La chica está aterrada con los candidatos a la constituyente, lo ve y no lo cree. Mientras, el jefe de los empresarios dice en la televisión que "ellos no están preparados para hacer una constitución" y casi en aclamación, efialtes venezolanos y latinoamericanos piden a Trump que nos salve de la tiranía. Efialtes es la figura arquetípica que representa a aquél que se entrega al invasor enseñándole los caminos secretos del pueblo para su dominación. Una traición doble, a la patria y a su gente. El efialtismo sería entonces la enorme gama de seres que dejaron de ser lo que son para convertirse en enemigos de su propio pueblo. Una tipología terrible que recorre la historia de Venezuela, minando la capacidad de juntura de un pueblo que ha tenido, al mismo tiempo, extraordinarias experiencias de todo tipo.
Debemos lograr la capacidad de hacer una urgente y profunda reflexión en tan importante momento donde los realistas de hoy, amparados por curas y rectores de universidades, quieren devolvernos a la colonia de la compañía Guipuzcoana; mientras burócratas de oficio que perdieron su capacidad autocrítica saquean incansablemente las fuentes de dignidad de lo venezolano.
Vienen por el espíritu de Simón Bolívar, el mismo que volaba como Ícaro sobre la idea de La Gran Colombia como magnífica idea para enfrentar a los que parecían destinados por la providencia a plagarnos de miserias en nombre de la libertad. Allí están los "libertadores" sirviendo de peones en el tablero de la geopolítica dominante. Y unos curas de iglesias donde no hay elecciones, y rectores de universidades, electos en el 2008, quemando las pruebas de su evento plebiscitario para "legalizar" un gobierno de transición. Gente del pueblo y gente de alcurnia sirviendo de tontos útiles en un muy sospechoso proceso de liberación dirigido por las mentes más grises e infelices de la contemporaneidad venezolana.
Los pata en el suelo, los que no piensan según los ricos, van a una constituyente convocada por el gobierno. Sí, pudiera ser que el gobierno lo haga creyendo que puede salvarse, en fin, son ellos los convocantes. Pero el hecho de que los de abajo hablen de sus derechos sumado a la participación de algunos otros zafados de la burocracia imbécil que todo lo corrompe, puede activar un proceso constituyente que adquiera particularidades interesantes y comencemos a abrir las compuertas de un pacto popular constituyente para salvar la patria y colocarla en mejores condiciones de independencia, soberanía y una mejor felicidad. Abrir el debate constituyente por encima de las cúpulas que siempre han jugado a la guerra y a la debilidad de los pueblos. Me han gustado siempre los analfabetas que inventaron el alfabeto. Prefiero los pata en el suelo. De ellos será el reino del cielo y de la tierra.