Pocos procesos electorales en Venezuela se habían visto precedido por un malestar tan generalizado en la población, cuyos efectos pueden ser determinantes en sus resultados.
Vamos a la elección de 23 gobernadores, con candidatos del oficialismo y de la oposición, en la cual cada quien se atribuye gozar de la preferencia de los electores de sus respectivos estados.
Por supuesto que cada candidato aspira haber llegado con sus discursos y sus promesas a convencer a la mayoría de los electores de su entidad regional.
Basta saber qué tan certera resultó ser su prometida oferta electoral, como para que los electores de su estado se inclinen a votar por su candidatura.
En medio de esta vorágine social que ha traído la guerra económica, se percibe una densa nube de confusión en la gente, en particular en aquella masa de electores que sin ser partidarios de las corrientes políticas que se disputan las gobernaciones, siente que la situación del país, requiere de un poco de mesura a la hora de votar, toda vez que al analizar las causas del desastre económico que estamos viviendo, entiende que la culpa no está de un solo lado.
Aparte de que no ven un mea culpa de ninguna de las partes, conducta que pudo ser clarificadora para que llegado este momento, mucha gente ya tuviera un criterio formado tanto a favor o en contra de los grupos políticos que aspiran ganar la mayoría de las gobernaciones.
Por lo tanto muchos están sacando sus propias conclusiones antes de salir a votar. Indudablemente que hay responsabilidades de parte y parte, por el lado de la oposición se dejaron ver la costura, al no cuestionar ningún evento que causara malestar hasta en su propios partidarios , pero no solo eso, sino que entre sus aliados políticos para desestabilizar al gobierno con el tema de la especulación, los comerciantes causantes directos del alza indiscriminada de los precios de los alimentos , las medicinas y todos los productos y artículos de consumo masivo, no ocultan su simpatía con los sectores de la oposición.
Eso quiere decir que mucha gente a estas alturas, está sopesando si votar por un arrebato de arrechera contra los candidatos del oficialismo o valorando en su conciencia si vale la pena votar por sus propios verdugos.
Por otro lado está la inoperancia del gobierno para atacar con mano dura a los comerciantes y bachaqueros ,que abiertamente lo retan y desafían diariamente, aumentando como le dan la gana todos los productos, lo que tiene a buena parte del chavismo arrecho.
En consecuencia en estas elecciones cada quien carga su cruz a cuesta, ni todo está a favor de la oposición, como tampoco a favor del oficialismo, sin embargo hay un detalle que quiero destacar se trata de las características de los candidatos de ambos bandos ,en cuanto a la oposición tengo la impresión que estamos en presencia de la reedición de los bueyes cansados de AD cuando la Cuarta Republica, muchos de ellos de regreso con el sol a la espalda, contra varios potrillos mirando al futuro, respaldados por una juventud que tiene muchas razones para salir a votar a pesar de las serias dificultades inducidas que vive la población.
Detalle que no debe pasar desapercibido para los analistas políticos , tratándose que hoy Venezuela cuenta con una población joven, que a diferencia de otros tiempos, tiene capacidad para determinar que su voto de este 15 O tiene el valor de su conciencia. O se deja llevar al pasado funesto y tenebroso que vivio la juventud de los sesenta o da un paso hacia el futuro valorando los errores cometidos por quienes hoy los llaman a votar por sus candidaturas .
Creo que la juventud de este tiempo, debe mandar un mensaje bien claro a los politiqueros de ambos bandos. Este país se construye trabajando con honestidad e inteligencia para explotar sus recursos naturales, que le permitan la creación de grandes centros de producción, donde la masa juvenil encuentre los atractivos suficientes que lo amarren a su país y que le garanticen un futuro estable para que no tengan que salir a buscar alternativas inciertas en otros países.
No como hasta ahora en el que a cada rato salta un enjambre de oportunistas, disfrazados de empresarios, banqueros, comerciantes que juegan en ambos bandos, que al estilo de los asaltantes de camino, están al acecho de la renta petrolera que ingresa al país, para robárselas y llevárselas fuera de nuestras fronteras, para fortalecer las economías de otros países, negándole a nuestro pueblo y su juventud el derecho a tener una patria prospera y altamente desarrollada mirando al futuro promisor que nos merecemos.
Eso quiere decir que su voto este 15 O tiene tanto valor como el grado de conciencia adquirida en estos años de profundas contradicciones políticas.