Por fortuna o para fortuna de todos, el presidente Nicolás Maduro tiene un arma infalible de combate contra la violencia de la MUD: el vocablo "paz"; una palabra dura, contundente que, al pronunciarla, los líderes de la oposición golpistas reaccionan como en un exorcismo cuando se le arroja agua bendita al poseído para liberarlo del demonio. Se cimbra, embiste, forcejea, agrede, pareciera que le quemara la piel, se le desprendiera el alma con exasperante lentitud y agonía.
Después del llamado de arrechera de Capriles que dejó más de diez muertos, las guarimbas inducidas por el convicto Leopoldo López con 43 fallecidos, varios asesinatos selectivos que desgarran por dentro el pecho de la revolución, y una brutal guerra económica que sembró en el pueblo el bachaqueo, el presidente Maduro se levanta con la frente en alto y les tiende la mano, los invita a trabajar para que entre todos superemos la crisis que ellos (los líderes opositores) han provocado con su desmedida ambición de poder. Por nada del mundo vale la pena la sangre, la violencia, la muerte.
Señores y señoras, pueblo de Venezuela, el Comandante Chávez no se equivocó, Nicolás Maduro es y será el presidente indispensable, para enfrentar el salvaje ataque que un visionario como él, sabía que se cerniría sobre la Patria con su lamentable desaparición física.
Si El Gigante nos pide votar por un mandatario guerrerista quizás la historia de este país fuera otra, pero dejó a Maduro y ahí está activo, trabajando, fajado como siempre por el pueblo, de pie, soportando la peor embestida que mandatario alguno pueda soportar en el poder. El Presidente más atacado, vilipendiado, ofendido, que sufre una arremetida peor que la padecida por Chávez durante sus años de mandato. Lo atacan como lobos hambrientos en manada para destrozarlo, desbaratarlo.
Recibe una metralla perenne de los medios nacionales e internacionales golpistas que cocinan sus ollas de falsedades y mentiras para manipular al mundo, sin embargo, no se detiene, no se doblega alentado por el combustible que le inyecta el pueblo chavista unido, sigue buscando alternativas para un diálogo con una oposición que no respeta a ilustres mediadores, que incluye a un representante del Vaticano. Por un lado se le arrodillan a La Chinita, a la Divina Pastora, a San Sebastián y por otro, le clavan un puñal por la espalda al Papa Francisco, un representante de Dios que tiene las mejores intenciones de contribuir con la paz en Venezuela.
Ojalá el Señor los perdone y los haga recapacitar, mi pueblo digno no merece vivir esta crisis infundada por el odio de un grupo de saboteadores –con evidentes y comprobados antecedentes de terrorismo- que insisten en tomar el poder por la fuerza.
PD: Permítanme el calificativo en la expresión "oposición golpista", pero debo hacer la diferencia con esa otra oposición que igual que los chavistas quiere paz, desea conversar, dialogar, saben que en la Patria de Bolívar cabemos todos. Para ellos también mi mano amiga y mi disposición a contribuir a la reconciliación desde esta o cualquier otra trinchera como soldado de la revolución.
Con Maduro siempre victorioso ¡venceremos!
giancarlodimartino2017@gmail.com