El proceder del colectivo nacional mayoritario fue íntegramente diáfano, “clariiiito como luna lleniiiita”, parodiando tiernas y fervorosas expresiones de amor a Cristo en la Cruz, que utilizaba Santa Teresita del Niño Jesús, y quedaron para las jaculatorias en honor al Padre Redentor. Más de once millones de votantes acudieron el 15-O 2017, el 54 % favoreció al Polo Patriótico bolivariano chavista, victoria de candidatos socialistas que explicaron por qué no es culpa de Maduro, ni herencia Chávez, la hiperinflación provocada por factores capitalistas salvajes: desaparición, especulación, usura, acaparamiento, contrabando de extracción de toda índole, incluyendo billetes.
El pueblo está consciente acerca de a quién le conviene la incomodidad, comprende que en el juego politiquero innoble y asesino, la causa de no encontrar medicinas, o que su costo sea exageradísimo, la especulación y el bachaqueo, son la estrategia maléfica encabezada por extranjeros y la dirigencia opositora nacional. Fue el castigo popular, a quienes bendijeron terrorismo, destrucción, y nos secuestraron con barricadas aupando muertos y heridos. Ojo entonces, porque ese mismo pueblo votante está listo, para propinarles a quienes aún mandan representando a Chávez, no digo puntapiés, sino patadas donde la espalda pierde su nombre, igual que se las dimos a los adecos y copeyanos en 1998.
Nos asesinan dirigidos por líderes vende patria, sin contar con certeza y confianza suficiente de las respuestas oficialistas, por ahora. Esta debe ser la última oportunidad, pues si bien consideramos desgraciado el ataque extranjero, tampoco somos gafos en darles oportunidades eternas a la dirigencia de izquierda, a pesar que la oposición pierde en la opinión pública, pues no tienen proyecto para el país y además comprometen nuestra soberanía e independencia, a poderes extranjeros.