Me recuerdo sobre una situación que le aconteció a un amigo de nacionalidad china, quien para la época cuando lo conocí, trabajaba como mesonero en un restaurante (obviamente), chino. El caso es, que él, humilde siempre, era hostigado por un comensal criollo grosero quien en el marco de su racismo, lo insultaba; lo acosaba. Un día, yo, asqueado por esa situación, hablé con el amigo asiático y le dije, o tú haces algo, o yo, asumo el problema y el amigo chino me dijo, "tu tlanquilo, chino le mea la sopa"….
Yo me quedé pasmado, impresionado, anonadado, por esa forma de asumir su problema, de cobrar venganza, de arrogarse su carma ante la agresión de un enemigo evidente. Cualquier latino, como yo, o como cualquiera de mis conocidos, se hubiera caído a carajasos; sin embargo, eso no ocurrió. Él resolvió de otra forma por mí jamás pensada.
Luego después; mucho, pero mucho tiempo después, entendí a Confucio, a la filosofía de un pueblo de más de 10 mil años. No sé si esa conducta (antigua), contribuyó en su momento histórico (me refiero a Mao), para que ese pueblo tomara el poder, tal que, hasta el sol de hoy, les ha permitido convertirse en la primera potencia mundial. Ellos a diferencia nuestra, piensan en miles de años.
Me recuerdo también, cuando el mundo occidental (por allá por los años 80), descubrieron la Teoría "Z", japonesa, pensando que con ello revelaban el "Changrila" del capitalismo, creyeron que habían enganchado "El Arca de la Santa Alianza" de la productividad sin que nadie se sintiera explotado.
El caso es, que en el agotamiento de su existencia, el capitalismo recurre a diversas prácticas ancestrales (de otros pueblos), para perpetuarse y eternizarse, lo que no es posible. No entienden que existe un ciclo inexorable que los desaparecerá, tal como aconteció con el esclavismo y el feudalismo (y otros modos de producción), que reniegan sobre el desarrollo, incluso, de la tecnología.
De allí que sostengamos, que la globalización del futuro (no la de la miseria), será la de los pueblos. De aquella que emergerá en el marco de su crecimiento con el propósito de apuntar la equidad, la justicia, la igualdad, la fraternidad y no, el egoísmo.
Y por favor, no me llamen "come flor"; las utopías son posibles. Será un hecho indefectible de la humanidad. Los guerreristas no pasarán.