Diosdado Cabello: Ejemplo de lealtad y fidelidad infinita

"En tiempo de guerra, la duda es traición"

Diosdado Cabello

Ya lo hemos dicho, en anteriores oportunidades, fidelidad y lealtad son dos términos que tienen significados diferentes. Alguien puede ser fiel, por ejemplo a sus principios y compromisos y, sin embargo, ser desleal con algo o alguien. Por el contrario, hay seres que pueden ser infieles, en algún momento o una que otra vez, y a pesar de ello ser leales, total e infinitamente. Ser fiel y leal es, definitivamente, el ideal y la utopía concreta deseada.

De Diosdado Cabello - ese que vio la luz en El Furrial, estado Monagas - se podrán decir muchísimas cosas, de un lado u otro, pero lo que nadie podrá negar es su infinita fidelidad y lealtad con este proceso de cambio y transformación; sobre todo, con Hugo Chávez Frías, a pesar que en oportunidades, el Presidente Chávez, lo criticó y le llamó la atención, con fuerza y en público y suponemos que, también, en privado. La fidelidad y lealtad a nuestro pueblo, al proceso de transformación que se sigue gestando en Venezuela y, en especial, a su indiscutible líder: Hugo Chávez Frías y ahora al Presidente, Nicolás Maduro, tiene en Diosdado Cabello un paradigma que, muchos y muchas, querrían poder emular.

Conocí a Diosdado Cabello en el Círculo Militar de Caracas, en enero de 1999, en una reunión que se realizó con Luis Reyes Reyes, por una cordial invitación que me formulara Ronald Blanco La Cruz, quien me pidió lo acompañara para ver cómo podíamos ayudar a quien luego sería el primer Ministro de Infraestructura del equipo de gobierno que acompañó al Presidente Chávez. Ese día -aún tengo vivida la imagen- estaban presentes, varios rostros para mi desconocidos, entre otros: Javier Elechiguerra –quien luego fue Fiscal General–, Van Der Dijis –quien luego fue Viceministro de Desarrollo Institucional–, representantes de la extinta COPRE y había un personaje en franelita, humilde y sencillo, calladito, sentado en la periferia, como observador del encuentro e intercambio de ideas y quien no emitió palabra alguna y casi pasó desapercibido. Confieso que no sabía quién era y menos de dónde venía o qué papel había jugado el 4F. Tuve conciencia y recuerdo su presencia, en la reunión, porque Ronald salió al pasillo a conversar con él y luego él nos llevó a ambos en su camioneta a El Valle, a casa de Edgard Hernández Behrens, donde teníamos nuestro centro de operaciones. Ni siquiera supe su nombre, sólo me limité a escuchar su conversación con Ronald y recuerdo que este le sentenció: "Tú tienes que dirigir CONATEL, porque tú eres experto en Telecomunicaciones, yo hablaré con Luis Reyes Reyes". Al parecer, Diosdado, no sabía qué responsabilidad le podría corresponder y parecía desorientado sobre su inserción en el nuevo gobierno que se iniciaría un mes después; al menos, esa fue mi impresión. Meses después lo vi, por prensa y televisión, como el flamante Presidente de CONATEL, donde realizó una excelente gestión, que era alabada y reconocida, a cada rato, por el Presidente Chávez. Fue así como me enteré que ese caballero se llamaba Diosdado Cabello. Lo que jamás me hubiera imaginado, e incluso, supongo que él mismo nunca pensó, es que llegaría a ocupar tantos y diversos cargos como: Director de CONATEL, Ministro de la Secretaría de la Presidencia, Ministro de Infraestructura, Ministro de Interior y Justicia, Gobernador del estado Miranda, Diputado por el Estado Monagas y Presidente de la Asamblea Nacional, Vicepresidente de la República y mucho menos, se nos hubiera ocurrido pensar, que llegaría a ser Presidente de Venezuela -por unas horas- y requeté menos, que llegase a ser un excelente conductor de un Programa televisivo de tanto éxito como lo es: "Con el Mazo Dando".

Mentiría si dijera que le he hecho seguimiento a Diosdado Cabello y que supe quién era. Por el contrario, cada día que develo, que descubro, que percibo, que olfateo, quien es Diosdado -en su verdadera esencia- quedo admirado y sorprendido. Nunca llegué a sospechar que llegaría a conocer –más allá de su apariencia y de su "mala fama" – a Diosdado Cabello. Ni siquiera, lo intenté, en las numerosas veces que nos topábamos en el ascensor, o en los pasillos, del "Anauco Hilton", donde fuimos "vecinos" entre el 2004-2006. No me nació recordarle dónde nos conocimos y mi relación con Ronald o el cargo que ocupaba en esos días en PDVSA, como Coordinador Nacional de los Núcleos de Desarrollo Endógeno. Apenas me aventuré, una vez, a hacerle entrega de nuestro periódico "Desde Adentro" y agradecerle su lectura. Un día se abrió la oportunidad de colaborar con él, cuando fue Ministro del Interior, en el 2002, intenté hacerlo y no pudo concretarse.

En todo este tiempo he oído, leído y hasta he visto cosas que han puesto en dudad la probidad, el compromiso y el sentido de responsabilidad de Diosdado Cabello. Algunas de ellas han venido de personas que han trabajado o que han estado muy cercanas a él o que viven en los altos mirandinos y dicen conocerlo. Debo confesarlo, he tenido muchas dudas sobre él. Aunque no estoy obligado a ser fiel y leal a Diosdado, si estoy obligado, con mi conciencia, a ser fiel y leal a nuestro pueblo, a este inédito y creativo proceso, a pesar de todas las fallas cometidas. Eso sí, concuerdo con Diosdado: hay que ser fiel y leal al Presidente Hugo Chávez, incluso, aunque sea sólo por su calidad humana y don de gente.

A pesar de mis dudas, producto tal vez de la influencia de la guerra mediática y psicológica, de los rumores, los chismes, los brollos, los comentarios de supuestos "amigos" y cercanos colaboradores, que son o fueron, de Diosdado; debo confesar también, con entera honestidad y transparencia, que no he visto, además del Presidente Nicolás Maduro y de otros y otras destacad@s camaradas, una persona que muestre mayor fidelidad y lealtad, al proceso y a Chávez, que Diosdado Cabello.

Hermano, con todas mis dudas, este humilde compatriota suyo, se quita el sombrero y confiesa que, como ayer, 30 de enero de 2017, más de una vez le he abierto mi corazón para abrazarlo y manifestarle, como lo hago ahora, públicamente: Gracias Diosdado por ser ejemplo de fidelidad, lealtad y pregonero de la unidad entre nosotros.

Por eso, el 30 de enero de 2017, cuando te escuché hablar en el programa "Zurda Konducta" (ZK) y decir lo que dijiste y hacer lo que hiciste y mostrarte, con autenticidad y humildad, ante las cámaras, no me quedó otra opción que retomar este artículo que ya había iniciado, hace unos días, para expresarte, aunque sea por esta vía, que seguiremos leales al legado de Hugo Chávez, contribuyendo, desde nuestra modesta trinchera de lucha, al logro de la UNIDAD, como lo haces tú, dándonos ejemplo de fidelidad y lealtad.

Muchas Gracias.

Por último, permíteme darte una sugerencia: más que no hablar mal de Chávez; pienso hermano que se trata es de resaltar la inmensidad de sus virtudes y cualidades, sin dejar de reconocer, a la vez, sus fallas y desaciertos. Así que #AquiNoSeHablaMalDeChavez sugiero ser sustituido, en lo afirmativo, por: #AquíHablamosBienDeChávez, porque hay gente que no sólo no habla mal de Chávez, sino que, sencillamente, lo ignora y lo invisibiliza y preferiría el #: AquíNoHablamosDeChávez.

Recuerda siempre a Miguel de Cervantes: "Si los perros ladran es señal de que avanzamos"



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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