Diálogo es Paz

El 27 de noviembre de 1820, se cumplen 196 años del Armisticio de Santa Ana de Trujillo. Rememoro esta fecha, pues para mí es referencia fundamental de nuestra razón de existir como Nación, donde nuestro hacedor de naciones Simón Bolívar y Pablo Morillo, marqués de la ensenada y mariscal de campo, victorioso por la independencia y recuperación de su España sobre las tropas napoleónicas, sellaron con un abrazo este tratado de paz.

Con el Armisticio de Santa Ana se sellaron los tratados de regularización de la Guerra, que derogaba la guerra a muerte. Bolívar al presentarse con toda la sencillez a este acto, sorprendió a Pablo Morillo, pienso yo, que Bolívar, amando una patria y teniendo la razón como la fuerza inquebrantable, no necesitaba una demostración de fuerza. Este gesto hizo reflexionar a Pablo Morillo, pues no estaba defendiendo los intereses de España, sino que estaba invadiendo a una Nación, a una nación de naciones americanas de habla castellana. Así lo expresó de vuelta a su España.

Con este preámbulo quiero decir, que si dos posiciones opuestas dentro de nuestro espacio de Patria que queremos, están dispuestas a entenderse y a buscar soluciones sin perder posiciones, lo lógico es que hay que reconocer que las dos posiciones existen y como tal tienen que convivir, yo siempre lo he dicho.

"Caminemos juntos con nuestras diferencias y profundicemos en lo que coincidimos" eso es lo que ha hecho falta. Pongo como referencia los intentos de Golpe de Estado, el paro petrolero, el 11 de abril, y los sucesivos conflictos que han continuado; me refiero a que en los años 2002 y 2003, no hubo un solo gesto de parte de alguna de las organizaciones de la ultraderecha para oponerse al paro petrolero y al del 11 de abril, como un medio superior, es decir, de hacer el bien a la Nación, de no causarle daño, de no apoyar la máxima cínica de "el fin justifica los medios".

Tengamos en cuenta que los medios y el fin son para el bien común, para todos sin distinción, pero qué ocurrió hubo que llamar a mediaciones internacionales, y los causantes de estas dos grandes perturbaciones de guerra, pretendieron utilizar la mediación como otro recurso que desconociera la existencia de un Estado y de un Gobierno y sus instituciones.

Fallido este intento han continuado con "el fin justifica los medios", para estos factores, no existe Tribunal Supremo, ni Gobierno, actúan con la cartilla del pasado, cuando desde las cúpulas partidistas, asentadas en sus curules, definían acerca de quién se quedaba o se iba, eran dueños de todos los poderes. Así allanaron inmunidades parlamentarias por razones políticas, despojaban y se apropiaban indebidamente de espacios políticos.

Pregunto a qué se debe este comportamiento: históricamente, pienso que a apresuramientos por alcanzar el poder, por decisiones de políticas inmediatas que no miden las consecuencias que pueden afectar a lo eterno de una Nación, o por lo menos que esas acciones el tiempo las cobra. Me refiero al Golpe de Estado contra el General Isaías Medina, este es un buen ejemplo, donde una clase política pudo orientar el respeto hacia todos los poderes, reconociendo que lo importante no es la toma del poder por el atajo, para no engendrar futuras injusticias y parcialidades en todas las instituciones que las fragmenten, como sucedió con la 4ta República, y es lo que vemos en los componentes de la MUD.

La importancia del diálogo que hizo falta creó la fragmentación, el fraccionalismo y la mineralización de la política que hoy estamos viviendo con la MUD; tiene que ver con el pasado reciente, cuando se perpetró el Golpe de Estado contra el presidente cívico-militar, Gral. Isaías Medina Angarita, por diferencias que a mi modo de ver eran bizantinas pues tenían arreglo.



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Hector Herrera Jiménez


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