Días antes del 11 de Abril 2002, aquella conspiración contra el Presidente Chávez donde fue elocuente la participación de la cúpula eclesiástica y vimos en Miraflores al Cardenal Velazco, el Obispo "torero" Porras, el adeco confeso DeViana y otros "curamichates", entrevisté en Maracay anunciando un evento religioso, a Monseñor Del Prete, entonces Obispo de la Diócesis aragüeña. Aproveché para solicitarle explicar por qué dos días antes de la conversación radial, él, en "El Aragueño", hizo declaraciones afirmando con respecto a la administración del Comandante Chávez Frías, "este es un gobierno antipático".
Sorprendido inicialmente, Del Prete intentó evadir la pregunta haciendo gala de su elocuencia imperativa acostumbrada en opiniones a la prensa, sobre muchos temas fuera del área católica, al insistir en busca de una respuesta lógica del por qué señalaba al gobierno de "antipático", terminó afirmando que "los periodistas lo habían mal interpretado…". Eran tiempos en los cuales no se había desatado la furia politiquera ensotanada contra Chávez, que luego explotó al comprobarse como instigaron la salida del Presidente constitucional el 11 de Abril 2002. Derrotada la derecha fascista por la acción soberana y popular, se tornaron más y más radicales enemigos de la revolución socialista bolivariana rodrigueana zamorana.
Qué pasaría si en la Asamblea Nacional Constituyente también con justicia estudian casos de violación a la ley similares a los de variopintos opositores, la instigación a delinquir que pudiese surgir delincuencialmente de apoyar manifestantes terroristas el 2017, vertiéndoles "agua bendita" a jóvenes engañados, contratados para asesinar, porque no les caían "simpáticos" militares y civiles, quemando gente y disparando a presuntos chavistas y no chavistas, por no simpatizar con sus movimientos extremistas inconstitucionales. Los ensotanados bendecidores son tan instigadores como los parlamalandros homicidas irresponsables, hoy escandalizando con el miedo entre las piernas, listos cual "lagarto Juancho", para huir por la derecha.