En el Título IX de la actual Constitución se separa las opciones referendumarias y enmendatorias de la opción de la Asamblea Nacional Constituyente.
Las dos primeros Capítulos-I y II-del Título IX se ocupan respectivamente de las posibles enmiendas y de la reforma Constitucional de la Constitución vigenbte, mientras que el Capítulo III ejusdem se ocupa exclusivamente de la Asamblea Nacional Constituyente. Esto quiere decir que las enmiendas y alguna reforma de la Constitución vigente se rigen por la normativa vigente esta misma Constitución objeto de dichas enmiendas y de alguna reforma.
Es radicalmente diferente el caso del Capítulo III del Título IX en cuestión. En lugar de enmiendas y de reformas sometibles a posibles referendos de los contemplados en la Constitución vigente, las decisiones en cierne de la Asamblea Nacional Constituyente, que perfecta y legalmente está potenciada originariamente hasta para crear una nueva Constitución, no podrán de ninguna manera ser sometida a ninguna restricción ya que esas decisiones son tomadas en libres discusiones parlamentarias propias de toda asamblea.El pueblo concurrirá a votaciones libres para la escogencia de los constituyentistas y esta concurrencia reemplaza de hecho y por Derecho las innecesarias consultas referendumarias previstas para en la actual Constitución y que posiblemente trascenderán a la nueva Constitución en cierne.
Además, téngase presente que, mientras las decisiones tomadas por la Asamblea Legislativa de la Constitución vigente pueden ser objetadas por el Presidente de la república y hasta por variopintos referendos, las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente serán incólumemente acatadas hasta por el Presidente de la república así como por el resto de los poderes constituidos en la Constitución vigente (Artículo 349).
Por último, el Art. 350 reza en su contenido taxativo que ninguna Constitución podrá ser objeto de ningún tipo de "golpe de estado".
