Debo reconocer que he leído con atención los trabajos del colega sociólogo Atilio Borón quién nos ha ayudado a repensar nuestra América desde una perspectiva latinoamericanista dejando atrás el eurocentrismo junto a otros prominentes intelectuales como Enrique Dussel, Boaventura De Sousa, etc. Recientemente le hicieron una entrevista donde tocaron el caso venezolano y sus respuestas son dignas de todo rechazo e indignación, pues, analizar la coyuntura venezolana e invitar al Presidente Maduro a que "aplaste por la vía de las armas a la oposición" no es más que una postura regresiva, absurda, contra-natura, anti-ética, inmoral y cobarde. Argumenta Borón: "Siguiendo el guión pautado por los expertos y estrategos de la CIA especializados en desestabilizar y demoler gobiernos, en Venezuela la contrarrevolución produjo un "salto de calidad": del calentamiento de la calle, fase inicial del proceso, se pasó a una guerra civil no declarada como tal pero desatada con inusual ferocidad", es cierto, el guion viene del norte, pero, el origen está en Venezuela de la cual el liderazgo del Gobierno-PSUV es responsable al cerrar todas las vías pacíficas constitucionales evitando que el pueblo se exprese y que se extiende convocando a una Asamblea Nacional Constituyente como alternativa para lograr la paz, pero, sin consultarle a soberado, es decir, el Poder Constituido se sobrepone al Poder Constituyente, "salida" encontrada por el gobierno que no resuelve la consecución de la paz y por el contrario profundiza la desobediencia civil, entonces, camarada Atilio, ¿aceptaría usted en tierra natal tal situación? Me temo que allá pegaría cuatro gritos, pero, ¿acá?, total no es su sangre la que se derrama. Afirma usted que "en Venezuela se está aplicando con metódica frialdad y bajo permanente monitoreo de Washington, el modelo Libio de "cambio de régimen" y sería fatal no tomar conciencia de sus intenciones y consecuencia", lo cual es cierto, pero, también tenemos de Ruanda con la quema del negrito por chavista y ladrón, pero con toda seguridad que con sus premisas pasaríamos a Siria, "Ante ello la única actitud sensata y racional (sic) que le queda al gobierno del Presidente Nicolás Maduro es proceder a la enérgica defensa del orden institucional vigente y movilizar sin dilaciones al conjunto de sus fuerzas armadas para aplastar la contrarrevolución y restaurar la normalidad de la vida social", usted, Atilio Borón, ¿dormiría tranquilo después de perpetrar asesinatos en masa? Nicolás y todo al alto mando político se encontrarían consigo mismo y dirían "¡ésta revolución no aró en el mar! Créame que me cuesta pensar que su conciencia se pudriría en el estiércol de la historia, y no creo que lleguen a eso, lo juro. Es más, Nicolás ha hecho un mal gobierno, pero, asesino no es. La Fuerza Armada de hoy no es la del "disparen primero y averigüen después" de Betancourt, esta fuerza la construyó Chávez con gran sentido civilista, donde ha habido excesos, pero allí está la Fiscal, actuando como corresponde a un organismo defensor de los derechos humanos, en cambio lo que usted propone cuando afirma "Desgraciadamente ahora le toca hablar a las armas", no es más que un desconocimiento pleno de nuestra realidad, de nuestro ejército donde dicho sea de paso hay discusiones de alto calibre para salir de la crisis sin tener que llegar a "No hay que escatimar esfuerzo alguno para evitar tan desastroso desenlace", acá estamos obligados a imponer la paz y le recuerdo que los sandinistas negociaron su salida y después de 10 años regresaron y allí están, ¡gobernando!, entonces, quien dijo que la revolución se mide en función de amarrarse al poder como sea, no camarada Borón, los estadistas saben cuando la pelea es cuerpo a cuerpo o cuando es a distancia, y entienden que la desesperación es mala consejera y sus consejos son los de un desesperado a muerte, por eso quisiera que no nos siga aconsejando, porque con amigos como usted, para qué quiero enemigos.
