"El opresor no sería tan fuerte si no tuviera
cómplices entre los propios oprimidos"
SIMONE DE BEAUVOIR
Encontré a Anacleto sentado en el salón interno de nuestro café, con un computador portátil, en el que observaba algo con detenimiento. Era tal su concentración que no se dio cuenta de mi llegada. Le toqué el hombro en señal de saludo y me respondió con: "Buen día, camarada… aquí sentado siguiendo las noticias de la actualidad catalana, esas que los medios nacionales e internacionales de la derecha no sacan. No hablo catalán, pero las imágenes dicen más que mil palabras. No han parado de mostrar como han agredido al pueblo, sólo por desear expresar su opinión con su voto. Las más afectadas son personas de la tercera edad con las que no tuvieron la más mínima consideración sino que los golpeaban con lo que tuvieran a mano hasta lograr sacarles sangre. Frentes y cabezas partidas, con el sangrero cubriéndoles y esos desgraciados nunca pensaron en sus padres y abuelos. Bueno, cumplían órdenes del súbdito más ‘demócrata’ del mundo, ese que vive metiendo sus narices en donde no lo llaman y que ha hecho de Venezuela su tema de declaración favorito; ese que dice que aquí no hay democracia, que Maduro es un dictador, que va a impulsar sanciones en la UE en contra nuestra para que vuelva la democracia; ese que ‘pide’ el cese de la represión y la liberación de los ‘políticos presos’ por terroristas; ese que pide que se reconozcan los derechos a una Asamblea Nacional en desacato; ese que se siente feliz de ser un súbdito obediente. Vi una transmisión en vivo en la que más de dos mil personas rodeaban a unos cincuenta policías, envenenados por el odio, en la que no los tocaron ni con el pétalo de una rosa, que aquí los guarimberos hubieran linchado, mientras blandían sus bastones amenazándoles con seguir golpeándoles. Todo porque querían expresar su opinión por medio del voto en un referéndum que había sido convocado y que Rajoy tilda de ilegal." Apagó la portátil, encendió un cigarrillo y remató: "El mundo se ha dado cuenta del doble rasero del tipo, porque para Venezuela pide negociadores y mediadores, pero para España dice que no se aceptará ‘ninguna mediación’ y menos alguna negociación; que los problemas con Cataluña los resuelven entre españoles y que no entiende como se puede plantear que haya mediadores en la crisis con esa ‘provincia’. Llegó la hora de la verdad en la que tiene que demostrar si ciertamente cree en la democracia, el poder del pueblo, o si como buen súbdito, piensa que el pueblo sigue siendo esclavo de la realeza. La América hispana libró grandes batallas para sacar a patadas al invasor hace ya más de doscientos años. Basta con leer a Eduardo Galeano en su libro ‘Las venas abiertas de América latina’, basta con leer la historia de Venezuela y la gesta heroica de Bolívar, para comprender donde están las dictaduras y los tiranos. ¡O sea!"
Indiscutiblemente los últimos acontecimientos en la península ibérica han dado mucho que hablar. Hasta los dueños de las redes sociales y los buscadores en Internet se han excusado por no haber podido "evitar" la propagación de información e imágenes de lo que ocurría en Barcelona, algo así como la "auto censura". Las grandes autopistas de la información informal volvieron virales hasta las más suaves imágenes de la represión "Rajoyana", en las que su policía actuaba con saña contra un pueblo verdaderamente pacífico que sólo quería ejercer su derecho inalienable de opinar a través del voto. ¿Cuántos muertos y heridos hubiesen resultado en Barcelona si los que protestaban fuesen los "pacíficos guarimberos" al estilo "opositores venezolanos", con bombas molotov, morteros, armas caseras para disparar metras y balines, afilados machetes, revólveres y rifles, y encapuchados, en contra de la "fuerza pública"?
El Presidente Nicolás Maduro ha declarado en reiteradas oportunidades (sic) "Rechazo y repudio las expresiones intervencionistas groseras, absurdas de Mariano Rajoy contra Venezuela. Es una obsesión" y exigió al jefe del gobierno español que se ocupe de Cataluña, que se olvide de nuestra patria. Ahora Rajoy pide cero injerencias en los asuntos con Cataluña y ni siquiera quiere oír que se hable de "mediación" para buscar una salida democrática a la crisis que está viviendo; pero pide para Venezuela lo que rechaza para España. ¿Qué diría el mundo de la derecha internacional si Maduro hubiese utilizado ese "trato pacífico", que Rajoy ordenó darle al pueblo catalán, con los chamos pacíficos del "Este del Este"? ¿Y los defensores de los derechos humanos, donde están?
La oposición venezolana llamó a un plebiscito, que no existe en nuestra Constitución y más bien el gobierno cuidó que se llevara en paz. Nunca sabremos los verdaderos resultado pues los "demócratas" quemaron todo lo auditable. Tenemos que creerles lo que quieran presentar porque ellos son los "decentes" y los "chéveres". De un padrón de diez y nueve millones sólo alcanzaron, según cálculos no oficiales, unos dos millones y medio de votantes, la misma cantidad de los que votaron en Barcelona con menos de la tercera parte del padrón electoral. Rajoy y sus secuaces dicen que son "votos ilegales", entonces: ¿por qué si reconocen los del plebiscito opositor ilegal en Venezuela que nadie puede certificar?, ¿por qué lo que es bueno para el pavo no lo es para la pava?
De acuerdo con las autoridades catalanas la bestial represión de la policía dejó más de 800 heridos. ¿Qué dirían los Heraldos Negros internacionales si hubiesen sido en Venezuela? ¿Qué dirán los "auto exiliados" venezolanos en España del trato a la disidencia catalana? ¿Les gustaría que se les hubiese tratado así aquí? ¿Dónde están las voces de los artistas demócratas "volteabanderas"? ¿Qué se habrán hecho Felipillo y Aznar? ¿Dónde está la dictadura y el fascismo? Maduro declaró (sic): "El presidente Mariano Rajoy debe responderle al mundo por lo que hizo hoy en el referéndum catalán y desde Venezuela…". También dijo (sic) "no me meto en asuntos internos de otras naciones, pero no es tiempo de represión del pueblo".
Para que mencionar los desahucios de familias necesitadas, el galopante desempleo y gente comiendo de la caridad, la rebaja de las pensiones y el aumento de la edad para obtenerlas, entre otras calamidades. ¿Es esa la vida del resto de los súbditos? ¿Qué será de ellos ahora que viene el invierno? De eso no hablan los medios españoles que se auto censuraron con lo de la barbarie en Cataluña. Hace pocos días, Rajoy visitaba la Casa Blanca para hablar con Trump de Venezuela y prometerle proponer sanciones en la UE en contra nuestra. ¿Por qué no habla con los del país vasco, para entender la raíz del problema? Ah, es que los catalanes ya no le creen, porque ya conocen a sus verdugos, entre ellos al súbdito más demócrata.