"Cuando el pan se pone amargo o ha llorado el panadero o el que come está llorando" Andrés Eloy Blanco.
Aquí, en estos momentos, está llorando el panadero sentado en la misma acera del que come; la amargura nos está cubriendo los sabores y ya es poco el dulce que sentimos.
¿Pero cómo no vamos a sentir un dejo de amargura si nos están dando hasta con el tobo? La guerra económica está vaciando los bolsillos de una manera fulgurante, no hay dinero que alcance para comprar las cosas a los precios que están apareciendo.
La Harina de maíz a 4.000 bolos (cifra esta que como que se está generalizando para la mayoría de los kilos o los empaques de lo que sea: Azúcar de 850grs, margarina de 500grm, empaque de 12 huevos, mayonesa de 850grm y así sucesivamente.)
El pueblo busca balancear la vaina recurriendo a las verduras, como en los viejos tiempos y hacia allá enfilan la maquinaria de guerra más efectiva y más cruel que cualquier arma inventada por el hombre: la campaña mediática.
En ese orden te bombardean con toda la capacidad tecnológica de hoy en mensajes terroristas: ¡Mosca con dejar de pagar los 4.000 bolos por la harina para las arepas, ni se le ocurra cambiar la arepa por yuca, cuidado!! Que esa vaina está envenenando a la gente pues ahora están vendiéndole es la que utilizan para hacer casabe y esa vaina tiene cianuro.
Nada como una arepa en sus diferentes presentaciones y con sus diferentes rellenos; vamos a estar claro, ese plato nuestro es insustituible y como es parte de nuestra historia y de nuestras costumbres, desde antes de que fuéramos patria, hay que acabarla, ¿Cómo? Poniéndole precio imposible al producto que fue industrializado desde hace mucho tiempo, por un grupo de aliados de los Estados Unidos, para crearle al pueblo la sensación (que más que una sensación es una realidad) de que el gobierno no puede garantizarles ni siquiera algo tan básico como una arepa.
El pueblo en su búsqueda natural de sobrevivir a la guerra volvió al instinto natural de comer monte y raíces y entre ella está la yuca que ha sido tan nuestra como la arepa desde la antigüedad también y esto es un escape al hambre y un alivio al estomago de un pueblo que se niega a morir. En estas circunstancias hay que ponerle un parao a esa acción natural ¿Cómo? Con campañas mediáticas terroristas cargadas de mensajes agresivas contra el tubérculo que esta aliviando el hambre, un ataque mediático a la Yuca.
Toda la vida hemos comido yuca y toda la vida hemos comido casabe y ni un solo muerto había salido por comerse un pedazo de yuca amarga, ni siquiera en las zonas donde se produce el casabe que es donde se manipula esa especie de yuca, totalmente diferente por cierto a la que comemos en todo el país y que no falta en un sancochito, en un desayuno sancochada o frita y que deseamos probar nuevamente (cuando el precio del azúcar y el papelón lo permitan) en los exquisitos buñuelos.
Según expertos en yuca todas las especies de este tubérculo contienen acido cianhídrico, que por cierto está presente también en las manzanas y aunque te tragues un guacal completo de esa fruta no te mueres envenenado (aunque la indigestión seguramente te enviaría a un hospital); también está presente en granos como la caraota, ese grano delicioso que después de digerido crea unas flatulencias impactantes y que fueron prohibidas durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez II para que no hubiera más peos en el país.
Envenenados con yuca amarga habrían muerto, seguramente algunos españoles en los inicios de la conquista y algunos indios antes de inventar en sebucán y aprender a hacer el casabe, pero en pleno siglo 21 que alguien saque las estadísticas de las muertes por envenenamiento por yuca.
Sin embargo, la campaña de rumores, que no es nuevo sino que es una de las armas de destrucción masivas más antiguas y poderosas de las inventadas por el hombre, está creando la matriz terrorista contra el noble tubérculo al punto de que es más seguro comprar el paquete de harina de maíz en cuatro mil bolos que desayunar con yuca y tomar boleto inmediato al mas allá con toda la familia.
En estos tiempos de guerras no convencionales la poderosísima arma mediática, la fábrica de rumores, las redes sociales que retransmiten audios, textos y hasta videos con matrices falsas son los elementos de penetración del pensamiento bajo la máxima de Goebbles de que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad.
Con rumores se destruye la reputación de una persona quedando en pie físico sus propiedades que serian arrebatadas, con rumores de destruye la reputación de un país, quedando su estructura física intacta para poder ser invadida con una población aniquilada moralmente, con rumores y falsedades se destruye un gobierno y se justifica cualquier acción para despojarlo del poder, incluyendo las invasiones que no matan solo a seguidores de esos gobiernos.
La campaña mediática incluye, la satanización de las ideas positivas hasta destruirlas (no coma yuca que puede morir en el intento) el humorismo como estrategia para minimizar las acciones positivas (los chistes sobre el uso de la yuca en Mc. Donalds, por cierto esa yuca era cómica pero no estaba envenenada para no afectar a la transnacional de la mala alimentación; la ironía como arma de desaliento para derrumbar intentos positivos (flacos como los hindúes van a quedar con la dieta de tubérculos y raíces, como si ser flaco fuera sinónimo de desnutrición).
Una campaña mediática destruye más que una bomba nuclear, pues destruye el espíritu de la gente. El gobierno debe seguir en su empeño en combatir el ataque alimentario en la que estamos sometidos y entre sus herramientas debe utilizar con más eficiencia la mediática. Por cierto yo no estoy en contra de los CLAPs aunque lo parezca, sólo que me consta de los desvíos del clap que involucra a mi comunidad y su consejo comunal y no hay manera de que las denuncias se procesen, Hasta el mismísimo correo que Freddy Bernal anunció se utilizaría para atender las denuncias ya he enviado tres correos y ni siquiera una respuesta de acuse de recibo llega en retorno.
Nos quieren amargar la Yuca como nos están amargando la vida y hasta el pueblo más sabio sucumbe ante los ataques mediáticos sino miren el espejo histórico de lo logrado por Joseph Goebbles durante la oscurana mundial llamada Hitler, sino miren como después de la gran guerra los vencedores se encargaron de satanizar absolutamente todo lo que estaba en contra de los vencedores y hacer de estos la imagen de la libertad y la justicia cuando ni justos ni libertarios.
Que no nos amarguen más, que la Patria De Bolívar Y Chávez no puede sucumbirá a los chantajes.