Tengo años diciéndolo, desde que el comandante Chávez estaba al frente de la presidencia; La política informativa del gobierno no funciona como debe ser. Ahora es peor, me atrevo a decir que no existe. Maduro insiste en tener en el ministerio de información un equipo que dista mucho de poseer la capacidad para dirigir la política comunicacional e informativa del estado. El ministerio encargado de esta política pareciera no tomar en cuenta los principales objetivos de un verdadero plan comunicacional del estado que lleve la información directa a las comunidades, que cuenten la historia diaria del proceso, algo que no se logra con un insípido mensaje desde Miraflores. El equipo ministerial no genera espacios de reflexión política hacia las comunidades, salvo algunos programas de VTV, es necesaria la incorporación de las comunidades en la estrategia comunicacional gubernamental siguiendo las estrategias del presidente Maduro. Un ministro no es un Superman o un pulpo con dos o tres cargos, con un equipo que no termina de arrancar y da la cómica en una trasmisión del presidente por el desorden técnico y sus videos. Es necesaria la formación de una conciencia colectiva mediante programas activos en los medios públicos y privados. Es inadmisible que la oposición nos lleve una morena, y bien larga, en lo que respecta a comunicación e información y no hay un equipo que pueda contrarrestar las falsas informaciones que salen de la dirigencia opositora
Ejemplo de lo escrito antes existen y muchos, pero voy a citar solo unos pocos. No es posible que la marcha del 19 de abril haya sido opacada por la opositora, que se tradujo en hechos vandálicos, siendo que la de la revolución colmó siete avenidas de Caracas, es decir, cuadriplico a sus opositores. Igualmente fue un error el no haber encadenado el acto del primero de mayo en la avenida Bolívar, donde el chavismo demostró que es la fuerza con más poder de convocatoria en el país. No entiende uno como estos hechos terroristas, como el de agredir a piedras a un centro materno infantil no sea del conocimiento de un importante numero de persona, tanto de opositores como chavistas. Mucho menos se puede entender como los muertos que han provocado estos terroristas contratados por la oposición son achacados al gobierno o a los colectivos y no exista quien informe de manera convincente quienes son en realidad los culpables.
Por otro lado los logros de esta revolución en lo que respecta a lo social y obras de infraestructuras no se le ha dado la suficiente cobertura para que lleguen a la mayoría de la población. Es inaudito que a estas alturas existan quienes desconozcan, por ejemplo, que el gobierno revolucionario construyó el cardiológico infantil más moderno y grande de Latinoamérica, donde se le ha salvado la vida a millares de niños venezolanos e incluso de otros países hermanos, como causa sorpresa que obras como el recién inaugurado teleférico de Mérida, el ,más moderno del mundo sea ignorado por muchos venezolanos. Esto lo digo pues he realizado un trabajo de investigación al respecto que me ha o9bligado al presente comentario.
Señor presidente Nicolás Maduro, estamos ante una situación bastante grave con respecto a la política informativa. Hay demasiada gente engañada y no se ve por parte del organismo de suministrar información un esfuerzo porque la veracidad de los hechos llegue a esas personas, incluso a nivel internacional, donde la prensa de algunos países aprovechan para lanzar sus dardos venenosos y descalificadores a la revolución bolivariana dándole credibilidad a todo lo que le mandan desde Venezuela los dirigente contrarrevolucionarios.
Señor Presidente, yo voté por este proceso revolucionario y tenga la plena seguridad que volveré a hacerlo, por eso hago esta critica. Es necesario cambiar esa política de información que no esta dando los frutos deseados, el estado no puede ser avasallado por sus enemigos a base de mentiras, que para mal son creídas por una no despreciable cantidad de persona. Eso nos está perjudicando, es hora de hacer cambios en el ministerio de información, más aun en este momento aciago por el cual estamos atravesando.