En contacto navideño vía telefónica, con un familiar a quien llamo dos o tres veces al año, la tertulia dio pie a esta opinión, pues es profesional universitaria jubilada y adversaria de la revolución socialista. Nunca toco temas políticos, pero me llamó la atención su actitud típica del opositor que inserta comentarios descalificadores "inocentemente". Me contó que "una vez leí un artículo tuyo en internet, yo sé de tu apoyo a esto…, pero a pesar de recibir críticas, veo Canal 8 porque hay que enterarse de las barbaridades que dicen…". Con tolerancia de adulto mayor fingí no haber oído el comentario, limitándome a decirle "así debe ser, como comunicador social revolucionario veo y leo lo que dice la oposición". Pasamos a otro tema en forma prudentemente recíproca, sin darme por aludido en lo de calificar al punto de vista socialista, como algo "bárbaro", argumento opositor en el afán de echarle la culpa al gobierno por todo mal habido o por haber,
Si conservamos la tolerancia y no nos dejamos arrastrar por la disimulocracia opositora de televisoras recalcitrantes, en el empeño de "sacar a Maduro", tendremos mayor equilibrio mental y conductual. Igualmente en el bolivarianismo chavista, 2017 es oportunidad para dejar a un lado el mero halamecatismo oficial. Periodismo que viene haciendo desde 2016 una parte de los canales oficiales y oficialistas, en el combate a errores de la revolución, sin dejar de noticiar bondades del socialismo, y el castigo a funcionarios corruptos, con investigaciones de lo que sea necesario. Preciso erradicar costumbres heredadas de AD y COPEI, que nunca deben volver al poder. El mejor ejemplo de lo malo que resultan, son los primeros 12 meses de la Asamblea Nacional, en manos de una contrarrevolución altanera, clasista, racista y desasistida del calor popular.
