«Hegel dice en alguna parte, que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa», señala C. Marx en su célebre obra: el 18 Brumario, y añade más: «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidos por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado». Con frecuencia, escuchamos decir: «quien no conoce su historia está obligado a repetirla»; por ello, es que debemos apreciar la historia como una fuente viva de información para mejor comprender nuestro presente, tomando en cuenta las peculiaridades propias de cada circunstancia, como bien nos lo recuerda C. Marx al acotar que: «…una vez como tragedia y la otra como farsa»; esto, a propósito, que no empleemos el pasado como un recetario a la mano con el cual intentar calcar el presente. Bien decía Heráclito, que «Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos». No obstante Heráclito, la analogía nos permite trazar bocetos de la pintura en trazos finos marcados del futuro expresado por experiencias pasadas. Así, Lenin vio en los soviet de 1917, una continuidad de la Comuna de Paris. Los textos de Marx y Engels, en mucho orientaron su actuación durante la Revolución, en cuanto los soviets fueron vistos por él como la forma germinal del nuevo Estado.
Pero, de la misma manera que a partir del pasado pudiéramos deducir el curso aproximado de acontecimientos del presente; también, a través de eventos del presente, podemos explicarnos hechos ocurridos en el pasado reciente. Tal es el caso del llamado, por los medios de comunicación, «Tirador de Florida», Esteban Santiago Ruiz, quien actuó solo en el tiroteo ocurrido en el aeropuerto de Fort Lauderdale (Florida) en que hirió a ocho personas y asesinó a tiros a otras cinco, el pasado 07 de enero. Santiago, de origen puertorriqueño, ex militar miembro de la Guardia Nacional que actuó en Irak. Según familiares cercanos, decía «que veía cosas», cuando «algo le pasó». Según su hermano Bryan, sufría de ciertos trastornos mentales. Fuentes del FBI confirmaron a CBS News que, en noviembre de 2016, Santiago Ruiz ingresó a una de sus oficinas en Anchorage, Alaska, afirmando que estaba siendo obligado a luchar con el Estado Islámico y su mente estaba siendo controlada por la CIA, obligándosele a ver videos de ese grupo terrorista pro EEUU, en lo que pareciera ser, como lo fue en efecto, de una programación mental para que cometiera actos violentos contra multitudes. Una especie de «bomba» humana, que después se desecha con el cliché que «tiene problemas mentales» y se le encierra en una celda por el resto de sus días o en su defecto, se le sentencia a muerte.
En nuestra República Bolivariana de Venezuela, ocurrió un hecho de características similares que nos permite ahora responder a la pregunta de quién o quiénes estuvieron, como autores intelectuales de la llamada por los medios de la burguesía, como la "matanza de Plaza Altamira". Los hechos ocurrieron un 06 de diciembre 2002 en la Plaza Francia de Altamira, entonces ocupada por un grupo de militares golpistas; quienes utilizaron dicha plaza, como reducto de oposición al gobierno democrático y revolucionario del Presidente Comandante Hugo Chávez Frías. El grupo de militares, 120 en total, colocaba como condición para retirarse de la Plaza, que renunciara el Presidente Comandante Chávez. Para el momento de los hechos, la toma de los altos oficiales militares se desgastaba mientras el diálogo, como tobo de agua fría, apagaba las candelas que pretendían expandir desde Plaza Altamira al este de la capital. Esa noche, se apareció de la nada Joao de Gouveia, lusitano recién llegado al país, como relata el entonces embajador de la República hermana de Cuba, compatriota Germán Sánchez Otero en su libro: «La Nube Negra»: «había llegado al aeropuerto a las 4:15 de la tarde del día anterior, jueves, procedente de Portugal, donde permaneciera 15 días» (…) «Al día siguiente, luego de haber dormido en un hotel del centro de la ciudad, fue en procura de una pistola que días antes había enterrado en el Cerro Ávila. Luego se dirigió al edificio Tejar de Parque Central y en la armería Armaros, compró dos cajas de balas tipo Hollowpoint. Seguidamente, se tiño de rojo el cabello, también las cejas, fue al cine y cuando llegó a la Plaza Altamira se detuvo en una esquina, allí comienza a sentirse exaltado y le surgen alucinaciones». La acción criminal de Gouveia, produjo en el lugar de los acontecimientos 3 muertos y 28 heridos. PoliChacao intervino eficientemente para impedir que Gouveia no fuera linchado por los presentes en la Plaza, hechos que fueron transmitidos en vivo, cual Reality Show, por Globovisión, televisora que a escasos minutos de la ocurrencia del tiroteo, saca al aire un video al que denominan «aficionado» en el que intentan relacionar al criminal lusitano con el entonces alcalde bolivariano Freddy Bernal. Las costuras de la jugarreta política salen a la luz, más temprano que tarde, ante un Gouveia que, en su traslado a la Fiscalía, días después, para declarar, grita iracundo ante las cámaras de Globovisión: «¡Sádicos, sádicos!», acusándolos de «haber perturbado su vida»; mostrándolo, la mediática burguesa, como una persona trastornada mentalmente.
En su Aló Presidente de esa misma semana, el Comandante Presidente Hugo Chávez desmontó la campaña de Globovisión en la que intentó relacionar a Gouveia con Freddy Bernal a través de un presunto video aficionado, señalando el Comandante: «Resulta que el video aficionado que ha presentado Globovisión como un editorial al país y el mundo, según su generador de caracteres, fue tomado el día 05 de diciembre en la madrugada a las 2:17:29 am y, ciertamente, a esa hora en La Campiña había un grupo de personas en vigilia, el pueblo defendiendo la sede de La Campiña que estaba amenazada por grupos de oposición para deponer a Alí Rodríguez y crear un caos. Esto está oscuro y confuso, yo no vi a Bernal allí, pero sí estuvo allí, él me llamó» (…) « Repito, el video con esta voz femenina fue grabado el 5 de diciembre a las 2:17 am y el Sr. Gouveia entró a Venezuela trece horas más tarde, porque está aquí su pasaporte y los sellos auténticos. Vino de Portugal en la línea TAP (Transporte Aéreo de Portugal), pasó por Brasil en una escala y llegó a Venezuela a las 4:30 pm de ese día jueves 5, es decir, trece horas y pico después de los hechos filmados allí en La Campiña». Años después, Gouveia sigue acusando a Globovisión de su condena a prisión por 29 años, señalando: «Yo estoy aquí, sentenciado a casi 30 años, pagando por un delito de un canal de televisión, que es Globovisión (...) que provocaron esta tragedia».
Joao al igual que Santiago, se han deslindado de sus culpas ante los graves hechos en que se les imputa como responsables de los crímenes. Uno, acusa a la CIA de haberlo inducido a ejecutar la masacre de Florida. Otro, acusa a Globovisión de ser quien lo indujo a ir a Plaza Altamira y disparar sobre la multitud. Las analogías de ambos sucesos, nos llevan a concluir que la mano del imperialismo está sobre los gatillos de las pistolas que apuntaron y asesinaron a ciudadanos tanto estadounidenses como venezolanos. Sus fines perversos de apuntalar y reforzar el Estado policíaco y de terror en los propios EEUU en La Florida. Mientras que, en aquel año 2002, propiciar el anhelado enfrentamiento armado entre venezolanos y venezolanas, la fratricida guerra que aún no logran propiciar para provecho del complejo industrial-militar quien es el que realmente gobierna en la nación imperialista del norte. Siendo, el principal logro del Gobierno del camarada Presidente Nicolás Maduro, el haberles abortado todas las iniciativas que han impulsado desde 2013 en adelante, en esa orientación criminal. Por ello, nos anotamos por la defensa de la Paz en nuestra Patria Grande, el Diálogo es el camino para alcanzarlo…
