Los "siembra desconcierto" surgen intensos luego de la gigantesca victoria electoral de la revolución socialista bolivariana, en la elección de Gobernadores. Magno resultado porque el pueblo se empina sobre la guerra económica inducida y homicida, pisando mediante el sufragio a los propiciadores del desabastecimiento global, y a quienes nos atacan dentro y fuera de la geografía soberana venezolana, con la fuerza de un volcán en erupción.
En las redes sociales, en las opiniones de periódicos, televisión, y en menor grado en las radioemisoras donde parece aflora cierta cordura, e intentan recuperar la influencia perdida como medio de difusión noticiosa, se desgrana la locura, insertando noticiosas situaciones sin debida comprobación. Abundan escritos, declaraciones grabadas y twiters, que permiten enterar posteriormente al oyente, lector, televidente o internauta, la miserable manera en que suelen mentirle.
Nada más expuesto que la comunicación social en manos de quienes inventan circunstancias dentro de su "burbuja emocional politizada", y luego deben reinventar excusas para justificar a medias sus errores conceptuales. Con desesperación tratan de recoger lo derramado, así sea mediante el barrido del "agua sucia", que solo sirve para utilizar y reutilizar el coleto o lampazo mental de conductas mal intencionadas.
En el fragor deplorable de la "comunicación social polarizada", no me fue extraño leer a un Psiquiatra en "El Nacional", 19 Oct. 2017, asegurando que "en Venezuela todos estamos enfermos de desconfianza". Otro titular manifestaba que "LA CONFIANZA de la nueva Miss. Venezuela, "DEFINE A LA SOBERANA 2017 DE LA BELLEZA NACIONAL", a pesar de ser electa a puerta cerrada, sin votación del público… Medios otrora confiables, vueltos frágiles hazmerreir comunicacional.