Quién no quisiera hablar de temas agradables, la vida tiene muchos…muchos, pero hay una parte de la humanidad, oscura, miserable, que se las ingenia para envolvernos en su pequeñez: ¡Cuanta literatura y poesía que leer! ¡Cuánta música!!Cuantos proyectos e ideas por desarrollar!!Cuanto pensamiento económico- político que hay que discutir! ¡Cuánta reflexión para hacer descender la soberbia! ¡Cuánto deporte que estimular! ¡Cuánta critica y autocritica en la espera! ¡Cuánto arte y artesanía que hacer y disfrutar!!Cuanto afecto que cultivar!!Cuanta solidaridad y amor que ofrecer y recibir!...¡¡Pero no!! Aparece la OEA, en su repetitiva historia, para distraernos e intentar disminuirnos como nación.
Sí. Distraernos, un país de distraídos puede perder el rumbo ante las amplias, necesarias y contundentes acciones que hay que asumir y que nos toca hacer en nuestro FRENTE INTERNO. Y, no tengo dudas, que esta arma, la distracción, la están manejando tanto la derecha internacional como la nacional muy bien: amenazas "inusuales y extraordinarias" del gobierno norteamericano, y de altos militares con portaaviones y todo, dispuestos al "sacrificio" por su "Patio trasero"; de encumbrados religiosos venezolanos elevando sus plegarias al altísimo para que "pronto salgamos de todo esto". Líderes políticos venezolanos viajando incesantemente por el mundo solicitando de manera clara, sin ambages la intervención en nuestros asuntos internos.
¡Ojalá! Pudiéramos leer o releer, "las 10 estrategias de manipulación mediática", esbozadas por Noan Chomsky, encabezada precisamente por la Distracción.
Se le atribuye a Carlos Marx la frase de que "la historia se repite primero como tragedia y después como comedia" pero en el caso que nos ocupa la OEA, cuya actitud tan injerencista en nuestras naciones, tan servil ante el ambicioso y pendenciero norteño y tan fastidiosa por lo repetida, nos obliga a preguntarnos: ¿Qué hacer? pues pareciera que va más allá de la tragedia y de la comedia.
El 02/06/2016, escribí un artículo en este Portal: OEA ¡Que Historia! Allí hay algunos datos del nacimiento en 1948 de este esperpento, en las ruinas humeantes de la ciudad de Bogotá producto de la acción y la rabia popular por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, TRAGEDIA que aún no ha terminado en nuestra vecina Colombia y que Venezuela como consecuencia de ello ha sido receptora durante más de cincuenta años de millones de hombres mujeres y niños que llegan hasta acá huyendo de la pobreza, de la exclusión, persecución y el asesinato; acciones amparadas y estimuladas por las clases dirigentes y ejecutadas por sus aparatos militares y policiales.
Mientras tanto, se desarrollaba la IX Conferencia Interamericana, con la presencia de una numerosa comitiva gringa de 93 funcionarios liderada por George Marshall, Secretario de Estado norteamericano. El cierre de esa conferencia recayó en el representante de Venezuela Rómulo Betancourt quién hizo gala de su anticomunismo. Nacía así la OEA, en el marco de una TRAGEDIA y de una COMEDIA, que se repetirán ambas hasta nuestros días.
En 1948, Marshall, cumplió dos importantes tareas en el marco de la Guerra Fría, liderada por Truman: primero la contención del Comunismo en Europa a través del Plan que lleva su apellido reforzando el dominio mundial norteamericano establecido en Bretton Woods, y en segundo lugar controlar su "patio trasero" latinoamericano, estableciendo su "ministerio de colonias" que también llamaron OEA.
En estos días de reunideras y redacción de cartas innobles contra Venezuela, en la susodicha, promovidas, por un descuadernado personaje, que tiene apoyo entre algunos venezolanos y sus mandantes extranjeros, de los cuales se puede esperar cualquier cosa, obliga a plantearse ¿qué hacer? Martí diría que: "Es la hora del recuerdo y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado". O jugar "cuadro cerrado" como en el beisbol me decía un amigo.
Este título del Artículo , es un fragmento de un hermosísimo tango que interpreta Gardel y me recordó a la OEA, pero nada que ver con el drama amoroso gardeliano, pues por muy duro que sea involucra a lo humano, en cambio la OEA, es una tragedia política que apunta a quedarse: "Sola, fané y descangayada" . La OEA, fue una hilatura fina para dividir, en ningún momento fue un acto amoroso de unión de los pueblos, no tiene nada que ver con el planteamiento unitario de Simón Bolívar. Con su actitud, pienso que irrespeta no solamente a Venezuela sino a todos los pobladores de América, es que la verdad, verdadera, lo recoge la sabiduría popular que dice: "Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza".
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL