Estos son los que nos atacan

Esa cosa que sesiona con el nombre de OEA, no es tal. Es por el contrario una guarida, un diabólico aquelarre de gobiernos mercenarios que, bajo los auspicios del capo mayor, se han confabulado contra el gobierno legítimo de Venezuela. Si algo hay que prohíbe insistente y tajantemente la injerencia de un Estado miembro en los asuntos internos de otro , es, precisamente, la legislación que regula el funcionamiento de ese organismo multilateral. De manera que no es la OEA la arrastrada, sino los gobiernos que la componen. Por eso, si algo tiene que hacer el gobierno del presidente Maduro, no es atacar a la OEA, que le da la razón, sino a los gobierno cipayos comprometido en la conjura contra nuestro país.

Los Estados Unidos viven condenando el terrorismo. Mayor hipocresía no la puede haber. Porque, ¿acaso alguien los ha escuchado condenar alguna vez las acciones terroristas perpetradas por sus vandálicos e inescrupulosos aliados en Venezuela, acciones asesinas que ya han ocasionado la muerte de varios ciudadanos inocentes y producido la destrucción de numerosos comercios y costosas instalaciones de infraestructura? ¿Que han llegado al extremo de la irracionalidad animal de intentar atacar una maternidad repleta de recién nacidos, de bebés que casi se ahogan debido al humo despedido por la quema de basura a las puertas del hospital? Nadie ha escuchado a los Estados Unidos rechazar estas acciones criminales, violadores de los más elementales derechos humanos. Y no podían rechazarlas ni esa ni ninguna otra acción terroristas, por la sencilla razón de que ellos son los más inescrupulosos y desalmados terroristas del mundo.

Todo lo contrario, lo que estamos cansados de escuchar son los furibundos ataques y amenazas que funcionarios de la administración norteamericana a cada rato dirigen. Pero no contra los perpetradores de estos incalificables desmanes, como se podría suponer, sino contra el gobierno venezolano que, junto con el país, están siendo brutalmente agredidos.Es decir, nunca ningún rechazo contra quienes, deseosos de asaltar el poder, llevan a cabo toda clase de hechos violentos; hechos que son planificados y organizados por lo Estados Unidos, en el marco de ese engendro que sus mentes criminales han ideado: "el golpe suave".

Y lo dicho no es una acusación caprichosa, una imputación sin ninguna base en hechos y evidencias que confirmen plenamente lo afirmado. En este sentido, son innumerables los documentos recabados por Eva Golinger donde se demuestra, palmariamente, el financiamiento que, a través de parapetos tipos endowment for democracy, La NED y la USAID, se han venido utilizando para desestabilizar a nuestro país. Pero no sólo eso, porque al respecto debe recordarse también el video que Barreto dio a conocer una vez y en el que aparece un gringo, seguramente de la CIA, instruyendo a los de la oposición acerca de cómo utilizar y donde colocarlos unos explosivos que tenía en sus manos.

Nunca más volvieron a difundir esas imágenes. Como tampoco, en una actitud que raya en el infantilismo, se ha vuelto a publicar la imagen de una persona a la que recientemente estos desalmados colgaron por los pies. Y que sin embargo, pese a lo monstruoso del hecho, que debió haber quedado como un monumento a la crueldad y sevicia de unos aberrados sedientos de sangre, no se volvió a publicar. Negándole de forma arbitraria a los venezolanos y a los ciudadanos del mundo, el derecho a conocer un crimen tan bárbaro que sólo se podría comparar con los que cometía la iglesia católica en el siglo XVI. Y esta actitud del gobierno indigna más, por cuanto desconfían en la madurez del venezolano. Creen que somos unos retrasado mentales o unas delicadas doncellas, que se escandalizan casi por cualquier cosa. Por eso, el ministro de información, que ha dado suficientes muestras de incapacidad para el desempeño de un cargo de tanta importancia como el que ejerce, debía renunciar.

Y en cauto a los gobiernos que en la OEA se han dejado arrebañar por el imperialismo para tratar de aplicarle la Carta democrática a Venezuela, no puede ser más vergonzosa y deplorable su actitud. Pues en lugar de solidarizarse con el gobierno ante el ataque homicida de bandas criminales recolectadas en los bajos fondos y ofrecer, además, sus buenos oficios para el logro de una solución pacífica de la situación, lo que hacen es todo lo contrario. Es decir, para bochorno y escarnio de sus respectivo países, ponerse del lado de la delincuencia..

Y es impresionante observar cómo para lograr sus infames propósitos, estos gobiernos títeres violan descaradamente la legalidad interna de la OEA, a la que han convertido en un club de desvergonzados felones. En efecto, a todo lo largo de la Carta que rige - o al menos que debía regir - el funcionamiento de este organismo, se observa una constante: resguardar el principio de la no intervención de un estado miembro en los asuntos internos de otro. Por ejemplo, el artículo primero de esa Carta dice lo siguiente: "La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en los asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros. b) Promover y desarrollar la democracia representativa dentro del respeto al principio de la no intervención.

Y en el aparte "e", establece lo que sigue: "Todo estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social y a organizarse en la forma que más le convenga. Y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. Con sujeción a lo arriba dispuesto, los Estados americanos cooperarán ampliamente entre sí y con independencia de sus sistemas políticos". Esta disposición le da el derecho a Venezuela a elegir el modelo "protagónico y participativo, fuertemente cuestionado por los Estados Unidos, en lugar del "representativo". De allí que la posición de nuestro gobierno no deba ser el de combatir genéricamente a la OEA, sino trabajar para que en ella se respete su propia legalidad.

Art. 19 ) Ningún Estado o grupo de estados tiene el derecho a intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen".

Como se ve, más clara y diáfana no podía ser esta normativa. Sin embargo, el 23 de marzo 14 países integrantes de la OEA piden a Venezuela, en abierta y descarada intromisión en los asuntos internos de nuestro país, intromisión que, como acabamos de ver, están expresamente prohibida por la Carta del organismo, la realización de elecciones y la liberación de los presos políticos. Entre esos países estuvieron: Argentina, cuyo presidente, un connotado corrupto y estafador, con crecidas cuentas en los paraísos fiscales e implicado también en los Papeles de Panamá. Y no sólo eso, sino que valiéndose mañosamente del alto cargo que ocupa en esa nación suramericana y mediante toda clase de trácalas leguleyescas, se hizo condonar una deuda que tenía contraída con la misma. Y por si lo dicho fuera poco, mantiene en prisión, a una abnegada luchadora social por el solo delito de protestar, dentro del marco legal, contra sus desmanes al frente del gobierno que transitoriamente usurpa.

Colombia, cuyo territorio completo es una sola y superpoblada fosa común. Con un ejército de paramilitares que, además de descuartizar con motosierras a poblaciones enteras de indefensos campesinos, a penas pasa un día en esa nación sin que al menos un dirigente social o un periodista no sea asesinado. Como serán de graves y masivas las violaciones de los derechos humanos que se cometen en esa colonia norteamericana, que tanto la Comisión como la Corte de derechos humanos, que son organismos al servicio incondicional del imperio, tuvieron que llamarle la atención tanto al gobierno anterior del narcoparamilitar Uribe, como al actual, que no se queda atrás en eso de las desapariciones forzosas y las ejecuciones extrajudiciales. Y en cuanto al narcotráfico, Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo. Cosa que no es producto del azar, porque cuando no está en la presidencia de ese país un sujeto ligado directamente con esa actividad, entonces está otro que la tolera abiertamente.

México, país en el que no hay delito, hecho irregular o fuera de la ley que no encuentre en esa desafortunada nación el mejor ambiente, el más seguro, para la realización de sus disolventes actividades. Especialmente, si en las mismas están incursas las clases dirigentes. Y eso ocurre, precisamente, porque México es un país sin ley. De allí que al igual que Colombia se encuentre totalmente sembrado de fosas comunes. Y no sólo eso, sino que los asesinatos perpetrados fundamentalmente por las autoridades, tal vez por aquello de "por docenas es más barato", se cometan en masa. "Allí no se asesina a un estudiante solo, se asesinan por grupos; tampoco se asesina a un periodista, también estos son asesinados por decenas; lo mismo ocurre con los maestros o con los integrante de los sindicatos, en fin, con cualesquiera que protesten contra uno de los gobiernos más corrupto, inepto. represivo y criminal que haya tenido México en toda su historia. Un gobierno que, por si fuera poco, se encuentra fuertemente penetrado por el narcotráfico.

Chile, presidido por una señora cuyo principal mérito cosiste en que le rinde una especie de culto a la traición. Por ese motivo, son muchas las traiciones en las que ya ha incurrido la Bachelet. Traicionó a su pueblo, al continuar con una política neoliberal que la iguala a los gobierno más reaccionarios y antipopulares del mundo. Una política, dicho sea de paso, que impuesta por Pinochet, ha tenido en ella su mejor interprete y quien más se ha esforzado en aplicarla. Por eso con esa nefasta legislación, esta señora se encuentra como pez en el agua. Traicionó también la memoria de supadre, que fue asesinado por la dictadura pinochetista. Traicionó igualmente al presidente Allende, en cuyo Partido llegó a militar. Y finalmente, traicionó al poeta inmortal. Pero si estas traiciones y deslealtades de la Bachelet son realmente indignantes, las que ha cometido contra las etnias mapuches y estudiantes, no lo son menos. A los primeros, les ha querido arrebatar, mediante la represión más brutal, las tierras ancestrales. En este infame propósito ha llegado al extremo fascista de meter presos a sus líderes y dirigentes. Y en relación con los segundos, o sea, con los estudiantes, ha tratado de eliminar la educación pública y gratuita, una conquista lograda en ese país desde los tiempos de Andrés Bello.

Brasil, simplemente un delincuente.

Estas son las joyas que, junto con Uruguay, están promoviendo la aplicación de la Carta Democrática Latinoamericana contra nuestro país. Sin embargo, no se están dando cuenta de que los pueblos andan observando con mucho interés lo que ocurre actualmente en Venezuela. Están aprendiendo, sobre todo, que es posible salir de gobiernos por medios distintos a las elecciones.

Nota: ¿Estará la señora Fiscal en el muro de la vergüenza?

Si Venezuela tenía que inevitablemente salirse del antro en el que gobiernos indignos han convertido a la OEA, entonces no ha debido haberlo hecho sin pelear. Y no como lo hizo, que más pareciera una huida que otra cosa. Ha debido haber expuesto ante el mundo la naturaleza antipopular, corrupta y represiva de unos gobierno que mantienen en el mayor abandono e indigencia a sus respectivos pueblos. Ha debido haber expuesto, con la mayor crudeza, por ejemplo, como los niños de la Guajira colombiana, ante la indiferencia criminal del gobierno de esa colonia, se están muriendo en masa de desnutrición. Pero, además, cómo, de la manera más claudicante y servil,han traicionado la causa latinoamericana para postrarse de rodillas ante el amo del norte. Pero para eso se necesita a alguien que con excepcionales recursos retóricos, pueda convertir a Venezuela de acusada en acusadora.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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