terrorista manada por el sacrificio heroico de la Revolución Bolivariana. Esta tendencia fanática incluye una serie de complicidades entre dos o más países, grupos consolidados y vasallos; representados como seducción financiera, malandanzas, riesgos e irresponsabilidades.
Estos trajines son expuestos como una serie de acciones desestabilizadoras - mediáticas - encadenadas a la burguesía saprófaga-nacional y los partidos políticos demócrata cristiano y social demócrata: sabuesos del comercio de exportación e importación impuesto por los intereses adquisitivos, transpuestos como base monacal reproductiva del atraso y la miseria patrocinada antes del triunfo electoral de Hugo Rafael Chávez Frías en diciembre de 1999.
La exacerbación del comportamiento malinche lo tributa la cáfila-terrorista en el ámbito del sufrimiento material, conciliado como una tendencia universal para horadar la soberanía de los países esclavizados. Mientras tanto, la cáfila-terrorista disimulada de felonía, agita las insanias de la insurrección... declarando las tareas serviles y la no validez de la Constitución Bolivariana de Venezuela. Semejante paradoja se aplica, mientras la monarquía impuesta por los Estados Unidos de Israel pedalea la conjura del beneficio máximo: oprime, explota, humilla, derrama violencia: manipulando la desestabilización política y económica sobre las razones extractivas de los intereses financieros y la mediatización económica de las grandes compañías mercantiles ungidas como caterva ideológica antinacional.
Esta justificación del comportamiento de la guerra y la usura se representa como una conducta absolutamente convincente de prosperidad económica, elaborada como un mal necesario del funcionamiento del libre mercado cada vez que el dinero soñado por los patrones de la cáfila-terrorista está en apuros. Por consiguiente, allí donde el consumidor es referente y categoría de quienes viven de la guerra, la cáfila-terrorista reproduce la contradicción colectiva de autodestrucción y degeneración; bosquejada como crisis cultural del valor mercantil que define la cuantía de la mujer y el hombre - objeto - tal como transcurren las formas de vida y los simulacros… narrados por Bertolt Brecht (1898-1956) en "Madre Coraje y sus Hijos". (1)
Por eso, hablamos de la transitoria categoría de la traición movilizada como auditorio-político y militancia subconsciente, juntada para atacar las afirmaciones y las condiciones más contradictorias de la diferenciación y la discriminación social. La primera cuestión, evidencia lo sosegado y lo convincente que son los Estados Unidos de Israel al manipular falacias conceptuales, modeladas para un auditorio-político que jamás pueda pensar por sí mismo ni más allá del cinismo falaz. La segunda va dirigida a los objetivos materiales de la acción individual, la angustia y la autodestrucción como forma de sujeción financiera de desarraigo. Ahora contemplada como la diferencia fundamental entre ideología, desestabilización y golpe de Estado… ésta y no otra es la oposición que asiste como representación política abstracta y simulacro mediático del azafrán: condimento alzado como auditorio-político que especula la posesión de un alto nivel de pensamiento crítico - pleno e intenso - del imperialismo yankee.
En efecto, engañándose a sí mismo la cáfila-terrorista y la oposición apátrida, repetirán la posición y los intereses de quien lo esclaviza con firmeza: encendidamente enunciaran soliloquios dominantes articulados con fervor catedralicio. A este tipo de coerción responderán, entregándose al reclutamiento degradable de la memoria… mientras en las otras regiones del pensamiento, creyéndose el cuento del acompañamiento político y la libertad que asegura la explotación del delirio, se apoyará la embestida determinada sobre la clase desposeída y la conjura entonada a través de la fuerza física.
Descubierta la malsana representatividad de los empresarios y del auditorio-político como un gran teatro internacional llegamos al culto que captura con métodos propagandísticos la voluntariedad ficticia a la luz de la delincuencia organizada como usura. Una vez monopolizada la hostilidad del lucro se incuba en el subconsciente de la plebe la violencia y la sedición. Es así como se manipulan las tesis de dominación esclavista y la relativización de la realidad política y económica: siempre a expensas del auditorio-político que convierte lo inevitable en magia y violencia de circo. Untado de insignificancia profesional e intereses económicos de intermediación. En este nivel, el sector parasitario-saprófago pasa a ser la fuerza tóxica del imperialismo. Así deviene bajo la imposición yankee la representación de violencia predominante: circunstancial, en cuanto a la imposición de la violencia y la tiranía esquematizada de la opresión, reflejada sobre los anti-valores que modelan la mentalidad del auditorio-político.
La primacía de la servidumbre se activa a través de estrategias que amenazan la mayor de las reservas petroleras del orbe capitalista. Esto supone dos categorías en las tramas del poder político subyugado al dogma de la democracia conspirativa: una parte se activa para destruir la economía que funda la racionalización del dominio financiero en la República Bolivariana de Venezuela; la otra facción se aplica como elemento de desestabilización y trastorno socio-político, emponzoñado como empobrecimiento y ficción de ingobernabilidad que precede una intervención militar - ficticiamente - inducida de ayuda humanitaria. Se desprende de esto una amenaza real en el tiempo sobre el espacio geográfico de la República Bolivariana de Venezuela.
Las precisiones siguientes hablan por sí misma de la cáfila-terrorista. Aún en el mismo instante en que los protagonistas de la desestabilización económica-política contribuyen a reforzar las fuerzas adquisitivas y la sujeción mercantilista:
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Mercantilismo de la mass-media.
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Mercantilismo de la usura sindical.
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Mercantilismo de la usura Malinche.
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Mercantilismo de la usura dolarizada.
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Mercantilismo de la usura financiera.
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Mercantilismo de la usura eclesiástica.
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Mercantilismo de la usura del estatuto de la función pública.
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Producción y tráfico de drogas - Perú.
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Producción y tráfico de drogas - Colombia.
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Producción y tráfico de drogas - México.
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Superestructura jurídica.
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Superestructura ideológica.
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Superestructura distributiva de la muerte.
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Superestructura de la guerra económica y financiera.
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Superestructura coercitiva del conflicto y la violencia.
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Superestructura del paramilitarismo y su organización en Venezuela.
Las relaciones y la reproducción de las finalidades de la Revolución Bolivariana se desarrollan sobre el diálogo coercitivo y la sofocación de nuestra soberanía. Esta realidad implica, valerse de demarcaciones rigurosamente antagónicas y principios opuestos, emanados de la "Litis Pendentia".(2) Unidad organizada hacia el beneficio del neoliberalismo y el esclavismo financiero transustanciado de pasividad e identidad democrática, en la cual se transita de lo pasivo a lo activo escenificado para la representación ideológica de la insania que prevarica la violencia desmedida en el escenario del cambio político-económico suplantado y transfigurado por la mass-media y sus imposiciones más antagónicas.
El imperio dominante representado por los Estados Unidos de Israel pretende la recolonización, el control de las rutas comerciales y el absolutismo financiero del dólar delincuencial. A la luz de este concepto, la unidad de opuestos, establece las conclusiones precisas entre la Revolución Bolivariana y nuestros enemigos yankees… acentuando una envoltura sobre la persistencia de las estructuras institucionales y materiales del capitalismo interregional y militarista.
A esta altura del conflicto es incuestionable la imposición de la violencia distribuida como unidad ideológica y simulacro sistemático de la cáfila-terrorista; por ésta razón entre otras, debemos defender nuestra soberanía ante todas las vertientes de la violenta instigada en términos de: seis, doce y veinticuatro horas. Tiempos que anteceden la paralización total de las empresas adquisitivas que administran la guerra económica, el paramilitarismo y la muerte.
Para finalizar, debo alertar lo pernicioso de tomar los atajos de la resignación ante un enemigo que en apariencia, no consolida el derrocamiento del gobierno instituido por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
La tesis de la participación onírica del espectador y otras patrañas es sólo parte del simulacro característico de la fuerza, representada como ficción que comporta el medio técnico reproductivo de la muerte. En este sentido la conciencia y el comportamiento emancipador deben ser movilizados a la escena de los acontecimientos más dispares e incongruentes.
Patria Socialista o Muerte
Viviremos y Venceremos
(1) Trata de las peripecias y miserias de quienes se ven envueltos, directa o indirectamente, en los hechos de la guerra. La obra está basada en la crónica de la guerra de los treinta años (1618-1648) entre católicos y protestantes. Brecht la estreno en 1937 para denunciar los preparativos bélicos del nazismo, Madre Coraje va de uno a otro campo de batalla empujando su pesada carreta para obtener sustento pura sus hijos, sufre maltratos pero su destino es la entereza de la lucha por la vida y su plena existencia.
(2) Litispendencia significa pendencia de un proceso; aunque el término es usado en particular para indicar el problema que surge cuando la misma acción haya sido propuesta en dos diversos procesos, ello es una situación anormal, no debiendo existir sobre un determinado objeto más de un proceso, ne bis in idem, incluso para evitar que se tenga más de un pronunciamiento. Por eso la pendencia del proceso propuesto en primer término impide la prosecución de un segundo proceso sobre el mismo objeto, así como la existencia de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada impide el pronunciamiento de una nueva sentencia sobre el mismo objeto.