Diciembre es el mes más comercial del año, en virtud de la celebración de la noche más esperada: la Nochebuena, o la llegada del "Niño Jesús". Son los niños los principales protagonistas de estas fiestas decembrinas, ya que son ellos los que esperan con ansias la llegada de este personaje con los regalos por una imposición que se creó en nuestra sociedad, a través de una religión, para contribuir al enriquecimiento de los mercaderes (incluyendo la iglesia como institución) utilizando al Niño Jesús, tal cual como hiciera Bush cuando invadió Irak por una supuesta revelación de su Dios quien le indicó que bombardeara este país, no hay diferencias. Es tan similar cuando los católicos envían cadenas de oración al "Niño Jesús", o al "sagrado corazón de Jesús", o al "santo Niño de la Cuchilla", o a cualquier santo que se inventan, para pedir por la intervención de Venezuela, o que muera Maduro, o para dar gracias porque murió Fidel y que debe estar en el infierno junto a Chávez, o que Dios es el único poderoso en cambiar el futuro de Venezuela porque ellos son mayoría, como si su Dios estuviese en contra de la minoría, o a favor de los que propician el odio, la guerra, el temor, las imposiciones, el culto, o la muerte de nuestros hermanos por muy inhumanos que éstos hayan sido. El sujeto y el instrumento es el mismo: un Dios y la mentira.
¿Qué pasa cuando el "Niño Jesús" no trae los obsequios a los niños? Hay mucha tristeza y desilusión por no aclararles a ellos las limitaciones económicas de la familia, por no explicarles que quien compra los regalos son sus padres, que la navidad es un negocio inventado por los capitalistas, impuesto por un sistema discriminatorio e inhumano, que lo importante es el amor de la familia y ese no tiene precio. Una historia que no es real, sino inventada, perversa, mezquina y alienante. Sí existió un hombre llamado Jesús, nació en el año 67 (a. de C.), en la era romana, cumpliría 2036 años y no 2016, fue engendrado por la unión de José y María (no del espíritu santo) y murió no a causa de nuestros pecados, sino a causa de la persecución y las intrigas de los sacerdotes (judíos de entonces) quienes en complicidad con los romanos lograron su crucifixión por los testimonios y hechos que trascendían más allá de la mentalidad de la época; como cualquier hombre tiene vida eterna, porque su espíritu es inmortal y ha reencarnado cuatro veces a este plano —así que no esperen los cristianos que resucite porque este hecho no ocurrirá, esto es una blasfemia de los curas y pastores—.
Jesús ya no es un niño y eso hay que explicárselo a los más pequeños para que no sigan atrapados en la mentira e imposición, en la falsa creencia, y no sigan sumidos en el dominio y control de estas religiones que esclavizan y alienan la mente del hombre. Esta mentira ha servido para dominar la población de una parte del mundo, imponiendo a sangre y fuego la biblia, la cruz y las pagodas, como lo han hecho en otros países con otros dioses. Bien decía Karl Marx "la religión es el opio de los pueblos". No obstante, ese ser a quienes muchos cristianos elevan una petición en estos días, nos dejó una enseñanza clara de convivencia: "…cuando tu casa sea mi casa y mi casa sea la tuya, y mis hijos sean los tuyos y los tuyos sean los míos, habremos logrado el propósito por el cual bajamos a este plano… hay moradas de evolución e involución y dependiendo de tus vibraciones cambiarás tu morada hasta que corrijas y aprendas a compartir la mesa y amar a vuestros semejantes… muy a pesar de los controladores el comunismo será la última etapa colectiva súper organizada donde no existirá pobreza ni niveles jerárquicos de organización alguna; la autosuficiencia será la dinámica de una sociedad sin fronteras…" (1). Existe un ser de luz, de vida, de entendimiento, que nos provee de una sabiduría eterna, porque él habita en cada uno de nosotros y todos somos herederos de la luz de nuestro Padre creador y no existen elegidos en ningún lugar del universo por la fuerza y la luz de la vida, que es lo que llamamos Dios.
(*La autora es: Licenciada en Administración, egresada de la ULA-Mérida.
Fuente consultada:
(1) Vargas, Jairo. El Encuentro como Ladrón en la Oscuridad. Mérida Editores. Editorial Venezolana, 2011.
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