"La teoría se convierte en praxis revolucionaria cuando se aferra a las masas"
Carlos Marx.
La revolución socialista es la concreción de la crítica histórica contra el capitalismo, pero es a la vez, la concreción de su autocrítica ya que es a partir de ella que se despliegan las categorías sociales para convertir la teoría en praxis, el modelo en la realidad, lo subjetivo en objetivo. Si no existen las contradicciones, si no existe la práctica revolucionaria no habría revolución, no habría historia, pues lo histórico sería pura estática, sin movimiento, sin el dinamismo de autocorrección de avance.
Y por eso es que la historia la hacen los hombres porque los hombres son los que plantean la crítica a partir de su existencia concreta, pero orientadas por la conciencia revolucionaria, por la teoría revolucionaria.
Y ahí está el meollo de la praxis, la cual se hace revolucionaria a partir de ser la expresión del momento histórico, de ser la representación real de las necesidades históricas del momento en que se produce.
La crítica revolucionaria funciona en buena parte como el semáforo que indica cuando la revolución está en peligro, cuando se debe avanzar por esa vía, o cuando debemos detenernos para corregir el camino. Por lo cual es imprescindible y necesaria. Su castración, opresión u mordaza sería el error más craso que pueda cometer revolución alguna ya que conllevaría a su fracaso y desaparición.
A partir de estas premisas me permito escribir esta reflexión, tratando de mostrar las fallas que se continúan cometiendo en el actual proceso revolucionario bolivariano, que por lo delicado de la situación, agravan más los niveles de descontento del pueblo, y por ende, constituye un inflamable usado por los opositores para incrementar los sabotajes, acciones vandálicas, guerra mediática contra el gobierno.
En primer lugar, se está hablando de unas Navidades Seguras. Realmente es una necesidad expresada a gritos. Los altos niveles de criminalidad, de delitos, asesinatos, tráfico de drogas, sicariato, corrupción, extorsión, secuestros así lo reclaman. Es un clamor, una emergencia nacional, uno de los principales problemas que debe solucionar un sistema entre cuyos objetivos está la seguridad social del pueblo, de garantizar el derecho a la vida, al disfrute de la vida, de la preservación de la familia, de la infancia.
Pero…a primera vista vamos bien. No obstante. Es bueno preguntar ¿Qué entiende el gobierno por seguridad? ¿Quienes garantizan la seguridad en época de Navidad? ¿Quiénes son los encargados de monitorear los focos de delitos, de supervisar, de corregir, de mejorar el sistema?
Veamos algunas situaciones cotidianas, tan habituales que parece ser una regla de vida. A partir del 1° de noviembre, los puntos de control, alcabalas, funcionarios de la GNB, PNB, Policías Estadales, Policías Municipales, miembros de otros componentes de la FANB y hasta boys scouts han proliferado, y no es precisamente para salvaguardar la seguridad de los viajeros, conductores de transportes de mercancías, alimentos y otras especies. El matraqueo constituye uno de las mayores delitos llevados a cabo por los cuerpos de seguridad ciudadana, en el cual están involucrados jueces, fiscales, secretarios, alguaciles, gestores, funcionarios del CICPC, miembros de la FANB y funcionarios públicos de alto, mediano y hasta bajo rango, y en los meses de noviembre y diciembre los niveles de corrupción se elevan a grados extraordinarios.
Los delitos por hurto, robo, atraco, arrebatones, estafas alcanzan cifras alarmantes, las cuales no son registradas, y lo peor es que los delincuentes son detenidos, les incautan el material o dinero robado, y los dejan sueltos, o en todo caso, los obligan a traer más dinero u objetos de valor para no llevarlos presos.
Ubiquémonos en cualquier población de Venezuela y nos recrearemos con este espectáculo que ocurre a la vista de todos sin el menor pudor ni sigilo.
El atraco y secuestro de transporte de alimentos y mercancía de todo tipo ocurre a diario y eso que las vías están siendo vigiladas…habrá que preguntarse como ocurren dichos atracos y secuestro, así como sus saqueos, desvalijamiento, deshuesamiento o incineración. Habría que entender como se desvían del su ruta gandolas cargadas con maíz, arroz, harina, de cabillas, medicamentos si estas van custodiadas y por las vías hay innumerables puntos de control y alcabalas.
Pero, al punto que vamos, y sumando la crisis de suministro de combustible (que de paso ningún personero del gobierno ha aclarado por que se produce tal fenómeno) con las cuales se hacen innumerables y largas colas, que se inician desde tempranas horas de la madrugada hasta elevadas horas de la tarde, en muchas de las cuales han sido secuestrad, atracados, asesinados conductores, pasajeros, desvalijado y hurtado vehículos, ¿cómo podemos hablar de NAVIDADES SEGURAS? ¿Cómo podemos hacer fiestas si no hay las condiciones para cantar, bailar, celebrar?
Cuando vayan tras de las rejas peces gordos, magistrados, jueces, ministros, altos funcionarios del gobierno corruptos, funcionarios policiales, miembros corruptos de la FANB, funcionarios medios, chinos, árabes, colombianos delincuentes, bachaqueros cualquiera sea su nacionalidad, empresarios ladrones, conductores, ayudantes, empleados de abastos, supermercados, farmacias, cuando realmente metan presos a los delincuentes, abogados lacra, cuando se presente un verdadero plan orgánico para garantizar la seguridad y la justicia social, en el que se contemplen penas severas a los delincuentes cualquiera sea su condición social, entonces podremos celebrar… de lo contrario es un ofensa y una burla al pueblo anunciar con bombos y platillos una fiesta en la que nunca se va a romper la piñata.
Hasta la victoria siempre. Venceremos.