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SOBRE LA ÉTICA Y LA MORAL. En nuestro transitar cotidiano utilizamos ambos términos como sinónimos, incluso intercambiables. El término ética "Es el nominativo plural neutro sustantivado del adjetivo ethikos y el sustantivo de que proviene es ethos, cuyo significado es forma de ser o carácter. Entre tanto, la palabra moral viene de moralis, adjetivo, el cual también procede de un sustantivo latino mos moris. El significado se relaciona con la costumbre. Después de este acercamiento etimológico, "tendríamos que afirmar que las palabras "ética" y "moral", en sus respectivos orígenes griego (ethos) y latino (mos), significan prácticamente lo mismo: carácter, costumbre". "…es verdad que la etimología de ambos términos… es similar…" (Zapata, 2004). No obstante, existen dos niveles, dos instancias diferentes, dos planos: el cotidiano y el filosófico. La forja del carácter en la vida cotidiana es la moral vivida y la ética es la moral pensada. La ética vendría hacer una reflexión filosófica sobre moral vivida. La moral se expresa en el lenguaje de la vida cotidiana mientras que la ética es reflexión filosófica sobre esa moral. La moral es un conjunto de principios, normas y valores que cada generación trasmite a las más jóvenes. La moral per se implica un legado de orientaciones sobre cómo comportarse. Entre tanto la ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre la moral. La ética es la filosofía moral. Una conclusión ahora epistemológica nos dice que los términos, las palabras ética y moral no son sinónimos pero sí, necesaria e inexorablemente, confluyen, convergen y desembocan en una misma problemática: La moral se refiere a la conducta del hombre que obedece a unos criterios valorativos acerca del bien y el mal, mientras que la ética estudia la reflexión acerca de tales criterios, así como de todo lo referente a la moralidad. (Rodríguez, 1998).
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GALEANO: TU PALABRA, SIEMPRE, SERÁ UNA LECTURA COLECTIVA. Si en la década de los años setenta, la Biblia, ese conjunto de libros, se constituyó, con el devenir de la práctica litúrgica y la militancia en la fe católica, en un clásico de nuestra juventud creyente; en aquellos emprendedores de la palabra, que balbuceábamos a Sócrates, a José Ingenieros, los cuentos de Rómulo Gallegos o algún poema rimado y otros tantos textos de obligado camino académico; aquel fascinante libro se convirtió en un torrencial aguacero, soporte cognitivo, que permitió encontrarse con la América Latina extraviada, terriblemente desconocida y escondida por la escolaridad ideológica cómplice. Si el Manifiesto Comunista, transitaba paralelo nuestra existencia como clandestino porrazo al mismísimo fetichismo mental capitalista y aquellos manuales marxistas de Martha Harnecker, Henri Lefebre, Nicolái Bujarin, Ernest Mandel y Federico Riu, iban y venían, con implacable esfuerzo y sistemático estudio para llegar descubrir que hasta el espacio para construir viviendas se había convertido en mercancía; entonces las Venas Abiertas de América Latina, obra de Eduardo Galeano, constituyó un clásico de turbada lectura, de implacable aporte formativo y de fiesta de la palabra escrita. La historia de América Latina es la historia del despojo de los recursos naturales. Junto a Josefina Olivo, con su libro La Resistencia Indígena en Conquista, que despertó nuestras ancestrales raíces originarias de resistencia cultural, de batalla noble y ramalazo histórico; el libro Las Venas Abiertas de América Latina, de Galeano, se trasmutó en arsenal teórico conceptual de iniciada militancia revolucionaria. A los embusteros, familiares, docentes, intelectuales televisivos, lisonjeros de historia, cachifos académicos y huelefritos de la fiesta, los mandaron al carajo. Aquello fue un monumental abrazo intelectual, un primer gol teórico. Los Nadie usurpamos la palabra. Transcurridas muchas ruedas, camarada Galeano, cuando los barberos me humillan cobrándome la mitad, no queda otra que esta manía de leerte, volver a leerte, disfrutar de tu jodido humor, haciendo piruetas con esta Vinotinto y esta extraña dictadura que le ha dado por andar haciendo elecciones a cada rato. Bordeamos tu obra como nuestro abrazo venezolano de felizaño. Lo dijo, Oriol Vall, que se ocupaba de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, el primer gesto humano es un abrazo. Tu palabra siempre será una lectura colectiva. Un abrazo a la palabra.
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SOCIALISMO CRISTIANO. En esas relecturas, ahora más necesarias e ineludibles, sobre el tema del Socialismo del Siglo XXI, hemos ido a parar al libro de Walter Montenegro: Introducción a las Doctrinas Político Económicas, (Fondo de Cultura Económica). Transitamos este texto: "En el campo de las diferencias que separan a la Iglesia Católica del Comunismo y como muestra de lo alejado que a veces puede estar el dogma de la realidad, es característico el hecho, que causa gran desconcierto entre los observadores extranjeros, de que un enorme número de militantes comunistas italianos son fervorosos católicos con una conciencia tan convenientemente organizada que no encuentran discordia alguna entre los deberes que impone el partido y el devoto cumplimiento de sus obligaciones religiosas. Ni el partido ha logrado que dejen de concurrir a la iglesia, ni la Iglesia ha conseguido hacerlos votar contra el partido".
La bienaventuranza eterna se ve comprometida sin el apostolado social. En los textos bíblicos, los Evangelios y los Salmos, se precisan aspectos que facilitan el encuentro cristiano y socialista. Un nuevo y revolucionario mandamiento deja Jesucristo en aquella última cena: Amen como yo los ame. El prójimo es el colectivo. La sentencia de Mateo resulta contundente: No puedes servir a Dios a y las riquezas (M 6:24). ¿Qué es la sociedad del amor sin el socialismo? ¿Acaso no fracaso el socialismo real falto de amor?
La experiencia de los curas obreros y de barrio, un plan del Vaticano para detener las ideas socialistas, resultó creando, militando y practicando la Teología de la Liberación. La opción preferencial por los pobres. La conclusión es sencilla: "si bien el socialismo ignoraba las necesidades y aspiraciones espirituales (del ser humano), por su parte el cristianismo descuidaba sus necesidades y aspiraciones materiales. De aquí dedujeron la inspirada fórmula de que es preciso cristianizar al socialismo y socializar al cristianismo".
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SOBRE LAS CULTURAS POPULARES. Partimos de la afirmación, nada descabellada, de qué la revolución cultural de la Venezuela, de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, se inicia con los preceptos, categorías y términos fundamentales que están contenidos en la Carta Magna del año 1999. El término cultura hace su aparición por vez primera en una Carta Magna en el año 1811 y así se mantiene hasta el año 1830, durante 19 años. "Ningún género de trabajo, de cultura, de industria o de comercio serán prohibidos a los ciudadanos" (Constitución, 1811. Art 167).
Un conjunto de categorías surgen, a propósito de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, por vez primera en la historia constitucional de Venezuela, y concretamente en la historia del constitucionalismo cultural. Categorías como multiétnico, pluricultural, culturas populares, venezolanidad, igualdad de culturas, interculturalidad, tradición popular, artesanía, industrias populares típicas, trabajadores y trabajadores culturales, quehacer cultural, autonomía en la administración pública cultural, información cultural, patrimonio cultural, tangible e intangible, sólo para citar algunas, brindan la posibilidad de que a partir de tales categorías podamos atrevernos a construir, a formular, una teoría cultural revolucionaria, la cual oriente la práctica cultural, específicamente la gestión cultural pública.
La importancia histórica de la cultura se observa redimida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Mientras en la Carta Magna del año 1961 el término cultura aparece cuatro (4) en 15 unidades normativas, que están vinculadas directa o indirectamente con la cultura; en la Constitución del año 1999, entre el Preámbulo y los cuatro (4) artículos dedicados exclusivamente a este campo, el término cultura aparece 17 veces. La significación social y política; histórica y cultural no es posible soslayarla. La cultura festiva residencial de Venezuela podría formar parte significativa de lo que la Carta Magna denomina "las culturas populares constitutivas de la venezolanidad" (Art. 100. CRBV), toda vez que el término no está definido en la Constitución del año 1999; la tarea de caracterizar a esta categoría sería labor para la Ley Orgánica de Cultura porque resulta inevitable incorporar un aparte, capítulo o título, dedicado a tan particulares expresiones culturales. Si por alguna parte cojea la gestión pública cultural tiene relación con la ausencia prodigiosa de unas líneas que sobre políticas culturales estén definidas en términos de la investigación cultural y la promoción y difusión de tan extensiva y específica realidad residencial. La comunidad científica cultural, durante la década de los años 90, alcanzó a registrar un total de 196 mil fiestas populares que se realizan anualmente en Venezuela. En otras palabras, se estarían celebrando un promedio de 8 mil 521 manifestaciones culturales locales en cada una de las 23 entidades federales que conforman la nación.
Estas formas culturales residenciales vienen a ser parte integrante y orgánica de las comunidades étnicas y le confieren sentido de pertenencia, heredad patrimonial, cosmovisión y personalidad cultural a los grupos humanos de regiones, localidades y microlocalidades en los 335 municipios del país. El Municipio es una aldea cultural endógena.
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¿PARA QUÉ SIRVE EL ARTE? ¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE UN ARTISTA? La Plaza San Martín, con sus transeúntes como cómplices, experimentó una intervención urbana. La acción sería encabezada por la artista visual Marbel Carral. La idea de montar un tendedero, como en las casas populares, pero ahora entre árbol y árbol y colgar "gran cantidad de bombachas femeninas": calzones, como lo precisa el diccionario, o pantaletas, como bien la conocimos desde entonces, acompañados por "gran cantidad de mamografías", producto de un examen clínico para despistar el cáncer de mama, sería la exposición que en dicha plaza, concretamente en la ciudad de La Plata, en Argentina, juntaría esta artista acompañada de otras féminas bajo el título "Todas iguales y todas distintas". Mientras esto sucedía un 8 de marzo de 2008, a propósito del Día Internacional de la Mujer; un año antes Guillermo Habacuc Vargas, de Costa Rica, tomo a un canino callejo, de esos que exaltaría nuestro Aquiles Nazca con su verbo gentil: Ruin perro callejero, / perro municipal, pero sin amo / que al sol o al aguacero / transitas como un gamo / trocado por la sarna en cachicamo... tú, vagabundo, eres /-privilegio de pocos- / amigo de los niños y los locos. Guillermo Habacuc Vargas tomó un perro de la calle y lo amarro con una soga corta a la pared de una galería. La exposición se intitulaba "Eres lo que eres". El perro tenía al frente comida pero le era imposible alcanzarla. Así murió, lentamente de hambre y sed. La Bienal de Arte de Centroamérica quiere que repita la "obra de arte". La "pieza" se llamaba: Un Perro hambriento, callejero. Qué asco. Fin de mundo.
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ANTONIO ARRELLANO DURÁN: PRESBÍTERO, OBISPO Y AMIGO. A veces se viene la tristeza en tumulto y atropella la existencia. Algo así me ha sucedido cuando Enrique, el entonces Canciller de la Diócesis de San Carlos de Austria, comunicó la súbita partida de Antonio Arrellano Durán, quien fuese para entonces el Obispo Emérito de San Carlos. Estado Cojedes. Ya habrías cumplido con el Señor Supremo en esta tierra. Tú y yo vimos partir a nuestras madres. Todavía recuerdo a su mamá, Monseñor, con aquella memoria de elefante recitándonos versos, muy a pesar de sus noventa años. Quizás allá en el cielo usted y Carmen Valenzuela tendrán todavía la duda: a quien se le pide la bendición. Recuerdo su argumento que era ella quien debería darle la bendición y mi madre, toda confundida y en franca protesta, alegaba que era usted quien debería hacerlo primero.
Así sucedería cuando llegó por primera vez a aquel Caricuao en metro. Le vio recorrer el bulevar cual muchacho andariego y travieso. Ya las carreteras no escucharan más el rosario de su boca prolongando las eses, cual gocho milenario. Quizás en la diócesis falte tu energía de atleta olímpico y ese carácter tuyo atroz pero fugaz. Eres el único Obispo que he visto con una sonrisa de arroz en los labios frente a Su Santidad Juan Pablo II. Nos hará falta tu italiano impecable y tu sabio latín, que a veces escondías por pura modestia. Sabía que nunca quisiste ser Obispo pero te echaron esa vaina. Y cumpliste tu labor pastoral en medio de la tormenta. Te convirtieron en administrador y tú querías ser sacerdote. ¡Qué cosa, verdad! Los designios del Supremo siempre harán de las suyas.
Evoco aquella vez que me dijiste: son tres los juramentos que hace un sacerdote: obediencia, celibato y pobreza y te respondí que cumpliría con el celibato y la obediencia pero con la pobreza no porque tú lo que querías era que pidiera. El juramento de la pobreza me viene de cuna. Tu riza se apodero del espacio y un buen rato estuvimos riéndonos porque los amigos saben reírse de sí mismos.
Jamás olvidaré su tremenda alegría aquellos domingos de pascua que vivencie en San Carlos. Su angustia por confesar al mayor número de feligreses. Su felicidad por la visita pastoral. Su alegranza por la conversión de los pecadores. Su historia queda como aprendizaje. Nuestra tristeza se hace más leve porque sabemos su sentencia: cuando uno confiesa y comulga puede morir en cualquier momento. Ha partido un amigo de la cultura.
Un devoto del Santo Rosario. Un hombre que supo llevar en el alma la sotana desde los juveniles 17 años. Un hombre que sabía reír. Un conductor católico. Terco e hiperactivo. Agudo y con ese enorme corazón de niño. Nuestra amistad será esa evocación implacable en el tiempo. La bendición Monseñor. Dios se lo pague por ser mi amigo.
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LO HUMANO DE BOLÍVAR Y MANUELA. Acercarse a los independentistas desde lo humano llena de mucha y desbordada alegranza. Decía el Libertador a Perú de Lacroix: "¿Me pregunta usted por Manuela o por mí? Sepa usted que nunca conocí a Manuela. En verdad, ¡nunca terminé de conocerla! ¡Ella es tan sorprendente! ¡Carajo, yo! ¡Carajo! ¡Yo siempre tan pendejo! ¿Vio usted? Ella estuvo muy cerca, y yo la alejaba, pero cuando la necesitaba siempre estaba allí. Cobijo todos mis temores…. ¡siempre los he tenido, carajo!... No, no hay mejor mujer…Esta me domó. Sí, ¡ella supo cómo! La amo. ¡Mi amable loca! Sus avezadas ideas de gloria; siempre protegiéndome, intrigando a mi favor y de la causa, algunas veces con ardor; otras con energía. ¡Carajo! ¡Ni las catiras de Venezuela, que tienen fama de jodidas! "
Manuela, el 25 de septiembre de 1828, salva, por segunda vez, la vida del Libertador. Éste saltó por aquella ventana de palacio con los zapatos dobles de Manuela. Llovía y sus botas las estaban limpiando. Manuela a sus varios perros les colocó el nombre de generales: Santander, Páez, Córdoba, La Mar, Cedeño, entre otros. Escribiría desde su destierro en Kingston al general Juan José Flores, un 6 de mayo de 1834: "Yo ame al Libertador; muerto lo venero". También le dejo marcados los dientes a Bolívar en la oreja por encontrar unos aretes en la cama donde dormían. No menos de cien misivas le escribiría su esposo Jaime Thorne en las cuales la perdonaba y exigía regresara. La respuesta de Manuela Sáenz sería contundente y de fino humor: "Déjeme usted, mi querido inglés. Hagamos otra cosa: en el cielo no volvemos a casar. ¿Y usted cree que yo, después de ser la predilecta de este general por siete años y con la seguridad de poseer su corazón, prefiera ser la mujer del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?" Bolívar le dijo a Manuela: Tú eres la Libertadora del Libertador.
8. ¿CUÁL ES EL ASPECTO PRINCIPAL DEL QUE DEBE OCUPARSE LA LEY ORGÁNICA DE CULTURA? Al intentar dar respuesta a la pregunta es necesario definir o caracterizar el carácter orgánico de una ley. . Uno de los logros de nuestra Carta Magna Bolivariana, si se compara con la del año 1961, es que caracteriza a este tipo de instrumento jurídico: "Son leyes orgánicas…; las que se dicten para organizar los poderes públicos o para desarrollar los derechos constitucionales y las que sirven de marco normativo a otras leyes". (Art. 203. CRBV, 1999). En otras palabras, la Ley Orgánica de Cultura tendría, por mandato constitucional, que organizar a los poderes públicos culturales, desarrollar los derechos culturales constitucionales y servir de marco a todas las leyes que forman parte de los regímenes legales culturales vigentes en el país. Esta figura jurídica cultural viene a cumplir con un precepto fundamental expresado en la Carta Magna del año 1999: "Los valores de la cultura constituyente…un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales…necesarios…" (Art.99. CRBV, 1999).
En el proyecto, última versión, es posible encontrar derechos culturales fundamentales desarrollados como el de las culturas populares, sobre la protección jurídico-social a los trabajadores y trabajadoras culturales y el de los artesanos y artesanas, aspectos estos priorizados en la Carta Magna. De igual manera, todo lo relaciona con el patrimonio cultural, tangible e intangible y lo relacionado con el derecho de autor. Sendos capítulos sobre el fomento de la economía social cultural y sobre la diversidad cultural, entre otros. El estudio, análisis y discusión se viene realizando con los colectivos culturales en el marco de la Sub-Comisión de Cultura y Patrimonio Histórico de la Asamblea Nacional. También se ha creado la Cátedra Permanente de Legislación Cultural como contexto de aprendizaje e investigación. No obstante se requiere ampliar la moción.
Incorporar varios capítulos: sobre el paradigma cultural y las líneas estratégicas de las políticas públicas culturales; el del sistema nacional público de redes de bibliotecas y sobre las microlocalidades y localidades, constituidas por los consejos comunales, las comunas; las parroquias y los municipios.
También es necesario redefinir el objeto de la ley y replantearse la organización de los poderes públicos culturales. En este sentido, se propone la creación de las Comuna Culturales, instancia para el diseño de planes culturales y el ejercicio de la contraloría social de la gestión pública cultural, a todos los niveles. Urge que en la ley este expresado que son las culturas populares y qué caracterice a los trabajadores y trabajadoras culturales. Es vital y trascendente crear una Ley Orgánica de la Cultura Revolucionaria. Desde el 2014 existe la Ley Orgánica de Cultura de Venezuela. Su análisis está pendiente y a la orden del día.
9. EL ANTIGUO DILEMA ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA. Sobre el tema de la trascendencia de la Revolución Bolivariana de la Venezuela del Siglo XXI, afirmaría el sociólogo y docente universitario, Wladimir Acosta, en el año 2004:"Este es una proceso revolucionario en marcha, que todavía no es totalmente una revolución, pero que va camino de serlo y lo será con la participación popular, con la lucha popular y con la democratización, cada vez más profunda, de este país. Porque aquí hay una transferencia de poder a nivel de clases sociales y de eso no hay duda…"
¿Dónde se encuentran los presupuestos conceptuales de la revolución cultural bolivariana? ¿Dónde iremos a buscar la teoría cultural revolucionaria? Algunas respuestas nos remiten a la otrora discusión entre la teoría y la práctica. Sin embargo, dar respuesta a tales interrogantes tiene que hacerse desde los preceptos culturales constitucionales, partiendo de la relación orgánica entre la teoría y la práctica. En otras palabras, las categorías, preceptos, términos y principios culturales señalados en la Carta Magna de 1999 podrían constituirse en el asidero conceptual de una teoría cultural revolucionaria, la cual oriente a las gestiones públicas culturales.
Afirmaría Ludovico Silva, hace 40 años, 1975:"…toda consideración teórica se entenderá como subordinación a las recomendaciones concretas para una práctica cultural revolucionaria. Esto supone una tensión peculiar entre teoría y práctica: si bien una práctica cultural carente de directrices teóricas está condenada al caos y al gasto inútil de energías, también es cierto que ninguna directriz teórica- como ninguna teoría en general- adquiere su desarrollo y su perfeccionamiento reales más que como resultado de una práctica cultural…" Un reto histórico cultural parece impostergable.
10. ECUAJEY. El Barrio lo hizo suyo. Símbolo de goce y alegría. Nostalgia repartida en esperanzas. Orgullo de negritud. Melodía de arrabal. Su partida todavía nos duele y su recuerdo evocará a los vientos y los muertos reclamaran algo fuerte. A esa privilegiada garganta, el Barrio supo responderle con la felicidad del ritmo y la candencia perpetua de la esquina. Somos herederos del énfasis de su improvisación, de su altanería de su étnea, de su ritmo natural, de su rebelde solidaridad. El tronar de las claves algo nos dicen. La conciencia social la aprendimos bailando. La oración se canta en clave y el montuno es mar abierto de olas entre recuerdos y ritmos. Arribar a la orilla es espuma de marea y de barcos que no anclan. Sólo las velas saben recitar aquellas canciones de tu borinqueriando, Borinquén.
La televisión parece haber sido la primera en presenciar aquel infarto súbito, terrible e inoportuno. Apenas pudo abrazarse a su vieja como quien se aferra al legado espiritual de la querencia. Los timbales lloraron y las congas lanzaron su protesta. Una eterna risa nerviosa se apodero de estos pueblos, descalzos y arrinconados de tanta miseria. Era una de otras tantas veces que bailábamos con lágrimas. Una escala musical partía, un derroche de ritmo se nos hacía tristeza. La nostalgia pudo sorprendernos. Confesamos nuestra soledad pero el orgullo del Barrio tiene belleza y también tiene poesía.
El triunfador juzgado y condenado en otro idioma, pero su defensa es el canto y la bachata. No tenemos miedo en repetirlo mil veces más como lo dijimos del otro: "Ese mudo, cada día canta mejor". Y nos pusimos a tararear sus compases. La Bomba y la Plena se hicieron caribeñas. Nosotros, los del Arrabal, somos los villanos groseros. Sacude Zapato viejo. La fiesta popular se hace irreverencia, tradición y cotidianidad. La autenticidad fue la mejor arma de este sonero nasal. Es una herencia cultural del Barrio.
En el gran escenario de la farsa, el Arrabal expreso sus mejores muestras de fidelidad y compromiso. Sin partituras y tocando de pie ni siquiera Lexington pudo con la rumba. Los peroles volvieron a sonar. Los barrotes se convirtieron en la clave. El idioma inglés no sirve para hacer ejércitos menos para prolongar cautiverios. La percusión y el canto pertenecen a la calle, a La Calle Calma, que canta y baila tu memoria entre Bomba y Plena.
Aquellas primeras rumbas se iniciaron entre latas y cajas de cerveza. La pobreza se vestía de fiesta y la humildad cantaba entre esquina y esquina. El sistema escolar no pudo atrapar su presencia. Entre limpiabotas y albañil, los caminos de la música lo hacen conguero y cantante. Las maracas siempre tronaron, entre sus manos, al compás del Combo. Tres millones de dólares no pudieron con tanta bohemia y tanta salsa. Los excesivos éxitos también tienen sus trampas. A la sociedad racista le molesta mucho el triunfo de lo popular. Los rincones de su siempre Borinquén lo aplauden. Los Barrios del Caribe descargan con la sonoridad de su voz. El reencuentro posee la alegría de siempre. ¡Qué Chévere, a gozar de nuevo! Aquella nostalgia se convirtió en rumba callejera.
Los países del mundo reclaman su presencia pero tienen su legado musical histórico, así evocaran su nombre en cada baile, en las esquinas del movimiento, en el repique legendario de los cueros. Las naciones parecen comprender el lenguaje del Barrio porque estamos hablando del éxito de los excluidos, del canto de los hambrientos, del verso esquinero. Los segregados de siempre; los desdeñados de entonces, tomaron por asalto, en rebeldía creativa, el escenario, de cada día, para invocan a un Nazareno Negro y saludar con la herencia espiritual africana con aquel caribeño, amado e histórico: ¡Ecuajey !