La derecha internacional guiada por EE UU, nunca convence con argumentaciones sólidas de prosperidad para los gobernados bajo la democracia representativa. Desesperadamente apelan al anticomunismo, y terminan creyendo que sacan del corazón de la humanidad el progreso de la URSS, antes del glasnot y la perestroika occidentalistas. La China actual socialista debe evocar su inicio con la revolución de Mao Tse Tung en el Siglo XX. Sin embargo reciclan desconfianzas y avalan jefes de estado vendidos a oligarquías, al imperialismo voraz y mafias criminales.
Arrecian ataques contra Venezuela que vence con el arma eleccionaria, a escasos 17 años del Siglo XXI. EE UU desnudo en su deslucida democracia por comicios de segunda para Presidente, impone por ejemplo a quien recibió 3 millones menos de votos que su contendiente. Bombardeos "humanitarios" no persuaden, con intervenciones absurdas someten pueblos mediante amenazas económicas, boicot financiero y desinformación por misiles comunicacionales: TV, prensa escrita, medios radiales, más la penetrante ayuda de internet.
Venezuela los enfrenta, núcleos de toda índole en el mundo nos admiran, pero los medios de desinformación confunden a la masa endógena y exógena, resaltando mensajes constantes para aterrorizar. Compran gobernantes y organizaciones internacionales a fin de hacer de la democracia venezolana, pacifica pero armada de acciones justas, un supuesto e inexistente estado fallido, que en honor a la verdad no pueden demostrarle a quien nos visite, que observará cuánto daño hace la inducida y criminal guerra económica.