Insistir en inútiles actos contrarios al decoro, es un comportamiento antinatura. Fanatizados que adversan a ultranza la revolución, guardan en el fondo de sus corazones, una actitud cónsona como seres humanos pensantes. Es manipulación insistir en culpabilizar al gobierno nacional, y bendecir la violencia, reflejada en la reiterada destrucción de toneladas de alimentos, torpedear la entrega o robar medicinas, encarecer o acaparar rubros necesarios para la existencia, y amargar la vida diaria al país. Cien días les resultan al revés a quienes creen en la infamia del luto para vencer, demoliendo todo a su paso para conducir el triunfo opositor vía Lucifer, equivalente a instalar el pánico nacional.
Les ha salido "el tiro por la culata". En todos los estratos sociales crece el rechazo a voz en cuello o sotto voce, contra los métodos violentos. El hastío de 3 meses de terrorífica conducta, a nada conduce, y sí justifica los actos de autoridad a los que se adhiere buena parte de opositores, para dar la razón a los cuerpos policiales y militares guardianes del orden. Sectores otrora vociferantes fanáticos anti Chávez y contra Maduro que están en pleno derecho a adversar el gobierno, critican las acciones desestabilizantes permanentes que nos crean la vida imposible. La barbarie ensayada, es ejemplo de lo que no debe hacerse contra un gobierno legítimo.
Triunfa la razón ante la descomposición y la irracionalidad política, adversarios venezolanos y extranjeros al proceso socialista quedan frustrados al observar que de nada vale ocultar informaciones, bondades y adelantos alcanzados en revolución, pues lucimos el mayor número de elecciones vigiladas internacionalmente en el mundo. La Venezuela siglo XXI tendrá otra prueba el 30 de Julio 2017, comicios para designar popularmente, en forma directa y secreta, representantes a la Asamblea Nacional Constituyente. Es la vía lógica de los votos que hace algunos meses solicitaba la dirigencia opositora. Es la vía legal contra la vía Lucifer, empleada por aquellos que no han quebrado la capacidad de lucha democrática del pueblo que ve y juzga.