A estas alturas es indudable que el panorama socioeconómico en Venezuela es terrible, y la pobreza azota cada vez con mayor fuerza al grueso del pueblo. Cada medida que toma el Gobierno "revolucionario" en materia económica golpea duro el bolsillo de millones, y todo parece indicar que seguirá siendo así por un largo tiempo. Ciertamente la reacción popular no se ha hecho esperar, y al momento de escribir este artículo las calles de numerosas localidades venezolanas arden por la furia incendiaria de numerosos hombres y mujeres. Entonces cabe preguntarse, ¿cómo es que en este contexto se sostiene Nicolás Maduro en el poder, sin parecer siquiera preocupado? Esta pregunta responde en parte a los siguientes factores:
1.- El Gobierno de Maduro aún mantiene cierta popularidad entre la clase baja y numerosos enchufados (oportunistas) de la administración pública, además del apoyo de grandes empresarios nacionales y foráneos, contentos con medidas como la brutal liberación de precios, la devaluación del bolívar, la flexibilización laboral y las facilidades para obtener ganancias jugosas.
2.- Intensa propaganda progubernamental en radio, televisión, prensa y redes sociales. Importante estrategia a pesar de que muchos ciudadanos ya no se dejan manipular por el contenido de estas propagandas.
3.- La no realización del referendo revocatorio y de elecciones regionales. De esta manera el Gobierno de Maduro, en horas bajas en cuanto a popularidad, ha salido bien librado en el ámbito electoral.
4.- Apoyo de las fuerzas armadas. Si bien hay cierta molestia en militares indignados por la terrible crisis, es indudable que la gran mayoría apoya a Maduro, en especial por tres razones: a) Los salarios elevados de los funcionarios de medio y alto rango; b) la ocupación de militares en cargos públicos de notable relevancia, en los que incluso algunos han tenido la oportunidad de enriquecerse indebidamente; c) la impunidad, salvo excepciones, tras la represión, las torturas, las desapariciones y los asesinatos llevados a cabo en el contexto de la OLP y el Plan Zamora.
5.- Apoyo internacional. En un mundo cada vez más interdependiente, y con los intereses transnacionales de las potencias más fuertes que nunca, es evidente que ningún Gobierno nacional se sostiene sin el consentimiento de la Comunidad Internacional, o de al menos una parte importante de ésta, con el gran capital a la cabeza. La administración Maduro cuenta, en este sentido, con el apoyo de las transnacionales que nos estafan con el negocio petrolero, con la explotación del Arco Minero y con la especulación financiera (el caso de Goldman Sachs). Así que mientras Maduro esté de rodillas ante al capitalismo global, tendrá más "amigos" que "enemigos" en todos los rincones del orbe.
6.- La dizque oposición, encarnada en la MUD, es en realidad cómplice de Maduro y toda su política impopular. Y sus líderes no quieren sacar a Maduro del poder, al menos por ahora, considerando, entre otros elementos, la difícil situación socioeconómica del país, que seguiría representando un polvorín con cualquiera de ellos en el poder nacional. Para algunos se pudiera estar gestando una transición que de alguna manera aplaque a los protestatarios, en la que además de personajes de la MUD, participarían funcionarios del Gobierno "socialista", incluidos militares. De esta manera habría un cambio de Gobierno a medias, que aseguraría al chavismo-madurismo continuar de cierta forma en el poder, y la continuidad, con la menor resistencia posible por parte de las masas, de la ejecución de medidas impopulares pero necesarias para la preservación del capitalismo.
7.- Las protestas más recientes, si bien han tenido una duración superior a los dos meses, no han sido lo suficientemente masivas y contundentes como para hacer temblar Al Statu Quo. Los más pobres aún no se rebelan como durante "El Caracazo", o al menos de forma parecida.
8.-Aunque parezca algo contradictorio, una parte de la conflictividad ayuda a mantener en el poder a Maduro. Hay una especie de guerra civil de pequeña escala, pero en la que "ambos bandos" combaten en favor de que prosiga el actual Gobierno, al menos durante algún tiempo; esta "·guerra" ha servido como excusa de la administración Maduro para, entre otras cosas: a) Justificar una represión cada vez más brutal a quienes protestan sin manipulación partidista por la crítica situación nacional; b) intentar quedar como defensora de la democracia ante la opinión pública internacional, Gobiernos de otras partes del mundo y organismos supranacionales, gracias al combate del "terrorismo", entendiéndose por terrorista a todo aquel que proteste contra el Gobierno, esté o no armado; y c) enmascarar el nefasto panorama económico, político y social de Venezuela, cada vez peor por la liberación interminable de precios, el creciente desempleo, la falta de recursos para la salud y la educación pública, la creciente represión, la quiebra de pequeñas empresas y la inexistencia de una eficiente gestión nacional, estadal, municipal y parroquial, entre otros aspectos negativos.