Donald Trump, el más despreciado gobernante de todo el globo terráqueo, el Führer del neo “nacional gringismo” Siglo XXI, émulo del “nacional socialismo” con Hitler a la cabeza invasora en el Siglo XX, Segunda Guerra Mundial, piensa que amenazando a la humanidad podrá revertir el rechazo que tiene entre sus paisanos de Estados Unidos, cuando el tiempo marca la decadencia del imperio capitalista salvaje y sus asociados.
En discurso infeliz pronunciado desde la sede de la ONU, Trump elevó a Venezuela a la categoría “rogue state” (Estado canalla), igual que Washington llamó a la Libia de Gaddafi y al Irak de Sadam Husein. Nos coloca a la par de Corea del Norte, incluyendo a la nación cuna de Simón Bolívar antiimperialista, en la lista que prohíbe la entrada de funcionarios venezolanos y sus familias a Estados Unidos.
A juicio del gobierno de USA, Venezuela es “un Estado que afecta directamente la seguridad regional”, por una supuesta crisis humanitaria”, situación provocada por pitiyanquis irresponsables, autores de terrorismo mortal, desaparición violenta y contrabandista de alimentos, medicinas y rubros de todo tipo para la vida cotidiana, a fin de exacerbar contra Venezuela, al conglomerado mundial, ante la imposibilidad de derrotar en elecciones al modelo socialista siglo XXI.
Con monstruosa actitud fascista engañosa, reiteran una celestina desinformación mundial para catalogar a Venezuela de “estado autoritario y represivo, que no responde a las necesidades básicas y los derechos civiles”. Justo a escasas 36 horas que la ONU dio el veredicto bi-anual de los países en derechos humanos, donde Venezuela está mucho mejor que los desgobiernos represivos de Bush jr. y Obama, el enloquecido magnate “Cuac” Trump, arrecia su arremetida antivenezolana. La historia es testigo.
