Maduro ha estado viviendo un golpe de Estado constante, desde que asumió la presidencia de la república. Cada guarimba es un golpe. Cada golpe es lanzado por la extrema derecha, que siente haber perdido o disminuido los niveles de vida que ostentaban hasta que asumió Chávez en el 98. Aun cuando, numéricamente, no representan gran cosa, desde el punto de vista ideológico ha mostrado gran influencia de acuerdo a las acciones, que tienen más de 80 días desarrollándose, en las calles y avenidas de importantes municipios del país, las cuales no pueden subestimarse, sobre todo por el daño que han causado. Su intención es atentar contra los valores democráticos, expresados en la constitución venezolana, pero a un costo humano y material, incalculable, en donde ha prevalecido el terrorismo como forma de lucha que se ha traducido en muertos, heridos, quemados, daños a la propiedad, entre otras formas de expresar su violencia. En líneas generales, cada guarimba ha sido diferente entre sí, de acuerdo al nivel de violencia empleado.
A propósito, la que se vive actualmente ha sido fuerte y desde el Norte tratan de auparla, teniendo como finalidad acorralar al presidente, hasta que abandone o renuncie a su cargo, el cual ganó a través de elecciones legitimas. Sin embargo, ha enfrentado el golpe, de tal manera que los que quieren verlo claudicar podrían estarse preguntando: Y, ¿Cómo hace el presidente Maduro y el pueblo para defenderse y resistir frente a una minoría de ciudadanos que se han valido de tantas estrategias peligrosas para tratar de imponer un cambio político no deseado por la mayoría? Si, así como se lee, por la mayoría.
Para responder a esta interrogante, me basaré en la teoría expresada por Gonzalo Arias (1982) en su libro: "EL ANTIGOLPE. Manual para la respuesta noviolenta a un golpe de estado". En efecto, tal como lo señala Arias, se supone que frente a los golpistas existe un nivel de solidaridad entre el gobierno y el pueblo, y para corroborar esto, es preciso observar como casi a diario se produce en Caracas o en cualquier parte del país, una marcha o concentración que da apoyo al gobierno y a su presidente y, esto se entiende que es así, porque el gobierno a través de sus políticas sociales se ha hecho merecedor del apoyo del pueblo; además, se reconoce que la resistencia se justifica en la legalidad vigente, mientras que los autores del golpe se sitúan fuera de la ley; asimismo, persiste el carácter democrático de la resistencia del gobierno, mientras que se considera antidemocrático, según el citado autor, la actuación del opositor que desobedece las normas o lo establecido en las leyes.
No se puede negar que la presión que se cierne sobre el presidente Maduro, cada vez parece ser agobiante, por diversos flancos recibe su andanada de críticas, considerado débil, tirano, asesino por los golpistas y por quienes trajinan en la izquierda opositora; además de aquellos que dejó Chávez en el dogout jugando banco después de su muerte, es decir, el chavismo crítico.
Actualmente, la vedette es la Constituyente, y en base a ella, muchos opinan, muchos critican, muchos presionan para que no se cumpla; pero eso descubre a quienes les temen a una nueva Constitución. Todos se anticipan en relación a las bondades de esa constituyente, por lo que mantienen su golpismo, dado que sus intereses están amenazados. Por eso es que, la violencia la tenemos instalada en nuestro país: un día queman, un día matan, otro día queman y matan, y así están, pero...como dicen los mexicanos: "ni modo". Otra amenaza, para Maduro proviene de la OEA, la cual a pesar de ser derrotada en varias ocasiones a nivel diplomático, su secretario general, aún sigue tratando de aplicar la carta democrática, con la cual pretenden intervenir en Venezuela, países extranjeros con Estados Unidos a la cabeza.
Creo que el presidente Maduro ha aplicado hasta ahora lo que el librito de la democracia dice. Más que aplicación, son medidas defensivas de las cuales se ha valido para enfrentar el golpe en vivo. Por ejemplo, de acuerdo con Arias (1982) en este tipo de situaciones golpistas, tanto las autoridades civiles y militares tienen que hacer toda clase de equilibrios para no verse obligadas a ejercer contra los golpistas esa violencia «legítima»". Sin duda, esa violencia no ha sido puesta en práctica y quien se ha salido de las normas, me refiero a excepciones dentro de los cuerpos policiales y militares que enfrentan a los guarimberos, han sido detenidos e investigados. Igualmente, señala el citado autor que, en este tipo de situaciones lo que se espera es que el presidente brinde al pueblo mensajes de actuación pacífica, lo que no debe confundirse con pasividad. Esto coincide con los planteamientos que en cada aparición en televisión el presidente hace a la población con los llamados a la paz y al diálogo.
Del mismo modo, se debe entender que es el presidente quien ha respondido al golpe, porque es él quien debe actuar al respecto; es decir, debe dirigir y coordinar la batalla contra los golpistas, para eso debe conducirse a través del sistema legal y evitar caer en el vacío de poder que es una figura que trata de provocar los golpistas para sustituirlos por otro poder, el que creen tener los constitucionalistas de la oposición. Asimismo, el pueblo ha visto que el presidente ante la situación de golpe de Estado, ha permanecido en su puesto de combate y no ha claudicado, ni creo lo haría si en efecto sigue cumpliendo sus deberes y manteniendo sus principios. Además, sus ministros y todos los que trabajan en la administración pública siguen cumpliendo su deber. El presidente ha sabido transmitir el espíritu de no claudicación a todos sus subordinados.
Respecto a esta situación, no es oportuno el uso de la violencia, que es lo que quiere el golpista para justificar la suya. En cuanto a esto, el presidente sigue mostrando una inteligencia que debe tener sorprendidos y arrechos a los más preclaros de la oposición. Es más, creo que los está volviendo locos, según la violencia de todos los estilos que se ha manifestado en las calles, sin lograr más nada que cenizas y muertos, que algún día pagarán, pero de gobierno, nada.
En cuanto al pueblo, el mismo ha estado en contacto con Maduro desde que estalló el golpe. Ha habido comunicación gobierno-pueblo, para eso ha sido vital la televisión y las redes sociales. Se puede afirmar que el apoyo popular ha sido encauzado hacia donde se necesita. Y además de eso, se le ha preparado para que resista a la tentación de caer en polémicas con quienes tratan de provocarles para que respondan con violencia.
Particularmente, el manejo que ha dado Maduro a la situación de golpe de Estado, ha sido la mejor, atendiendo a las distintas formas que existen de contrarrestar la efectividad de quienes pretenden tomar el gobierno a la mala. Queda claro con este artículo, que el Manual del golpe noviolento de Gene Sharp, también tiene su contra y creo que el gobierno la está poniendo en práctica.