El 30 de julio de 2017 se realizará la elección para la Asamblea Nacional Constituyente, en sus categorías, territorial y sectorial, ésta conformada por 8 categorías: 1) Trabajadores; 2) Campesinos y Pescadores; 3) Estudiantes, 4) Personas con discapacidad, 5) Pueblos indígenas, 6) Pensionados, 7) Empresarios y 8) Comunas y Consejos comunales.
Después de múltiples acciones de calle, en las que perdieron la vida alrededor de 90 venezolanos, es la opción idónea para resolver el conflicto generado por la oposición venezolana.
No existe algo más democrático que elegir a quienes nos van a representar territorialmente y en cada sector, por ejemplo, el de los Trabajadores y Trabajadoras, sub sector Administración Pública, los cuales llevan una serie de propuestas a favor del colectivo para que tengan rango constitucional.
Esos quienes rechazaban la Constitución del 99 y que ahora dicen protegerla son los que se oponen a la ANC del presente, lo que me hace inferir que vamos por buen camino. Del mismo modo, que los Estados Unidos, con un antecedente de más de 70 invasiones, se pronuncie en contra, me lleva a suponer que la ANC es mejor de lo que supongo.
Hay situaciones que no encuentran cabida en la actual Constitución venezolana, como el bloqueo económico desde el extranjero con sus cómplices desde el Poder Legislativo y el desabastecimiento a causa de la alteración de la producción y distribución de los alimentos.
El Gobierno de Venezuela es blanco de ataque de la derecha internacional que no acepta que seamos los dueños de nuestros recursos. Prueba de ello es el bombardeo mediático del que hemos sido víctimas: en las elecciones parlamentarias de España del 2016, Venezuela salía a relucir diariamente en los medios españoles.
Por estas razones, a la Constituyente voy, pues desapruebo cualquier acción injerencista que me imponga una transición e irrespete mi voto en las presidenciales del 2013.
