Ya es hora, residentes colombianos

Hace unos meses, mientras los tanques estaban en la frontera con Colombia, ¿qué hicieron los cinco millones de colombianos que residen en nuestra patria? Ayer estuvo Mike Pence, representante imperial de la injerencista administración Trump, en tierra colombiana junto al servil Santos, agrediendo a Venezuela. ¿Qué hicieron los cinco millones de colombianos que residen en nuestra patria?

Necesariamente debo referirme a estos hechos, porque un país que ha dado tanto, como es el caso de Venezuela, a Colombia, incluyendo el acuerdo de paz alcanzado gracias a la colaboración mezquinamente reconocida de nuestro país, por el profundo amor que le tenía nuestro Comandante Chávez al pueblo colombiano, merece un claro respaldo.

Es inadmisible que meses atrás, mientras se dirimía en nuestro país el impase entre poderes públicos, del otro lado de la frontera se apostaron tres columnas de tanques de guerra. Es así como nos paga el gobierno colombiano, el inefable Presidente Juan Manuel Santos. Ayer, pese a la hipocresía de declarar que no está de acuerdo con una invasión militar de Estados Unidos contra Venezuela que ya ha sido anunciada descaradamente por Donald Trump, Juan Manuel Santos pidió a sus amos del norte que mantengan la "presión" contra nuestro país.

En lo adelante no me referiré al pueblo colombiano como "hermano", es mi derecho; al ver con estupor cómo ninguno de los cinco millones de ellos que viven en nuestra sagrada patria se ha pronunciado de manera activa repudiando y condenando estos hechos.

Sin duda, han sido acciones muy hostiles contra la patria de Bolívar. ¿Pero qué se puede esperar si Juan Manuel Santos es digno heredero de Santander? Recordemos el personaje. La historia es clara.

¿A qué se refiere el Presidente Santos cuando ha expresado que quiere una transición pacífica en Venezuela? Todos lo sabemos. No hay que profundizar. Es claro que este oscuro personajillo forma parte de la conjura contra la República BOLIVARIANA de Venezuela. Esa es su tarea, como lacayo y arrastrado del Imperio, y la cumple a carta cabal.

No nos llamemos a engaño. Basta ya de esperar lo que nunca sucederá, me refiero al respeto a la historia en común de parte de Colombia, pese a que nos deben su libertad. Pareciera que extrañan ser súbditos de un imperio.

Cuando se habla de hermanos, automáticamente se impone la defensa a ultranza del otro, la solidaridad, la empatía, el amor y el respeto. Ninguno de estos valores o principios priman de parte de Colombia hacia Venezuela, a pesar de que en justicia lo merecemos.

Cabría preguntarse ¿por qué no existe un fuerte movimiento de colombianos en nuestro país, e inclusive en su propio territorio, que levanten la voz en defensa de la Revolución Bolivariana que tanto les ha dado? Todo lo contrario, nos han pagado contribuyendo de manera obscena e inmoral con la terrible guerra económica que estamos enfrentando con dignidad todas las venezolanas y venezolanos. El contrabando de extracción de nuestros alimentos, medicamentos, de nuestra gasolina, así como el narcotráfico, el despiadado ataque especulativo contra el valor de nuestra moneda, el paramilitarismo de indiscutible sello colombiano, que campea a sus anchas en nuestro territorio, sembrando el terror y quitándole la vida al pueblo venezolano.

También cabría preguntarse, a la hora de que ocurra un conflicto bélico de potencia extranjera en contra de Venezuela, ¿qué harían los cinco millones de residentes colombianos en nuestro país? ¿De qué lado de la historia se colocarían?

El gobierno de Venezuela ha sido coherente con los principios que promueve la Revolución, como son el humanismo y la solidaridad con los pueblos del mundo, máxime tratándose de Colombia. Lo mínimo que se puede esperar, después que tanto se ha dado, es un acto generoso y solidario. ¡Digo yo! Por aquello de los viejos tiempos que la historia refiere…

En estos momentos tan álgidos y convulsos en el campo geopolítico, que enfrenta Venezuela, cuando la amenaza imperial es peligrosamente real, es imperativo dar un paso al frente y toda, absolutamente toda, la comunidad colombiana debería fijar una posición clara y firme exigiendo el respeto a la autodeterminación de los pueblos, que a la final es por lo que la Revolución Bolivariana lucha. ¿Quién puede dudar que nuestra revolución se ubica en el lado correcto de la historia?

Colombianos que habitan en mi país: en estos momentos no puede haber cabida a ambigüedades, no se puede pretender estar bien con Dios y con el Diablo. No es tiempo de recular, es tiempo de dignidad, es tiempo de grandeza, es tiempo de gratitud. El que no reconozca la grandeza de la Patria Bolivariana es un mezquino.

En cuanto al Presidente de Colombia, quisiera decir, sin respeto alguno que no merece, es un miserable desde el punto de vista moral. Si valoramos a un individuo como miserable estamos diciendo que es una persona perversa, poco fiable, retorcida y, en pocas palabras, un ser despreciable, según la definición literal del diccionario de la lengua. Convencida estoy que estos no son epítetos, sino verdaderos rasgos que definen la personalidad de ese traidor y oscuro personaje, Juan Manuel Santos.

Por supuesto, esos rasgos también los comparten Luis Almagro y todos quienes le acompañan en su cruzada grotesca contra nuestro país. ¡Dios los cría y ellos se juntan! Así reza el dicho. No pretendan exigir respeto, pues éste se gana, como se lo ganó el Comandante Chávez a nivel mundial, inclusive de parte de sus propios detractores.

Espero que este escrito no hiera susceptibilidades, pues lejos de mí está la intención de sembrar odio contra los colombianos; pero alguien tiene que hacerles entender que AMOR CON AMOR SE PAGA y que ser agradecidos es de bien nacidos, dice el proverbio. No vaya a ser que salga alguno por allí a pretender tildarme de xenófoba, pues si hablar claro y exigir como patriota y revolucionaria que la comunidad colombiana residente en mi país se pronuncie y condene las acciones hostiles del gobierno de Colombia contra mi patria, si eso lo ven como xenofobia, que no lo es, pues entonces lo seré. Nunca falta quien tergiverse a su conveniencia e intereses las cosas. El gobierno colombiano sabe mucho de eso.

En conclusión, sirva este escrito para alentar a todos los colombianos que viven aquí en la tierra sagrada de Bolívar, a dar un paso al frente de manera valiente, digna, sin miramientos ni prurito, y solo cuando eso suceda los volveré a llamar "hermanos". "Sepan los nacidos y los que están por nacer, que nacimos para vencer y no para ser vencidos".

¡Aquí nadie se rinde! Y nosotros hemos decidido seguir luchando hasta las últimas consecuencias, pues no habrá imperio ni gobierno títere alguno que nos hagan doblegar y claudicar nuestras posturas éticas y revolucionarias en favor de la emancipación de los pueblos.

Algún día entenderemos por qué hay gobiernos que aceptan la sumisión ante el que desde siempre los golpea y golpea, como decía Alí Primera, y más patético aún, más que aceptar, hacen causa común para afectar a países hermanos.

En definitiva que sea lo que tenga que ser, aquí nos encontrarán de pie con dignidad y con nuestra verdad, prestos a defender la revolución, que aun con todas las fallas y errores que pueda tener, es nuestra revolución.

¡Qué nadie se equivoque! Es fácil ser un bravucón cuando se cuenta con ocho bases militares imperiales en su territorio para amenazar a los países hermanos. La historia los juzgará. Su estercolero los espera.

A la final, los venezolanos y venezolanas nos dimos la Constituyente, por y para el pueblo, pese a todos los esfuerzos del gobierno colombiano para impedírnoslo. Santander no es Bolívar. El pueblo de Venezuela es de estirpe libertaria. La Revolución Bolivariana, pese a todos sus enemigos, seguirá siendo faro del mundo para los pueblos oprimidos y ejemplo de una verdadera democracia.

Residentes colombianos, de ustedes queda dar un paso al frente.

Con profundo amor y respeto a todos los camaradas que se mantienen en pie de lucha. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Qué viva la gloriosa gesta bolivariana! ¡Qué viva el legado de nuestro Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías! ¡Qué viva Nicolás Maduro, su legítimo heredero! ¡Duélale a quien le duela, la Revolución Bolivariana seguirá caminando sobre sus propios pies, con el hijo de Chávez al frente!

Zulika King

Coordinadora del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza

Lunes, 14 de agosto de 2017



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Zulika King

Coordinadora General del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza. Presidenta de la Fundación Punta de Lanza. Coproductora del Programa Radial "Trinchera del Poder Popular".

 zulikaking@yahoo.com      @ZulikaKing

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