"Notoria non egent probatione" es una expresión latina que se traduce al castellano de nuestros días como "lo que es del dominio público está dispensado de prueba".
Aplicando este principio jurídico, heredado del derecho romano, queda claro que no es necesario demostrar que la Fiscal Ortega Díaz avaló la designación de los actuales Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en diciembre de 2015.Independientemente que haya firmado o no el Acta de la designación, como insistentemente repite. Todos y todas la vimos durante más de 15 meses convalidar a los Magistrados del TSJ y su legitimidad en el cargo que hoy ostentan.
Distinto sería si la Fiscal General de la República al día siguiente de la designación de los Magistrados por la Asamblea Nacional, aparece por Globovisión o le declara a Unión Radio, con la vehemencia con que lo hace hoy, que los Magistrados designados no tenían los méritos para ocupar el cargo o que no cumplían con los requisitos establecidos en la ley y que por tanto los recusaba.
Pero no, Luisa no dijo nada al respecto durante tanto tiempo y es ahora, en el marco de un golpe de Estado y en alianza con la Asamblea Nacional en "desacato" cuando la Fiscal General acusa a los Magistrados de "fraudulentos".
Tan competente que parecía la Fiscal y ahora la vemos enredada en ese juego de la derecha política que pretende destruir las instituciones del Estado con el único fin de derrotar al chavismo y salir del gobierno de Nicolás Maduro, por cualquier vía. Ahora dice la Fiscal que es al Ministerio Público a quien le dan un golpe peor que el de Carmona Estanga a Hugo Chávez en 2002. Razón tiene Isaías Rodríguez, fiscal General en 2002 que denunció el golpe de Carmona, cuando afirmó en junio que "el Ministerio Público ha perdido la objetividad, la credibilidad, el respeto, el equilibrio y pareciera que se ha sesgado con un criterio evidentemente político".
Los días de Luisa como Fiscal General de la República están contados, la culminación del Antejuicio de Mérito adelantado por el TSJ, como lo tipifica la Constitución y las leyes, no puede tener otro resultado que el de la destitución de Luisa Ortega Díaz. Por supuesto que ella persistirá en su posición política de acusar a las instituciones del Estado de irrespetar la Constitución y las leyes vigentes. Olvida Luisa que desde que ella asumió "posturas políticas" a favor de quienes han instrumentado un golpe por la vía de la violencia en las calles tomó un camino de no retorno y que ahora tendrá que asumir las consecuencias de sus decisiones.
Veremos que trato le da la derecha a Luisa al quedar "desenchufada". Esa derecha que nunca la ha querido pero que desde marzo hasta ahora la utiliza como instrumento contra las instituciones y como medio de institucionalizar su golpe de estado contra Maduro y su gobierno. Pobre Luisa, tanto maltrato que te dieron en el pasado esos a los que ahora te aliaste, no puedes esperar algo distinto después que no seas más que la Fiscal destituida del chavismo, la "desenchufada mayor".