En sus celulares, algunos mal llamados "representantes del pueblo" en la Asamblea Nacional, comprometidos en vergonzante actitud colectiva, quedaron filmados dándole una tunda de golpeñazos con los puños, uñas de manos femeninas y lenguaje soez por insultadores ilustrados…, que arremetieron contra el Señor José Ramos, chavista afrodescendiente a quien llaman "el chino", humilde y valiente revolucionario acorralado a puertas cerradas en la sede del Poder Legislativo, Cobardes opositores al gobierno nacional, sus guardaespaldas, otros subalternos y varios flamantes Diputados contrarrevolucionarios, se dieron el gusto clasista de hacer sangrar al agredido y luego afirmar que la sangre del obrero bolivariano, que manchó una pared a la cual se recostó cuando lo linchaban los dipugavilleros derechitas, era sangre de un parlamentario opositor agredido por colectivos chavistas,(la foto del Diputado dio la vuelta al mundo en primera plana de periódicos, adversarios de la revolución bolivariana). Toda una tramoya expandida por el marketing politiquero sin decoro.
Siembran engaño noticioso prejuiciado, reseñando un hecho inexistente como tal, al evacuar informaciones responsabilizando al Presidente Nicolás Maduro, bautizando la trifulca como "asalto al Congreso venezolano, ordenado por el Jefe del Estado", a quien tildan de "dictador", pese a ocupar el cargo producto de elecciones en Abril 2013, Basta una explicación simple, para que cualquier ser humano mayor de 7 años, entienda lo sucedido, catalogándolo en justicia acto de provocación, visto el desarrollo inicial del choque de opiniones. Llenos de odio y de armas blancas y de fuego, las usaron sin control ni tolerancia, con el resultado que se enmarca en la desesperante actitud de adversarios enloquecidos, contra la revolución bolivariana socialista, a la que no han sabido ni sabrán combatir dirigentes improvisados, adversarios al socialismo venezolano siglo XXI, que en el mundo estudian a la luz de las consultas y triunfos populares, por su influencia en la política de izquierda, que ha vencido y seguirá haciéndolo en la patria de aquel gran profeta antiimperialista, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.
