A propósito de los sobrinos

Apreciado compatriota, todos sabemos cuan injusta y parcializada es la justicia norteamericana. Sabemos también cómo sin el menor escrúpulo y con la mayor desvergüenza es utilizada con fines políticos. Y no sólo eso, sino también contra todo lo que, según los perros guardianes del orden plutocrático de ese país, los jueces, pueda representar una amenaza para el sistema de privilegios y discriminación imperante en los Estados Unidos.

Al respecto, son numerosos los casos que confirman esta situación. Entre los más recientes, figuran los procesos notoriamente amañados a los cuales fueron sometidos los cinco cubanos. También, los relacionados con el terrorista Posada Carriles, donde esa parodia de justicia no pudo ser más manipuladora, a objeto de impedir la extradición de esa bestia, con apariencia humana, a Venezuela.

Sin embargo, existen dos casos que, por escandalosos y aberrantes, dieron lugar a una ola de indignación universal por la forma cómo la saña criminal de los encargados de impartir justicia en la nación del norte, se cebó contra unos inocentes. Me refiero, como ya lo habrás podido intuir, a los de los esposos Rosenberg y a los de Saccco y Vanzett, donde la justicia fue nueva y brutalmente envilecida y ultrajada.

Quien redacta estas líneas pensaba escribir, apropósito de los sobrinos de Cilia Flores, sobre lo sucedido con estos venezolanos y con otros personajes que tuvieron la desgracia de caer en las ensangrentadas garras, garras homicidas, del imperialismo. Nos referimos a los casos relacionados .con Sacco y Vanzetties y con el de los esposos Rosemberg, hechos que han pasado a la historia como un caso clásico de máxima prostitución de la justicia. Sin embargo, he pensado que por tratarse de un tema sumamente importante y complejo, sería más conveniente que fuera tratado por una persona con un mayor dominio del idioma y con muchos más recursos expresivos que yo.De allí que haya pensado que nadie mejor queLuiis Britto, que además es abogado, podría transmitir fielmente a los lectores la inmensa tragedia que encierran estos dos casos emblemáticos de una justicia profundamente amañada y pervertida.

Sé que usted, apreciado compatriota Luis, conoce perfectamente bien estos hechos que conmovieron las fibras más sensibles del mundo. No obstante, permítame recordarle una obra que con toda seguridad usted ya ha leído y que, por supuesto, reposa en su biblioteca. Se trata de "Vanzetti: cartas desde la cárcel", donde quedan en evidencia todas las sucias y perversas patrañas de las que se valieron los acusadores para condenar a estos dos mártires de la sádica crueldad de la justicia norteamericana. También en internet podrá conseguir datos que podrían resfrescarle la memoria. Entre ellos, las declaraciones del gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis quien, en 1977, declaró lo siguiente: "Sacco y Vanzetti fueron injustamente enjuiciados y condenados, por lo que cualquier desgracia debería ser borrada de sus nombres". Posteriormente, dada el inmenso desprestigio que estas ejecuciones acarrearon al sistema judicial norteamericano, se volvió a reabrir el caso, y en un nuevo proceso judicial realizado post mortem a estas dos víctimas de una justicia mercenaria, fueron declaradas inocentes. De manera que con esa sentencia absolutoria, a lo que finalmente se sentó en el banquillo de los acusados fue el sistema judicial de los Estados Unidos, que de acusador se convirtió en acusado.

En el caso de los sobrinos mencionados, se vuelve a incurrir descaradamente en las mismas violaciones a las normas procesales que, en la patria del Tío Sam, han servido para llevar al patíbulo a tantos inocentes, especialmente si son por razones políticas. Porque, con el enjuiciamiento y posterior ejecución de estos venezolanos, la mafia judicial de ese país lo que persigue es acusar a nuestro gobierno de amparar y proteger el tráfico y consumo de drogas; involucrarlo en esta actividad delictiva en nuestro país para luego catalogar a Venezuela como un estado forajido. Hecho que, como es dable suponer en virtud de abundantes antecedentes, acarrearía de manera inmediata la aplicación de sanciones contra la patria de Bolívar.

Pero, ¿en qué se basaron los cancerberos del sistema político de los Estados Unidos, o sea, los jueces, para dictar la sentencia condenatoria contra estos compatriotas? Como es ya del dominio público, en el testimonio de un sujeto reclutado en los bajos fondos de la droga y el crimen. Es decir, en una piltrafa humana que, por carecer por completo de escrúpulos, era capaz de atestiguar en contra de hasta lo más sagrado, siempre y cuando, por supuesto, la recompensa fuera lo suficientemente atractiva.

Y nada más apropósito que un sujeto así para el logro de los siniestros planes perseguidos. En seguida hicieron lo que esa justicia profundamente prostituida acostumbra hacer cuando le interesa obtener una sentencia condenatoria contra alguien: apelar sin ningún tipo de reserva al soborno, pues son de los que piensan que todo hombre tiene su precio. Y en este caso no fue la excepción. Lo llenaron de dinero, le ofrecieron toda clase de beneficios, incluso, rebajarle la pena, y el bandido cumplió al pie de la letra el guión que le habían preparado. Bueno, no tan al pie de la letra, pues el perjuro incurrió en graves contradicciones que no sirvieron para que un jurado suficientemente dolarizado y complaciente, ablandado con los "persuasivos" procedimientos acostumbrados, rechazara su testimonio.

Lo dicho es lo que sabemos nosotros sobre los casos de Sacco y Vanzetti, los esposos Rosemberg y los sobrinos de Cillia, cuyos móviles guardan un parecido imposible de ocultar, pues todos han tenido un trasfondo político evidente. De manera que, como se ve, es muy poco y para colmo muy mal y deficientemente expuestos lo que sabemos. De allí que me esté dirigiendo a Luis Britto García para que, dada la trascendental importancia que estos hechos tienen, los comente con su proverbial habilidad y destreza de exposición y con un mayor conocimiento los mismos.

NOTA: La política económica de este gobierno ha estado dando tan buenos resultados, que medio litro de aceite está costando 2.500,00 bolívares. Lo que demuestra que es completamente impotente para detener la impetuosa escalada de los precios. Maduro se ha mostrado tan incapaz de gobernar eficientemente, que el chavismo le quita la facultad de establecer esa política o su expulsión del poder no lo podrá evitar nadie. Es impresionante la forma cómo los precios se han disparado durante su administración.

En Maracaibo ha estado cayendo tanta agua del cielo, es decir, está lloviendo tanto, que el clima de la ciudad ha cambiado radicalmente, al punto de que está ocurriendo algo impensable e insólito hasta hace apenas un año atrás: la gente ha tenido que empezar a vestir ropa que jamás había usado antes, tales como abrigos, sueteres, etc. Y a pesar de eso, a pesar de haber tanta agua por todas partes, sin embargo, las amas de casa sufren por la escasez del vital líquido en sus hogares y la gente continúa bañándose con potes y totumas. Maravillas del socialismo chavista que ha democratizado la escasez y la carestía.

Arias Cárdena ha sido tan incapaz y complaciente con los errores del gobierno nacional, que en las próximas elecciones de gobernadores va a salir como tapa de corcho de ese cargo. Por ejemplo, los pancitos de San Antonio que están elaborando y vendiendo las panaderías están llenos de huecos por dentro, es decir, que la gente lo que está comprando es puro aire, y no hay nadie que detenga esta estafa. Un arresto por 48 horas a estos panaderos para averiguaciones no estaría demás. Una de estas panaderías es la Conga de Oro, situada en la Urb. Urdaneta de esta ciudad.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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